Con un golazo de Bottino, Talleres le ganó a Belgrano y lo
eliminó de la Copa Argentina - Una definición magistral del volante de la "T" le
dio la victoria ante los Piratas. En el segundo tiempo, se jugó bajo una
intensa lluvia. El Matador ya está en 16vos de final.
La resolución del clásico se inició desde un lugar
relativizado, cargado de prejuicios por el momento que vivía uno de los
protagonistas del juego.
La condición, que como su palabra lo dice será determinante
hasta que salga de la cancha, hasta que se consuma el último segundo de juego y
el juez le baje el telón. Esta es la historia de Gonzalo Klusener, goleador de
Talleres, sin abastecimiento y encerrado por la marca del rival.
Su trascendencia iba a ser poca si se quedaba en esa cárcel,
que, quizá por la conformidad que podía deparar el 0-0, era más que seductora
para quedarse ahí. Esperando el final del juego. Pero el “9” entendió que podía
servirle al equipo. Que podía reinventarse y aprovechar ese impulso que desde
el fondo generaban Diego Aguiar yendo abajo y descolgando mil centros, los
quites de Rodrigo Cháves y la cantidad de avances desperdiciados por Belgrano.
El “9” salió del encierro, se hizo cargo del ataque,
aprovechó la pasada del “4”, vino el centro perfecto y un anticipo aún mejor de Gastón
Bottino que con su botín derecho mandó la pelota arriba para que pegara el
travesaño y entrara. No fue el único ataque que comandó Klusener, quien
también limpió la jugada varias veces e hizo la pausa para darle aire al equipo
antes de la ventaja y acelerar el ataque cuando podía haber llegado el
segundo.
Lo cierto es que el 1-0 llegó en el momento más apremiante
para Talleres. Cuando había perdido la pelota, la banda izquierda había sido
perdida, las amarillas se multiplicaban y la gravitación de Aguiar iba in
crescendo.
Belgrano tuvo la pelota casi siempre, pero pocas veces supo
administrarla. Lucas Melano hizo gala de su velocidad, aunque siempre le sobró
un tiempo cuando ameritaba la resolución de primera. Víctor Aquino ganó varias
veces la espalda de los volantes de la “T”, pero no le sacaron debido provecho
como las subidas de Renzo Saravia (buen debut del pibe).
En juego, el clásico no fue amarrete. Se liberó el primer
pase y se apretó después. Se terminó resolviendo con la reinvención de algunas
posiciones. Talleres tuvo a Klusener, Cháves hizo tándem con Bottino para
convertir al sector derecho en una banda de victoria. Atrás, Aguiar había
impulsado al equipo (dos tiros abajo, mil centros).
Mientras tanto, Belgrano se hizo previsible. Zapata, Farré,
Mansanelli podían ser los dueños de la sorpresa con el recurso de los tiros de
media distancia, por caso, ya que la cancha estaba rápida por la lluvia. O bien
para aprovechar las zonas claves que le había ganado. O la cantidad de pelotas
detenidas que tuvo. Tenía más Belgrano, y al final fue de Talleres.
Una gala cordobesa: Belgrano, Talleres y los colores del
corazón
Bien de acá. El clásico tuvo todos los condimentos locales.
Al final, deliró la "T" ante unas 35 mil personas.
El humor es inmanente al cordobés. Viene con él desde la
cuna, se desarrolla en cada bar o en cada esquina, o en cada asado... Es algo
que tiene adherido al empeine de su botín, listo para clavarlo en el arco de su
rival, en el ángulo de su corazón, en su sentimiento, en su orgullo.
Por eso la primera ovación de la noche, en un Kempes que
recibió a unas 35 mil personas, no fue para un actual jugador, a una vieja
gloria o a algún recordado equipo. No. Fue para el perro que se atrevió a
meterse en el campo de juego, a poco de comenzado el partido. Y la
identificación salió desde la tribuna norte de manera fulminante: “¡Luifa,
Luifa!” El hincha de Talleres sacaba la primera flecha para cruzarla de popular
a popular. Y la respuesta desde el otro extremo fue a la velocidad de una
centella: ¡Luifa, Luifa! respondió el simpatizante de Belgrano.
