CLUB JUAN
PABLO II DE SALTA - En estos días en que el Vaticano es noticia, en la lejanía
salteña, un equipo lleva el nombre de Juan Pablo II en homenaje a quien fuera
Pontífice entre 1978 y 2005. Clasificó puntero en su Zona del Argentino C. Una
historia muy similar de los clubes de fútbol del interior, que con la ilusión
plena de ganar la competencia, realizan esfuerzos enormes año tras año. Rescatamos
la historia y en análisis de lo que significa el torneo mas federal.
Animaná es
una localidad salteña ubicada en los vistosos Valles Calchaquíes
y distante a 200 kilómetros de la ciudad de Salta. El cultivo de vid y la
industria vitivinícola, junto a las artesanías, son sus motivos de orgullo y
sus actividades económicas principales. Tiene una población cercana a los 1.300
habitantes. Y hasta tiene una canción, casi un himno, propio: la famosa Fuego
de Animaná de César Isella y Armando Tejada Gómez. De este pueblo salteño es el
Club Juan Pablo II, fundado el 8 de junio de 1996 y que está transitando su
cuarta participación en el Torneo Argentino C.
"Somos
del barrio Juan Pablo II, de ahí tomamos el nombre para el club. Somos un
barrio diría un poco discriminado y donde viven 360 familias"
El equipo
que lleva el nombre del Papa polaco participa en la Liga Calchaquí de Fútbol
desde 2002. El año pasado se consagró campeón del Apertura, tercero en el
Clausura y ganador del anual, para asegurarse un nuevo pasaje al más joven de los
torneos federales de ascenso.
Su director
técnico Julio César Marinelli está al frente del plantel desde comienzos
del 2012. Ex jugador de Colón de Santa Fe, se radicó en Cafayate hace cinco
lustros y consiguió títulos en varios clubes locales: Rivadavia, San Isidro, La
Florida y Sportivo Animaná entre otros. "La mayoría de los jugadores son
de la zona y son amateurs. Para este Argentino C llegaron algunos refuerzos de
clubes cercanos, sólo tenemos dos jugadores de Rosario y uno de Córdoba que son
semiprofesionales. Es duro afrontar los costos de participar en este certamen,
pero contamos con el apoyo de la Municipalidad.
Este año
somos el único equipo de Animaná clasificado", cuenta el DT.
Pagina oficial de la Liga Salteña
"Habemus
Papam"
Es el nombre
de uno de los tantos sufridos clubes del Torneo del Interior, esos que hacen
malabares para afrontar esta competencia sin generar inmensas deudas.
“Es el
campeonato más federal”, sostiene Gustavo Ceresa, el presidente del Consejo
Federal de la AFA, en referencia al Torneo del Interior.
El dirigente
saca pecho, gambetea las críticas (“nadie obligó a ningún club a anotarse”) y
califica como “serio” al certamen que reúne a 344 equipos de las 23 provincias
argentinas, y que tras un largo y sinuoso periplo conduce a 21 afortunados
hacia el “selecto” grupo de los 100 que juegan el Argentino B.
Muy lejos de
las grandes marquesinas, en la quinta categoría del fútbol argentino las
historias se emparentan con necesidades e ilusiones como lugares comunes.
Ahí
sobreviven los cordobeses Peñarol (su dirigencia reconoció una pérdida de casi
15 mil pesos en la fase inicial), Las Palmas, San Martín de Vicuña Mackenna y
Banda Norte de Río Cuarto.
Y se mezclan
con algunos nombres llamativos, como Ever Ready de Dolores, Jorge Griffa de
Rosario o Real Madrid de Río Grande. ¡Y hasta “Habemus Papam”!
En el repaso
no pasa inadvertido Juan Pablo II, el equipo de Animaná (“cerca del cielo”, en
quechua), localidad salteña de 1.200 habitantes que pone en escena al cuadro de
uno de sus barrios más humildes, que lleva el nombre del expontífice polaco.
Para unos y
otros, el desafío es encontrar la salida de este laberinto y toparse con
anunciantes que sustituyan los bonos contribución, los subsidios y el ingenio.
Además de intentar no fundirse en el intento.
Con este
federalismo nominal, Julio Grondona se aseguró la reverencia incondicional y el
voto sistemático de los popes de las ligas más recónditas del país, lo que le
permitió perpetuarse como dueño de la pelota, desde La Quiaca a Ushuaia.
Por el
momento, son 224 equipos los que siguen en carrera, y aún falta un largo trecho
para el momento de las vueltas olímpicas. Mientras tanto, los clubes siguen
acumulando deudas e ilusiones, en ese orden; y el Tribunal de Disciplina,
legajos.
En el último
mes, no menos de una docena de partidos fueron suspendidos por incidentes. La
violencia, otro lugar común de nuestro fútbol, no distingue lugares ni
categorías. Amén de eso, está claro que cuando se engendró esta competencia no
salió humo blanco de la sede de la AFA.
Hugo Caric –
La Vos del Interior.
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