8 DE MARZO DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER - Pero fundamentalmente, la esperanza de un mundo mejor se fortalece. Este día no es otra cosa que reconocer a las mujeres corrientes pero protagonistas y artífices de la historia. Y que vienen desarrollando una lucha por participar y ocupar un lugar en la sociedad con igualdad con respecto al hombre.
Este planto no es contemporáneo sino que está pronunciado de manera constante desde el fondo mismo de la historia de la humanidad. Por ejemplo, alcanza con recordar que en la antigua Grecia, Lisístrata animó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; o más cerca, en la Revolución Francesa, pedían “libertad, igualdad y fraternidad” y ya en 1789 pedían poder sufragar.
En 1914, las mujeres del mundo lanzaron un llamado de fraternidad universal y fijaron el 8 de marzo como fecha mundial dedicada a la mujer. Desde entonces se hace más evidente la necesidad de que se consolide su plena participación, en condiciones de igualdad, en la vida política, civil, económica, social y cultural de los pueblos.
Es necesario reparar en algunos conceptos. Por ejemplo, el 10 de febrero de 1912, se sancionó en la Argentina la Ley Nº 8.871, conocida como Ley Sáenz Peña. Esa norma fue considerada como un gran avance para la democracia dado que estableció el sufragio secreto, obligatorio y “universal”. Sin embargo, la mujer no tenía el derecho de votar. ¿Qué se entendía por universal? La respuesta puede brindar una aproximación de por qué es importante que estas luchas también se den en el plano socio cultural para el pleno ejercicio de los derechos integrales de todos los ciudadanos. El derecho a votar se logró recién a partir de la promulgación de la Ley 13.010 del sufragio femenino, anunciada por el presidente Juan Domingo Perón, el 23 de septiembre de 1947. Es decir, 37 años después.
Lo cierto y esencial es que el Día Internacional de la Mujer tiene una dimensión mundial para el conjunto de la sociedad y esta fecha debe ser un punto de encuentro en común para que los derechos de la mujer y su participación integral no sufra ningún obstáculo ni demora. Es oportuno también reflexionar sobre las conquistas logradas, pero también para exigir los cambios que aún se anhelan en materia de igualdad.
Es imperioso profundizar y fortalecer las demandas para que los gobiernos cambien las leyes y garantizar una mayor igualdad, que las empresas ofrezcan trabajos decentes y remuneraciones iguales y que los padres enseñen a sus hijos que todos los seres humanos tienen que ser tratados del mismo modo.
Es indudable que las sociedades han logrado enormes progresos en la materia, pero falta mucho. Hoy por hoy ningún país ni ninguna sociedad puede decir que está totalmente libre de discriminación de género. El Argentino.
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