UN piloto, una leyenda - Sebastian Loeb logró su noveno título mundial en fila, después de ganar el Rally de Francia. Superó todos los récords que
estaban vigentes
Con un noveno título mundial logrado ayer en el Rally de Francia, Sebastian Loeb respondió a su estatuto de héroe local de Alsacia, un piloto de leyenda, pero a la vez un hombre "normal" que supo mantener los pies en el suelo pese a la gloria.
A sus 38 años, el galo cuenta con el mayor palmarés de la historia del deporte del motor. Logró nueve títulos mundiales consecutivos y 75 victorias en el WRC.
Superó a otra leyenda como el alemán Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo en la Fórmula 1, aunque no consecutivos, quien termina de anunciar su retiro definitiva de los circuitos, al que le une una buena amistad y con el que sale a veces a participar en pruebas de motos en el circuito de Bresse, cerca de su residencia suiza.
Tranquilo, reflexivo y con una imagen pública impecable, Loeb intenta pasar el máximo tiempo posible con su familia, con su esposa Severine y con su hija, la pequeña Valentine.
Trata de dar una imagen de yerno ideal, aunque en su juventud no siempre fue precisamente un ángel.
Después de practicar la gimnasia de niño, en la adolescencia sucumbió a los encantos del motor y de la velocidad. Primero en motos y luego con los autos, donde empezó a disfrutar del placer de andar a fondo.
Solía entrenar por las calles de su región natal, para desesperación de algunos vecinos y de los gendarmes de la zona.
Fue descubierto en una prueba de jóvenes en 1996 y Citroën se movió rápido para ficharlo. Su ascenso fue meteórico y ya en 2003 estaba luchando por el título mundial contra el noruego Petter Solberg.
Ese año, en Gran Bretaña, se vio obligado a dejar pasar sus ambiciones personales a un segundo plano y centrarse en asegurar el título de constructores, antes que en pensar en conquistar el de pilotos.
La espina duró poco tiempo, ya que en 2004 lo conquistó y desde entonces fue repitiendo, año a año.
Su palmarés, asociado a una imagen de persona natural y afable, lo convirtieron en uno de los deportistas preferidos de los franceses y un reclamo asiduo para los publicistas.
Loeb es un piloto polivalente y participó también en las 24 Horas de Le Mans en 2005 y 2006, la última terminó en un excelente segundo puesto en un Pescarolo.
También efectuó varias pruebas en los Peugeot 908 de resistencia y en un Fórmula 1, disputando varias pruebas de la Porsche Carrera Cup y del GT-Tour, en circuitos franceses.
A sus 38 años, Loeb anunció recientemente que la de 2012 será su última temporada completa en el WRC. En 2013, sólo participará en algunas pruebas, por placer, especialmente en Montecarlo, su rally favorito.
Pero eso no significa que abandone la práctica del motor. En 2014, podría participar en el Mundial de Turismo (WTCC). Y visto su gusto por la victoria, no será precisamente para hacer turismo.
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