Especiales: los otros Maradona - El mundo del fútbol, generoso como pocos, nos ha dado la oportunidad de ver en acción a más de un Maradona. No sólo al Diego y a sus hermanos Lalo y el Turco, sino también a algún que otro derivado, como el sobrino Daniel. Todos ellos, a su manera, escribieron páginas de gloria y se retiraron para dejarles lugar a las nuevas generaciones.
He aquí un repaso de los Maradona que aún sobreviven en el ambiente gracias al apellido que les tocó en suerte…o desgracia.
Diego Hernán Maradona
Hijo de Lalo, número 10 como su tío. Hizo inferiores en Argentinos Juniors y después marchó a Canadá, donde vivió junto a su familia, para sumarse a las filas del North York Astros de Toronto.
Tras desempeñarse durante 3 años en esa liga, en 2010 volvió al país y fichó con Camioneros, el equipo de Moyano en el Torneo Argentino C.
Que su tío haya ido entrenar alguna vez en camión, sin embargo, no le sirvió para asegurarse el éxito. En un torneo con escasa difusión no pudo destacarse, regresó silenciosamente al fútbol canadiense y recién recobró notoriedad cuando, en noviembre de 2011, viajó a España para vestir los colores del Alzira, conjunto de la tercera división.
Luego de firmar el contrato y abrazarse con su padre, el presidente del club declaró: “si viene de la Primera División de Canadá, seguro que tiene calidad suficiente para jugar aquí” (?). Lo que no sabía el Presi era que lo que necesitaba el futbolista era la nacionalidad española, o a la sumo la argentina, porque la canadiense le impedía debutar oficialmente.
Fue así como, después de tanta promoción en vano y algunos pocos entrenamientos, los dirigentes españoles se apoyaron en la burocracia para desistir del fichaje de Maradona
Jorge Raúl Maradona
El otro hijo de Lalo. Tuvo su momento de fama desde muy niño, cuando exhibió su pito en la revista Caras, junto a su papá, el tío Diego y la tía Claudia. Vivió durante su infancia en Canadá y ya de adolescente volvió al país para sumarse a las inferiores de Argentinos Juniors.
Se formó como volante central en su categoría, la ’92, aunque cansado de ocupar el banco de los suplentes también jugó de mediocampista por derecha y hasta de marcador central. El año pasado llegó a actuar en la 4º división dirigida por Carlos Ereros.
Diego Armando Sinagra
Nació el 20 de septiembre de 1986, en Nápoles, como fruto de una relación extra matrimonial del Diez con Cristiana Sinagra. Negado por su padre, obtuvo el reconocimiento por parte de la justicia recién en 1993.
El pibe, parecido físicamente, aunque derecho y con una evidente falta de talento, intentó de todas maneras armar una carrera en el fútbol. Hizo inferiores en el Nápoli (1997 a 2004) y consiguió que lo convocaran a la selección sub 17 de Italia, en 2001.
Siempre en categorías formativas, pasó al Genoa (2004/05) y finalmente debutó profesionalmente en Cervia Vodafone (2005), un equipo del ascenso protagonista de un reality show llamado Campioni, Il sogno.
Luego Junior siguió baldoseando frenéticamente en Internapoli (2006), Quarto (2007 y 2009), Venafro (2007/08) y Boys Caivanese (2008). Aunque, claro, lo más jugoso vendría después.
En octubre de 2008 viajó a la Argentina y logró que lo probaran ¡en River!. “De verdad que me gustaría jugar en este club, es un sueño, y no se trata de un desafío a mi padre. Desde chiquito que me encanta el estilo que tienen sus jugadores“, dijo.
Además, incursionó en el fútbol playa. Fue convocado, a manera de promoción, al seleccionado italiano que participaba de las eliminatorias para el Mundial de Francia 2008. Si bien no se destacó, el equipo clasificó y por eso lo terminaron contratando de Mare di Roma (2008). Ahí marcó 6 goles en 3 partidos y se ganó definitivamente un lugar en el plantel de Italia que participó del Mundial de la especialidad. En 2009 se incorporó al Nápoli Beach Soccer y fue determinante para que el equipo obtuviera el primer título de su historia. Eso le dio el valor, increíblemente, ¡para poner una escuelita!
En los últimos años se ha sumado a infinidad de equipos no muy prestigiosos del Calcio, como America, Arzanese y Juve Stabia, aunque la maniobra parece ser marketinera, porque el pibe arregla todo de palabra pero después no juega. Sin ir más lejos, a comienzos de este año se anunció su llegada a la Universidad César Vallejo de Perú, pero todavía lo están esperando
Sergio David Maradona
Desde muy pequeño fue entrevistado por los medios, donde se dedicó a contar el orgullo que sentía al llevar el apellido del Diez. “Todos me dicen que juego parecido a Maradona, pero el Diego es el mejor del mundo”, decía a sus tiernos 11 años, mientras la rompía con la camisetita de Newell’s.
En sus comienzos, Serginho (apodo de brasileño) jugaba con la camiseta número 9 pero a medida que fue creciendo su historia tomó mayor reconocimiento y tuvo que empezar a jugar de 10, casi por obligación. Es más, también empezaron a llamarlo Diego.
Tras un paso efímero por las juveniles de River Plate, el Maradona rosarino se incorporó en 2007 a Atlético Tucumán para actuar en el Argentino A. Tras su primer entrenamiento, el técnico Jorge El Indio Solari, que también había dirigido a Diegote, declaró sobre Sergio: “Desde mitad de cancha hasta el área llega en 3 segundos. Además, tiene un gran despliegue: es gambeteador y tiene capacidad para recuperar la pelota”. Pese a los elogios, el pibe apenas pudo disputar 2 encuentros en ese nivel del ascenso y terminó jugando con el Decano tucumano en la liga local.
En 2008 viajó a México y firmó con el Orizaba, un equipo de la tercera categoría. Allí lo recibieron como si fuera una estrella y él terminó devolviendo gentilezas…con una expulsión en su debut. Tras una jornada en la que estuvo sancionado, regresó a las canchas y ¡lo volvieron a echar! En total, disputó 15 encuentros y recibió 6 tarjetas amarillas. ¿Goles? Ninguno, claro.
Después de algunos años donde no se supo nada sobre su paradero, en 2012 lo ubicamos en la Liga Casildense de Fútbol (Santa Fe), recolectando amonestaciones con los colores del club América.
Ah, como si fuera poco, no es pariente de Diego.
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