Esta decisión vacía de sentido y burla al TdI. El Argentino B se desvirtuó tras 48 clubes invitados. El Argentino B se ha transformado en inmanejable por
responsabilidad de sus propios organizadores. Una competencia que perjudica
deportiva e institucionalmente a los clubes pero que enriquece a quienes la (des)organizan, una lógica que reproduce la del fútbol de Primera División.
En el Interior pasa los mismo: el Consejo Federal recauda
dinero de todos y cada uno de los partidos de la categoría, un dinero que los
clubes ceden cada fin de semana a cambio de nada, dinero que cada vez sale
menos de las recaudaciones y más de los bolsillos de sus dirigentes, que
terminan siendo los principales sostenedores de una categoría insostenible.
La insólita decisión del Consejo Federal de incorporar casi
50 equipos al torneo de la próxima temporada bajo el inaceptable concepto de la
"invitación" se explica sólo por la búsqueda de ampliar la capacidad
recaudatoria de la categoría. Para la próxima edición del Argentino B
ascendieron 21 desde el Torneo del Interior (TdI). Por su parte, el Consejo
Federal "ascendió" a 48 equipos, cuatro de los cuales (entre ellos
Atlético Regina) ni siquiera participaron del último TdI.
Pero a cuenta es simple y lo explica todo: más equipos, más
partidos, más dinero para el Consejo Federal, que siempre se lleva una suma de
cada uno de ellos. Por caso, la AFA vía el Consejo Federal recaudó 6,5 millones
de pesos sólo por los partidos de primera fase de la última temporada disputada
por cien equipos. Cada partido de local le cuesta al dueño de casa un piso
mínimo y fijo de 4.700, pero variable en caso de que la recaudación sea
superior. ¿Cuánto será la recaudación en la temporada 2013/14 teniendo en
cuenta que serán al menos 144 equipos, pero que pueden ser más porque las
invitaciones siguen abiertas?
La primera edición del torneo Argentino B fue en la
temporada 1995/96, disputada por 75 equipos y que no incluyó a clubes de la
Patagonia. En la siguiente campaña, la 96/97 se sumaron Independiente de
Neuquén, Alto Valle, Centro Español de Plottier, Villa Congreso de Viedma,
Defensores de La Colonia de Colonia Juliá y Echarren y Atlético Chimpay, además
de clubes de Chubut y Santa Cruz. En la tercera etapa de ese torneo se sumó
Boca Unidos de Bariloche.
Vale decir que la temporada 95/96 también fue la primera del
torneo Argentino A, del cual participaron ese año Cipolletti y Deportivo Roca.
El Albinegro ascendió a la B Nacional, mientras que el Naranja decidió
renunciar a la categoría. Reaparecería en el torneo Argentino B 2000/01.
En sus comienzos el Argentino B se parecía mucho al actual
formato: más de cien clubes y cambios permanentes en su forma de disputa. Pero
aquello tenía sentido: no existía el Torneo del Interior, por lo que el
Argentino B era el nexo entre las ligas y el Argentino A. Recién cuando se creó
el Torneo del Interior, en el 2004, el formato del Argentino B se redujo a 48
equipos con formato similar al del Argentino A.
Esta razonable forma de competencia y su saludable
estabilidad se terminó en el 2011 cuando el Consejo Federal decidió aumentar a
60 la cantidad de equipos. Al año siguiente el número de participantes se
disparó a 100 y este año quién sabe. Hasta hoy los invitados son 48, pero no
todos aceptaron. Es que el jueves se supo que El Trapiche de San Luis,
Independiente de Santiago del Estero y Belgrano de Santa Rosa no aceptaron
participar del torneo por ser inviable económicamente (ver placa). Pero el
Consejo Federal tiene hasta tiempo hasta el próximo jueves para seguir
incorporando equipos.
La primera reestructuración, en el 2011, surgió de la
necesidad de equilibrar las zonas a partir de los ascensos y descensos
producidos en la temporada anterior y en las dificultades de muchos equipos
para afrontar viajes largos. De la Patagonia fueron invitados Jorge Newbery de
Comodoro Rivadavia, Racing de Trelew y Maronese de Neuquén.
