domingo, 8 de julio de 2012

BOXEADORES A LONDRES 2012

Quiénes son los boxeadores que van por la gloria en Londres - Alberto Melián y Yamil Peralta, pupilos de Sarvelio Fuentes, serán los representantes olímpicos; el último título, Pablo Chacón, en Atlanta 1996. Por Andrés Vázquez

Tienen mucho en común. Los dos esparcen una imagen de adolescente ingenuidad y perfume de barrio impregnado en la piel. Los dos crecieron sobre un ring, escuchando hablar de las lejanas hazañas de Carlos Monzón y viviendo de cerca los triunfos de Omar Narváez y de Maravilla Martínez. Los dos poseen un talento especial con sus puños y sueñan con una nube de fama burbujeante en los próximos Juegos Olímpicos?



Tienen mucho en común, pero en especial un detalle: tanto Alberto Melián como Yamil Peralta son hijos de este descuidado padre llamado boxeo argentino. El mismo que los crió lleno de carencias, pero que ahora revitaliza en ellos las esperanzas de recuperar en Londres 2012 las medallas que hace 16 años son esquivas.



"Tenemos mucho optimismo de que podemos hacer historia. Sabemos que no será nada fácil, pero si no pensamos en ganar una medalla, ¿para qué vamos? Lo importante es estar bien de la cabeza", dice sin inhibiciones dialécticas Alberto Melián. El cordobés de 22 años, radicado en el barrio porteño de La Paternal y al que muchos llaman "el Impacto" por la justeza de su pegada, tendrá la responsabilidad de representar al boxeo nacional en la categoría pluma (hasta 56 kg), donde se obtuvieron 4 medallas.



"Desde que logré la clasificación en el Preolímpico de Río de Janeiro no paro de pensar en la posibilidad de ganar una medalla. Con Alberto nos tenemos mucha fe de que podemos llevar al boxeo argentino nuevamente al podio", apunta Yamil Peralta, mientras en su rostro le florece un sonrisa. El grandote bonaerense, nacido San Miguel, que competirá en la categoría pesado (más de 91 kg), vive su presente con nerviosismo, pero muy enchufado en el sueño que acuña: "Estoy muy ansioso, pero confiado en mis condiciones. Les voy arrancar la cabeza a todos", enfatiza.



Ellos tienen sueños y motivaciones. Saben que el boxeo amateur argentino ha dado grandes satisfacciones en la máxima cita del deporte mundial (24 medallas, siete de oro, siete de plata y diez de bronce), pero que desde Atlanta ?96, cuando Pablo Chacón compartió el bronce con Floyd Mayweather Junior, no se obtiene ninguna otra presea. "Somos conscientes de que nuestros pugilistas no están al nivel de los rusos, yanquis o cubanos, pero las diferencias hoy se han achicado mucho, son mínimas. Tanto Alberto como Yamil son dos boxeadores con un corazón inmenso y muchas condiciones. Si les toca un buen sorteo, pueden ganar medallas", apunta con optimismo el entrenador del equipo argentino, el cubano Sarvelio Fuentes.



Alberto Melián y Yamil Peralta exhíben la cara típica de boxeador. Tallada a hachazos. Frente angosta, mandíbulas firmes, nariz chata y esos gestos vigilantes en plena guardia. Son fieles representantes del boxeo amateur criollo con estilos bien diferentes: el primero es dueño de una línea técnica más depurada y fina, apuesta al contragolpe; el segundo, hace gala de un boxeo frontal y pone todas las fichas a la fuerte pegada. Sin embargo, cuando se logra romper el hielo de esas miradas frías y profundas es fácil llegar hasta los pibes de carne y hueso, con historias personales muy diferentes.



Melián lleva el boxeo en la sangre, a los 14 años largó el colegio secundario con una única idea: ser boxeador, al igual que su papá Jorge, un ex campeón argentino y sudamericano a principio de los noventa. "Mi viejo me dijo: te doy diez peleas para que me demuestres que el boxeo te gusta de verdad . Acá estoy, dejé el fútbol y me calcé los guantes", rememora este zurdo fanático de Argentinos Juniors, que ostenta un récord de 57 peleas, de la cuales perdió 4 en la Argentina y 8 en el exterior.



Peralta, por su parte, es un auténtico guapo del ring. Simplemente sale a pegar y pegar. Quizá sea un modo de reflejar su propia vida. Su tez blanca y una mirada inocente distan del muchachito pendenciero que se crió en Villa Trujuy y que con sólo 15 años le pidió a un tío que le presente a Pepe Balbi, ex campeón mundial, porque quería ser boxeador. "Siempre me gustó pelearme en la calle, ni bien entré en un gimnasio me dije: Esto es para mí" , recuerda Yamil. Dicen los que lo siguen que, potencialmente, es el mejor amateur de estos tiempos. Por lo pronto, su pinta fachera y pegada de mula ya tiene ofertas de promotores para convertirse en profesional. "Mi objetivo es Londres. Quiero recuperar el prestigio del boxeo amateur argentino y después veré".



Hoy comparten muchas cosas. Acuñan el mismo sueño. Ninguno de los dos aún se ha consagrado. Sin embargo, por sus conquistas -medalla de plata en el Preolímpico de Río de Janeiro, Melián, y de bronce en el Preolímpico y Panamericano de Guadalajara, Peralta-, por la corta edad y por el admirable potencial que hicieron valer en este 2012, representan la gran ilusión olímpica del boxeo nacional. Sólo les queda subirse al ring en tierra inglesa.

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