En medio estaba el apodo de Luis Fabián Artime, el referente
en Alberdi en una época en la que los porotos se acumulaban más en Alberdi
cuando de jugar clásicos se trataba y era la catarsis albiazul cuando el
goleador no andaba en su mejor tarde.
Nunca se le podrá pedir otra cosa al cordobés. Que anoche,
pese al frío y la lluvia, se desafió de tribuna a tribuna en un duelo de
cánticos tanto cándidos como cáusticos, lo que valió la advertencia de la voz
del estadio.
Y en medio, los jugadores en un clásico cordobés, el mayor
de todos, que bien vale como ejemplo. En estos tiempos de confrontación verbal
y de violencia explícita, de desmesurada energía puesta para la ofensa y la
degradación, la cosa en el Kempes quedó allí, lejos del límite, en sólo una
advertencia.
El mapa provincial
Y como se dijo, en medio los jugadores, cordobeses en su
mayoría, de provincias vecinas, otros, y un paraguayo y un uruguayo como
invitados a una gala puramente docteña, de tonada única, de choripán y ferné
posterior.
Y si de cordobeses se habla, en la cancha el mapa provincial
estuvo muy bien representado. Talleres aportó a varios capitalinos, a otro de
Villa del Rosario (Bazzi), y a otro de Malagueño (Requena), y a Villarreal, de
Alta Gracia, y a Becica, de Villa María de Río Seco. Y el gol llegó del sur con
el alarido riocuartense de Bottino.
Lo de Belgrano fue más amplio, todavía: Saravia es
coterráneo de Becica, y Lollo de Alejo Ledesma, tierra adentro como la Monte
Buey de Quiroga y los pagos de Hernando de Melano. Y Rigamonti aportó a San
Agustín y Turus a Colonia Caroya, Pittinari a Laborde y Mansanelli a Malvinas
Argentinas.
Todos se congregaron en el Kempes, ombligo del fútbol
cordobés, marco obligado y espectacular para ver jugar a los dos equipos más
populares de esta provincia. Y siendo su contexto el público, que festejó y se
lamentó en dosis iguales, con éxtasis albiazul al final. Pero todo fue en paz.
Uno ganó, otro perdió. Pero cada uno se fue a la casa a descansar para trabajar
al día siguiente. Noche completa. Cartón lleno.
Formaciones
Belgrano: Olave; Saravia, Lollo, Rodríguez, Quiroga; Etevenaux, Farré,
Teté González, Zapata; Melano, y Aquino. DT: Ricardo Zielinski.
Talleres:Aguiar; Cháves, Massena, Bazzi y Santos; Bottino,
Leyes, Álvarez y Hong; Olivera y Klusener. DT: Arnaldo Sialle.
Gol: ST, 24m Bottino.
Cambios: ST, 18m Maximiliano Velasco por Alexis Olivera
(T) y Lucas Zelarayán por Iván Etevenaux (B), 33m Cesar Carranza por Melano y
Cesar Mansanelli por Saravia (B) y 41m Javier Villarreal por Favio Alvarez y
Albano Becica por Ivo Hong (T).
Amonestados: Bazzi, Santos, Masena, Leyes y Cháves
(T).
Árbitro: Juan Pablo Pompei.
Cancha: estadio Mario Kempes.
Público: 35.000 personas.
Cómo siguen
El domingo, Talleres se medirá con Sportivo Belgrano en el Kempes,
por la segunda fecha del Undecagonal del Argentino A.
Por su parte, Belgrano visitará a Racing Club en
Avellaneda, también el domingo, por la quinta fecha del Torneo Final de Primera
División.
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