COMO TE HAN ABANDONADO - Pensar que con hilo y aguja, los gajos se juntaban y el futbol volvía a empezar, la redonda volvia a girar entre los trapos, entre las piedras, entre los yuyos, o en el mismo cemento de la modernización, hasta llegar a la manta sintética que tapó todos los males que existían, como la solución mágica.
Foto: Raul Maldonado.-
Como te han abandonado, futbol federado, que falta de respeto a las instituciones (y me refiero a aquellos que dejaron gran parte de su vida para levantar los clubes que hoy existen).
Pensar que con aguja e hilo, remendaban los cueros que daban marcha a la alegria, a la felicidad, y quisas al único entretenimiento y gratis, que habia en lo mas recondito del planeta, o en nuestra querida ciudad, Río Gallegos.
Con viento, con frío, con nieve, pero con mucho amor, con mucho cariño, se juntaban diariamente los diversos grupos en los primeros terrenos donde en lugar de arboles, se plantaban arcos, y donde las piedras eran recogidas a mano, como si fueran frutos maduros, para despejar el campito donde los chicos, con zapatos, zapatillas, alpargatas, o lo que sea, daban sus primeros gritos, tras imaginar que el balón golpeaba con una red que nunca estaba, o que era reemplazada por el muro de la vecina, que en algunos casos se adueñaba de los mas preciado, la de cuero.
Pensar que con hilo y aguja, se arreglaba el problema, porque la única manera de suspender un encuentro, era cuando la de cuero decía hasta aca llegue, basta estoy rota.
Y no hacia falta pasar por el profesional, sino, señalar a aquel, que con muchas mañas, se las arreglaba. para coser los gajos, para engrasar el cuero, y para hacerla rebotar como nunca, quedó linda no? si quieren le echan un poco mas de aire che!!!
Asi empezamos a lastimar este hermoso deporte, cuando llego la pelota nueva y que cuando se rompía el hilo y aguja, no servían, porque eran modernas, picaban como ninguna, y mas livianita, para acomodarla en cualquier parte dentro del marco.
Como te han abandonado, porque despues de la nueva pelota, vinieron, las escuelitas del fútbol moderno, vinieron los famosos dirigentes que con plata empezaban a ganar los campeonatos, se perdio la escencia del barrio, del frigorífico, del puerto, del cementerio, del carmen, del jardín, y donde muchos sin pisar el cesped de los profesionales, imaginaron estar en el Monumental o la Bombonera, por citar algunos.
Y sin hilo y sin aguja, dejemos fuera a los buenos dirigentes que tambien hubieron, y hay todavia, aunque cansados de remar contra la corriente. Pero poco a poco el futbol federado se fue muriendo, año tras año, y el futbol barrial sigue creciendo, y porque? porque el futbol nunca se morirá. Porque aunque abandonado este, el futbol sigue vivo en todos nosotros, desde que nacemos, la primer escuela del futbol es la casa de los padres, con el primer regalo, la pelota.
Tenemos que seguir trabajando, apoyando y difundiendo todas las actividades deportivas, pero el fútbol, necesita hoy mas que nunca de nuestro aporte, por los chicos que cargan diariamente su mochila llena de ilusiones representadas en unas vendas y un par de botines, y que sanamente lo viven.
Tenemos que seguir por aquellos que diariamente, con el bolso y la carpeta, con varias pelotas, y un discurso mas que usado en la actualidad, el de dejar el pucho, el alcohol y dedicarse al estudio y al deporte, porque saben que con alguna de esas pelotas, puede estar hoy pateando un futuro profesional que represente al conjunto.
Tenemos que seguir porque es un buen momento, el camino esta abierto, eso que tanto pedimos, de meter un profesional en el futbol grande, ya lo hicimos, basta de poner palos en la rueda y a poner un poco mas de sacrificio, y aportar a las instituciones para llenar estas canchas de césped sintético que piden a gritos que las usen, que las llenen, que desborde la tribuna como la celeste de madera, con olor a pasto verde de la negra y amarilla, con el polvo con las luces, con la gente, porque con aguja e hilo, no se arregla.-
Radio San Diego Juan Enrique Gonzalez.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario