domingo, 15 de noviembre de 2015

EL ORIGEN DEL PADEL

Padel: el origen nobiliario del deporte de moda en España - Sin una fecha exacta, pero con casi cinco décadas de historia, fue un príncipe el que introdujo el pádel en el país. Las pistas de pádel han cambiado mucho desde sus orígenes.


Un empresario mexicano cansado del frontón, un príncipe hispano-alemán y la emoción de unas decenas de entusiastas miembros de la jet set marbellí de los años 70. Así nació el pádel, que ya es el segundo deporte más practicado en España solo por detrás del fútbol, y que ha mantenido un ascenso silencioso durante casi cinco décadas para pasar de ser el deporte de las élites al preferido por el pueblo. Un deporte en auge que esconde un negocio de 500 millones de euros al año y que ya cuenta en España con 2.500.000 de personas que lo practican de manera habitual.

Fue en un viaje del príncipe Alfonso de Hohenlohe a México cuando se produjo la conexión necesaria para que el pádel pasara de ser un divertimento particular a un deporte de masas. En aquella visita, el noble hispano-alemán visitó a su amigo Enrique Corcuera, un empresario mexicano amante del frontón que había instalado en su casa una pista de lo que él llamaba «paddle tennis». Una mezcla entre el frontón y el tenis, al que había añadido una verja metálica para evitar que las pelotas se marcharan fuera de la pista. A Hohenlohe le encantó la experiencia y decidió importarla a España, donde instaló una pista en el Hotel Marbella Club, que era de su propiedad.

Alfonso Hohenlohe (der)- ABC
Allí, varios miembros de la jet set comenzaron a hacerlo suyo. Manolo Santana, Luis Ortiz ... todos vieron en el pádel un deporte ideal para conjugar deporte y vida social. Las palas de madera con las que jugaba Enrique Corcuera en México fueron refinándose y las reglas también . Al principio solo se disputaba un «set» a 21 puntos, al estilo del ping pong, y poco a poco se fueron adaptando las normas actuales. Sacar por debajo de la cintura, cambiar el tanteo, eliminar los bordes redondeados de la pista... Aquellos cambios fueron modelando un deporte que hoy es visto con normalidad, aunque durante muchos años estuvo marcado por su relación con las élites.

Aquellos partidos de Aznar
Una de las primeras imágenes de este deporte que pudo verse a nivel nacional la protagonizó José María Aznar. El entonces presidente del Gobierno disfrutaba del pádel durante sus vacaciones en Oropesa del Mar. Un deporte que aún en los 90 era difícil de practicar por la falta de pistas. Marbella, la Costa del Sol, Madrid, Cataluña... el pádel se fue extendiendo por toda España y, por esos azares de la vida, acabó floreciendo en Argentina como en ningún otro sitio.

José María Aznar- EFE
Tuvieron que pasar varios años para que el pádel se quitara ese estigma de deporte de élite. Un lastre que, por ejemplo, sigue acompañando a otros como al golf o al esquí, pero que el pádel ha dejado atrás para convertirse en un negocio floreciente en España.

Solo en nuestro país se vendieron aproximadamente 630.000 palas en 2014 y son 2,5 millones de personas las que lo practican de manera habitual (más de una vez al mes). Un número que se prevé que se doble en los próximos cinco años y que genera una facturación de alrededor de 500 millones de euros al año entre los clubes y las empresas dedicadas a la industria del pádel. De hecho, la inversión en instalaciones aumentó en un 25 por ciento en 2014, multiplicándose la oferta de un negocio que ha multiplicado los puestos de trabajo dedicados al deporte de la pala.

Casi 50 años después de aquel viaje de Alfonso Hohenlohe a México, el pádel es un deporte al alza, con las bases cada vez más robustas, que tiene ante sí el reto mantener un crecimiento que augura un futuro prometedor.

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