martes, 16 de julio de 2013

CON VIOLENCIA, NO HAY FUTBOL

Mano dura para los violentos - Si no se aplican severos castigos, se pararán los torneos. BRUTAL ATAQUE. Un grupo de simpatizantes de Ñuñorco agredieron salvajemente a la terna arbitral. El juez Nelson Bejas recibió un proyectil en la frente que le generó un profundo corte en la frente. FOTO

Pasaron más de 24 horas del fin de semana negro y la paz ni asoma en el fútbol tucumano. Esta tarde se desarrollará una reunión entre distintas partes para analizar qué medidas se pueden tomar para acabar con la escalada de violencia. A pesar de que se estudian varias alternativas, todas conducen a un mismo lado: ser inflexibles con los clubes cuyos simpatizantes o dirigentes generen incidentes. Si no hay acuerdo, se parará la pelota. 

El árbitro Nelson Bejas y Sebastián Deu, preparador físico de San Ramón, terminaron heridos al recibir proyectiles que lanzaron simpatizantes de Ñuñorco y Almirante Brown, respectivamente. Además, sufrieron agresiones el plantel, cuerpo técnico y dirigentes de San José (responsabilizaron a hinchas de Talleres de Tafí Viejo); el técnico de Atlético Concepción, Daniel Bustos (fue golpeado por un fanático de los "leones") y toda la delegación de Graneros fue amenazada por los hinchas de Jorge Newbery. 

Por eso, el de ayer fue un lunes diferente. Darío Zamoratte, presidente de la Liga Tucumana de Fútbol, se comunicó con Jorge Díaz, responsable de Seguridad Deportiva de la Policía para decidir de manera urgente qué pueden hacer para frenar el mal momento. Del encuentro también participarán un representante de los árbitros. 

"Nos reuniremos mañana (por hoy) y hay un principio de acuerdo para acabar con este flagelo. Si no se hace algo, no se jugarán los partidos de los certámenes liguistas", declaró Díaz. Zamoratte aportó lo suyo: "estamos tan mal que hasta ayer al mediodía sólo un presidente me llamó para ponerse a trabajar. Esto se acaba acá o se funde el fútbol tucumano". "Estaremos representados por Rubén Tapia. Pediremos que se tomen las medidas necesarias para garantizar la integridad física de los jueces. Además, sabemos que la filial local de Sadra iniciará una huelga si es que no se termina todo esto", adelantó Carlos Salado. 

A pesar del hermetismo, se sabe que los clubes del sur de la provincia están en la mira. Como castigo, se los obligará a jugar en los estadios de la capital o en el este a puertas cerradas. Si no aceptan se suspenderá la competencia del Grupo 3 hasta tanto se defina que medidas tomarán para frenar a los violentos. La noticia cayó como un baldazo de agua fría en ese sector de la ciudad. "Nunca avalaremos la violencia. Nadie de la Liga nos llamó para reunirnos y ver qué hacemos. Duele que estos hechos empañen el fútbol porque nos cuesta un montón abrir los estadios", aseguró Fernando Olea, presidente de Ñuñorco. Nicolás Saracho, presidente de Newbery tiró una frase que dejó plasmados a varios. "Hay que mejorar los operativos para que los encuentros vuelvan a disputarse con ambas hinchadas. Nuestra gente está muy mal con la Liga porque siempre nos sancionan, pero a los otros clubes nunca. Eso genera reacciones que no comparto", concluyó. 

Tampoco se descarta la posibilidad de que se pida ayuda al Gobierno para incrementar la presencia policial en los estadios. Hay varias soluciones en puerta pero lo importante es que funcionen.

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