La segunda reestructuración, hecha el año pasado, apuntó a
una profunda regionalización del torneo y aplicó la misma fórmula: achicó
distancias agrandando el número de participantes. La cifra se estiró a 100, 62
más que la temporada anterior. Así, la Patagonia, con 16 equipos, se subdividió
en norte y sur.
Pero la fórmula de aumentar la cantidad de equipos no sólo
no solucionó el problema que pretendía resolver, sino que perjudicó sobremanera
el Argentino B y también el Torneo del Interior. Los clubes siguen reclamando
soluciones al desfinanciamiento que les provoca participar del torneo.
De nada sirvió agigantar la categoría, que además vació de
sentido y de contenidos al Torneo del Interior. En dos años, el Consejo Federal
ascendió desde sus oficinas a 62 equipos sin contar a los otros 48 a. los que
les regaló sus ascensos en lo que va del mes de julio. Es decir que en tres
temporadas, el organismo (des)organizador del fútbol de las provincias sacó 110
potenciales participantes del Torneo del Interior.
¿Quiénes lo disputarán en
2014? O peor aún ¿para qué lo disputarán si a mediados de cada año se puede
acceder al Argentino B por invitación?
Las invitaciones son una tentación a las que casi ningún
clubes resiste. Sin saber cómo afrontarán el desafío de un torneo mucho más
exigente, deportiva y económicamente, que las ligas en las cuales participan
los clubes ven en las invitaciones la vía rápida para salir del ostracismo que
son hoy las ligas regionales.
La permanencia en la categoría también demuestra la inviabilidad
deportivas de "ascender" por invitación. De los 21 descensos
producidos en la última temporada, 15 fueron de equipos invitados un año antes.
El caso de Defensores del Pronunciamiento, de Entre Ríos, es paradigmático: fue
invitado en 2011 y descendió. Fue vuelto a invitar en 2012 y otra vez
descendió.
En la última temporada se dispuso que los tres últimos de
cada una de las siete zonas descenderían, pues bien, los tres descendidos de
las zonas 1 y 4 fueron equipos invitados y en el resto de las zonas, dos de
cada tres descensos les correspondieron a equipos invitados. Sólo en la zona
patagónica, descendió "apenas" un invitado (en 2011): Maronese.
Pero hay más. De los cinco clubes que decidieron bajarse de
la categoría este mes, cuatro habían invitados en su momento: Rosamonte de
Apóstoles, Brown de Posadas, Alvear de La Pampa y Newbery de Comodoro
Rivadavia. La excepción es El Linqueño, de Lincoln, un histórico de la
categoría.
"No tenemos resuelto cómo va a ser el armado de zonas
pero la idea es recorran la menor distancia posible y que no tengan que jugar
muchas veces entre los mismos equipos, para evitar que se torne aburrido",
confesó hace sólo un mes Gustavo Ceresa, quien gobierna el Consejo Federal con
la misma discreción que Julio Grondona administra el fútbol de AFA. Hoy tampoco
lo saben. No lo saben ellos ni los clubes, que aún así aceptan jugar un torneo
sin siquiera saber contra quién jugarán. Y conocer los rivales permite saber
cuánto se va a gastar en viajes, acaso el principal gasto.
Quizás, un ejemplo de lo que el Argentino hace con sus
clubes sea el propio Deportivo Roca: finalista de las ediciones 2010/11 y
2011/12 y semifinalista de la última edición tuvo que desprenderse de su
exitoso cuerpo técnico a fines del año pasado y de todos sus refuerzos al
cierre de la última temporada y tendrá que afrontar la que viene con jugadores
de la zona y de sus divisiones inferiores por falta de recursos.
Y lo que consiga será para utilizar, en parte, para afrontar
la deuda de 400.000 pesos contraída en las anteriores temporadas, en las cuales
estuvo a un paso del ascenso. Mejor ni pensar qué habría ocurrido con la
economía del club con campañas discretas.
juan mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar
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