lunes, 22 de abril de 2013

PETROLERO AUSTRAL ASCENDIÓ AL ARGENTINO B


Misión cumplida y ascenso para “Petro” - Petrolero puso fin a tanta ansiedad, y logró el  merecido ascenso al Argentino B, tras vencer en la finalísima del “C”, a Real Madrid riograndense por dos a cero. Ariel D’Augero en la primera mitad allanó el camino a la consagración. Un golazo de Mariano Matus, sobre el final, sirvió para asegurarla. Delirio  total por una clasificación histórica.


El amplio espectro de las sensaciones, con sus emociones, exaltaciones, y del corazón mil vibraciones. Pospone al menos por un rato, la fría y lineal evaluación de lo producido en cancha por el equipo del indio Nicolai. En razón de la pesada carga emotiva, derivada de  la obtención de un objetivo que  para nada es uno más, por la trascendencia que representa.
Agregar un equipo más en plaza, en el segundo torneo en importancia del interior.

A las pruebas me emito. El rostro desencajado por la emoción de  su entrenador, el indio Nicolai.
Que explota en  llanto  indetenible y cuyas palabras atosigadas por tanta emoción, angustia e incertidumbre, ahora liberadas, se quedan para siempre en el audio de los colegas de San Diego, 92,7. Y del colega Juan Enrique, que  lo aborda tan pronto Eduardo Arpajov, marca el centro de la  cancha, indicando  que el ascenso de Petrolero era  cosa juzgada.
La euforia  a voz de cuello de su hermano Fabián, que adjunta al éxtasis de la euforia  por el blasón  conseguido.

Algún que otro improperio, en son de desahogo hacia los detractores  de siempre,  y principales responsables de haber condenado al fútbol local a nivel de competencia doméstica, a la mediocridad comprobada.
La escenografía roja y blanca domina el ámbito festivo. Banderas y trapos, envuelven a estos héroes, sobre los cuales la mayoría descreía que podían lograr semejante hazaña. Saliendo a la palestra, por los equipos que debían hacerse cargo del muerto, y finalmente, la entidad con Coco Velásquez a la cabeza se hace cargo sin recetas mágicas con compromiso, trabajo y  absoluta confianza  hacia su capital futbolístico y humano. Casi nada.

Cuando se acallen los ecos altisonantes y disminuya la temperatura por la  conquista, habrá tiempo, como excusa de reeditar lo vivido en la inolvidable tarde del 21 de abril de 2013, donde un equipo de hombres, como batirán las estadísticas   con la frialdad informativa en cuestión, superaron en el segundo encuentro revancha, por la final de Argentino “C”, a un dignísimo adversario oriundo de la provincia de Tierra del Fuego, un tal Real Madrid, que murió de pié y que en ningún momento, al margen del fragor de la lucha,  recurrió a un medio desleal para desviar el curso inexorable del éxito riogalleguense.

Se lo tenía merecido: El “vikingo” Ariel D’Augero fue quien enseñó el camino por donde circularía sin discriminación vial alguna, la resonante consagración de su equipo. Con  disciplina táctica, hambre de gloria, y  decisión ofensiva, encaró los 90 minutos finales, como si el marcador obtenido en el encuentro de ida no contara. Y así fue, que  probó de cerca y de lejos al buen arquero de la visita el “Coky” Chávez. Hubo dos remates del destacado del primer tiempo, Matías Borquez, por su  dinámica y pegada.

O ese fallido remate  de Mariano Matus, tras perfecta habilitación de Carlos Arévalo, quien sufrió los embates de la marca del segundo central fueguino, Antonio Garibotto, que lo encontraba y perdía dentro de las 18 yardas.
La urgencia, no es buena consejera, y la visita, sabiendo que con el cero-uno en contra, la tenía por demás cuesta arriba, dispuso de algunas situaciones de aproximación ofensivas. Estas fueron originadas en la salida clara y precisa del pelado Juan Gómez, no solo para recuperar sino para entregarla redonda y limpia, al más dúctil, fino de ellos: Miguel Pereyra, un habilidoso en espacios reducidos.

Todo se diluía allí. Por el buen anticipo de la mitad de la cancha local, personificada en la eficiente tarea de Pablo Hernández, reemplazante obligado de Cristian Figueras, afuera del encuentro, al igual que el volante Claudio Medina.
Rara vez le llegaba a su referente de área Patricio Guerrero.
Sin alcanzar la profundidad necesaria la ofensiva visitante, cobró cierta intensidad con el acople de su número siete, Horacio Bigurrarena.

Era cuestión de asegurarlo: Bajo esa consigna, el indio Nicolai ideó un  esquema con más protagonismo en el desarrollo de las acciones finales del encuentro, con implícita tenencia de  balón.
Por consiguiente, y a tal afecto, afuera Carlos Arévalo, adentro Diego Sandoval.
En cancha el buitre Rubén Gargaglione, que no alcanzó a estar cinco minutos por expulsión, en lugar del goleador Ariel D´Auggero. 
Este último, antes de irse, casi convierte, pero se quedó sin ángulo para definir.

Mariano acusó recibo. He hizo un desparramo descomunal dentro del área chica. Se hamacó de derecha a  izquierda, sacándose dos hombres de encima. Luego, fue el turno del arquero, a quien  dejó gateando y desairado para, con remate cruzado, asegurar  de una vez por todas, el ascenso tan deseado.
GOLAZO, con mayúsculas.
Acto seguido, la carrera loca y triunfal de Mariano Matus, detrás del arco que da a Rivadavia, revoleando la camiseta sobre su cabeza. Como estaba amonestado, Arpajov, lo echó. Te perdonamos Mariano.

Corte informativo: De buena fuente, circula una versión que daría cuenta de un tercer equipo riogallegunse que, por invitación, participaría en el torneo Argentino”B”.


Síntesis 

Petrolero 2

Rodrigo Ludueña, Richard Bazán, Juan Cormack, Eduardo Loncón (C), Sebastián Luna, Pablo Hernández, Matías Bórquez, Martín Insaurralde, Ariel D’Augero, Carlos Arévalo y Mariano Matus.


Real Madrid 0 

Francisco Chávez, Luciano Bertone, Enzo Muller, Gonzalo Gómez, Juan Gómez, Antonio Gariboto, Mauricio Bigurrarena, Miguel González, Patricio Guerrero, Ezequiel Pereyra, Emanuel Quiroga.

Goles D’Augero 44 PT. Matus 38 ST.


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