El presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Oscar Giammaría, tomó trascendencia nacional ya que fue el único de los 71 asambleístas que el miércoles se opuso a la creación de la Superliga, en la asamblea que se desarrolló en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino, en Ezeiza. La imagen fue muy clara: todos los dirigentes levantando la mano, ya que fue una votación a mano alzada, y él con los brazos cruzados. "Hubiese preferido no ser noticia por este voto. Esto me hizo acordar al de Cobos", con referencia al mendocino, vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner, cuando votó en contra de la recordada Resolución 125 en el 2009. En lo personal, el que fue representante del Consejo Federal en dicho cónclave no tiene por el momento la ambición de ser presidente de la AFA. "Mi propósito no es encabezar un movimiento contra lo que se aprobó, sino fijar una posición. Lo de la Superliga amplía la brecha entre los clubes grandes y los chicos", expresó con absoluta convicción.
–¿Qué lo llevó a votar en contra?
–Yo no voté en contra de eso sino de un instrumento que se presentó el miércoles en forma abrupta en el seno de la asamblea y que no había llegado en tiempo y forma a manos de los asambleístas, que no habían tenido tiempo de leerlo. No es algo superador como lo pregonan, ya que en los estatutos de la AFA están perfectamente contemplados todos los artículos para cambiar la imagen del fútbol argentino, los que habría que cumplir sin necesidad de crear una figura jurídica para cambiar los males estructurales que lo aquejan. Mi voto fue positivo. Voté a favor de la coherencia que tiene que tener la dirigencia para tomar decisiones y no seguir cometiendo errores.
–¿Cuáles son esos errores?
–Básicamente erogaciones que no están avaladas con el ingreso de fondos suficientes. Se van contrayendo deudas, echando a directores técnicos en forma indiscriminada, contratando jugadores caros sin jerarquía y sin mirar para adentro en las divisiones juveniles. Tiene que haber un cambio en el modelo de gestionar los clubes sin necesidad de cambiar una estructura jurídica por otra. Ya se llame AFA, Superliga o liga estratosférica, va a seguir adoleciendo de los mismos vicios.
–¿Fue una decisión personal?
–Se lo expresé antes al presidente del Consejo Federal. Dije que teníamos que marcar una posición ya que es una oportunidad única, porque es el único cuerpo que está vigente, ya que la AFA hoy como estructura orgánica no existe. No hay comité ejecutivo, no hay presidente y no hay asesoría letrada. Lo único que funciona es la asamblea y una supuesta comisión normalizadora que todavía no se constituyó, que está monitoreada entre la FIFA y la Conmebol pero se está demorando más de la cuenta. Mientras, la AFA funciona en piloto automático.
–¿Qué charló en la previa a esa asamblea del miércoles con los dirigentes de Central y Newell's?
–Que Rosario está postergada en el reparto de recursos. Les hice saber mi posición, que iba a votar en contra. Que ellos no estaban muy de acuerdo pero después se expresaron afirmativamente. Yo no soy un fiscal de la conducta de los demás. Cada uno habrá votado a conciencia y motivado por la realidad de su club.
–¿Se sintió traicionado por el voto de Central y Newell's?
–No, para nada. Los clubes de Rosario tienen que ponerse firmes en que tienen que estar en otra categorización en el reparto del dinero. En un segundo escalón detrás de Boca y River, junto con San Lorenzo, Independiente, Racing y Vélez. Y no en el mismo lote que estos diez clubes que entraron por la ventana al campeonato de 30 equipos, ya que ni se acercan por casualidad por historia, masa societaria y convocatoria a los clubes de nuestra ciudad.
–¿Cuál sería la primera decisión que tomaría en caso de tener el poder?
–Normalizar la AFA, o sea constituirla orgánicamente. Hoy la AFA en la práctica está intervenida. La jueza María Servini de Cubría determinó una intervención virtual. Hace más de un año que tres interventores están trabajando en la institución. El fracasado intento de no poder elegir autoridades en diciembre, sea quien sea quien hubiera ganado, atentó contra el sistema. Esto de la Superliga es muy liviano. El lunes no servía y a las 48 horas era la panacea y la refundación del fútbol argentino. Yo tomo un taxi y cuando le digo que voy a la AFA, el taxista me dice: "Ahí chorean lindo". Así que ahora le digo que me deje a un par de cuadras para evitarme una discusión.
–En la previa de las elecciones de diciembre apoyó abiertamente a Marcelo Tinelli por sobre Luis Segura. ¿Tuvo contacto con él?
—Sí. Hablé varias veces. Pautamos varios encuentros que nunca se pudieron concretar. Él luego me convocó dejándome un mensaje en el contestador de mi teléfono. Yo vi algunas actitudes de él que no me convencieron. Pero no me sentí defraudado, ya que voté convencido en su momento. Ahora que su nombre suena como presidente de la Superliga, algunos que decían que no podía ser presidente de la AFA hoy lo están promoviendo como presidente.
–Uno de los puntos a los que aspira la flamante Superliga es que los clubes que no tengan las cuentas saneadas desciendan, como en Europa. ¿Piensa realmente que esa meta la van a poder cumplir?
–Primero hay que ver si van a cumplir con los descensos. Este es un formato que entre la Primera y la B Nacional tiene 53 equipos y para que sea rentable tienen que quedar 36. O sea que hay entre 15 y 18 equipos que van a bajar a un tercer nivel y los clubes van a pasar de tener un ingreso de un millón y medio de pesos mensuales a ciento sesenta mil.
–Luciano Cefaratti, vicepresidente de Central, hizo una fuerte autocrítica. ¿Qué lectura hace de la misma?
–Que estuvo muy bien. Lo que expresa él es lo que siente la mayoría de los dirigentes. Yo tengo muchos años de concurrir a la AFA. Siempre se planteó esta situación en cuanto a la toma de decisiones. Pero terminamos cayendo en el lugar común, que es que siempre terminan decidiendo cuatro o cinco clubes de Capital Federal, que se llaman por teléfono y se juntan en un hotel, ya que nosotros estamos a 300 kilómetros, el de Córdoba a 700 y el de Tucumán a más de 1.000. Si uno no se radica tres o cuatro días en Buenos Aires es muy difícil formar parte de la toma de decisiones importantes. Lo digo porque tuve una presencia constante mucho tiempo y cuando te querés acordar te pasaron por arriba.
–¿Por qué piensa que Central, a pesar de las palabras de su vicepresidente, votó a favor de la creación de la Superliga?
–Creo que los clubes que están contenidos en la Superliga, como Central y Newell's, casi por obligación tuvieron que apoyar la decisión de crear este nuevo formato del fútbol. Tampoco se dio todavía el debate que se debía.
–Lo que no está claro para el hincha común es cómo queda la estructura del fútbol a partir de ahora. ¿Va a estar la AFA por un lado y la Superliga por el otro? ¿Va a estar esta última adentro?
–Es difícil de explicar, realmente. La Superliga es una parte constituyente de la AFA, que tendrá su presidente cuando se normalice, mientras que la Superliga tendrá un CEO o un director supremo. Hay cosas que las segundas o terceras líneas de decisión no ven. Por ejemplo, que el contrato con Fútbol para Todos lo refrendó la misma AFA. O sea que el Gobierno está obligado a girarle el dinero a la AFA. Y la AFA se lo cedería a la Superliga. Tengo entendido que ya la FIFA objetó esa cesión de recursos de la AFA a la Superliga. Así que puede pasar que la junta normalizadora que todavía no fue creada diga que ese dinero quede en el seno de AFA para primero sanear las cuentas y poner en cero la deuda que los clubes tienen con la entidad, que asciende hoy a una cifra que está cerca de los mil millones de pesos. Si fuera así, los clubes no terminarían recibiendo lo que a priori pensaban que iban a percibir. Por otro lado hay algo que pocos saben. En el contrato de Fútbol para Todos, la AFA lo ha utilizado como garantía de un montón de préstamos que sacó y por eso está procesado Segura. Entonces, cómo la AFA va a ceder un derecho de imagen que ya está comprometido. Esto es lo mismo que vender una casa que ya está hipotecada.
"Grondona metió al Estado"
El presidente de la Asociación Rosarina dijo también que se opuso y se opone a la injerencia del Estado nacional en el fútbol.
"El fútbol argentino no está mal en la generación de futbolistas. Estamos primeros en el ranking FIFA. Pero a nivel dirigencial nos estamos yendo al descenso. Yo no estoy de acuerdo con que el Estado siga bancando al fútbol profesional. En su momento se lo dije a Julio Grondona que estaba cometiendo un grave error al meter al Estado dentro de la AFA, que más allá de que le aportara beneficios económicos, era pan para hoy y hambre para mañana. El Gobierno cuando entra (ya sea este o el anterior) lo hace para poner condiciones. Lo hizo el gobierno anterior y lo está haciendo este. Que dijo que sin Superliga hay 1.900 millones y con Superliga 2.500 millones. Es una manera de presionar y torcer decisiones. Porque lo que el lunes era malo, el miércoles se transformó en la mejor decisión".
No hay comentarios:
Publicar un comentario