¿Quién es este Martin Murray?- El británico no parece reunir las condiciones suficientes
para inquietar a Sergio Maravilla Martínez. Sin embargo, el hambre de gloria
será fundamental.
¿Murray… Murray? Suena británico ¿Martín… Martín? Suena
español. Mitad y mitad. Nació en St. Helene, Inglaterra, pero sus raíces son de
España.
Es el “rival especial” que vendrá a la Argentina para
enfrentar el 27 de abril al boxeador del momento, Sergio “Maravilla” Martínez,
en una puesta en escena que en menos de 48 horas agotó el stock de entradas más
caras (1.500 a 5.000 pesos), como si se tratara de la última pelea del siglo en
un país del dólar fácil.
Por supuesto, la fiesta que se prepara en la cancha de Vélez
Sarsfield apuesta con holgado favoritismo al triunfo del argentino, pero es
erróneo creer que Murray será un rival fácil de arrear. Ventajas… todas.
Todo el riesgo cae sobre la espalda de “Maravilla” (50-2-2/28
KO), que es local y expone su corona mediano CMB, y que también tiene ocho años
más que su rival, cinco centímetros menos de altura y un retiro en ciernes
dentro de un par de peleas.
Martínez no quería un pleito de riesgos, aunque ello
significó la falta de dinero y de interés en el exterior. Murray (25-0-1/18 KO)
está lejos de Mayweather, Cotto o “Canelo” Álvarez, antes nombrados como
posibles rivales.
Sin embargo, alguien debió calcular que puede arruinarle la
fiesta a “Maravilla”. El invicto inglés (3º) estaba por debajo del neuquino
Billi Godoy (1º), que encabezaba el escalafón del CMB y entre sus rivales no
hubo peleadores rutilantes.
¿Qué trae? Murray tiene el físico y el boxeo parecido a
Sergey Dzinziruk, a quien Martínez venció por KOT 8º. Tiene la guardia cerrada,
con la izquierda alta.
Lanza el jab con fuerza y suele repetir con el gancho zurdo.
Casi todos sus golpes son curvos, a lo que le agrega una pésima defensa, justo
a la medida para que el anfitrión se luzca. No posee gran variedad de
combinaciones.
A tener en cuenta: el planteo táctico que le indique el
rincón dirigido por Oliver Harrison y su presencia anímica ante un público
calculado en 50 mil espectadores.
A pesar de todo, cabe preguntarse si Murray se conformará
con ser un “convidado de piedra” o saldrá a provocar una guerra sin cuartel.
Fresco y hambriento de gloria tal cual se muestra, señalar al inglés “un rival
fácil”, es poco menos que una elección frívola.
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