lunes, 14 de mayo de 2012

INDEPENDIENTE NEUQUINO HACE HISTORIA

Las luces fueron rojas - Tiro Federal tuvo un gran apoyo, pero terminó muy triste. BAHÍA BLANCA (enviados especiales).- En esta ciudad se respira básquet pero se palpita por el fútbol. La cancha de Tiro Federal fue la prueba fehaciente de que el bahiense es un hincha fervoroso, sentido, sufriente.
La tarde-noche tomó rápido color, vestida de violeta y amarillo en la tribuna principal de un club que nació allá por 1986 en los polígonos, y que hoy se apasiona por la redonda. Esta institución se creó y creció a partir un grupo de familias 'turcas', está instalado en el corazón de la villa del mismo nombre y desde hace un tiempo su fútbol es manejado por un empresario que, dicen aquí, tiene intenciones de ascenso.

El recibimiento del equipo (también una manera de intentar amedrentar al rival) fue con una especie de espectáculo de luces, pirotecnia y fuegos artificiales, que provocó un enorme asombro y encendió las gargantas locales.

Voces que atronaron durante los 90' y que se fueron apagando cuando la eliminación se hacía irreversible. Entonces llegó el momento del Rojo, el de la catarsis, el desahogo, las lágrimas, los abrazos. El festejo de un plantel que en la previa no estaba en ninguna lista de favoritos.

Hace historia y sueña

Independiente tuvo aguante en Bahía y se metió en la final del TdI. Tiene dos chances de ascender.

BAHÍA BLANCA (Sebastián Busader, enviado especial).- La fría noche en esta localidad acabó espléndida. Al menos para Independiente de Neuquén, que aunque perdió 2-1 ante Tiro Federal clasificó a una de las finales del Torneo del Interior porque en la ida había ganado 2-0.

Ahora el Rojo que dirige Gustavo Coronel buscará meterse en la historia de un fútbol regional que necesita a otro equipo en el concierto nacional.

Para volver al Argentino B tendrá dos chances: primero, una final con Independiente de Chivilcoy que comenzará a jugarse a partir del fin de semana que viene; segundo y en caso de perder, un repechaje ante Racing de Trelew.

Sufridos fueron los 45 minutos iniciales para Independiente. Algunas respuestas para esta sentencia: de entrada, que le cedió pelota y terreno a Tiro Federal. Y además, que los locales preocuparon mucho con las pelotas paradas, sobre todo porque el Rojo tiene escasa altura para ir a luchar cuando los balones llueven. Una de las ideas del cuerpo técnico era 'bancar los primeros 15', una vieja teoría en partidos con pinta de final. Claro, los bahienses se rieron cuando a los 11 los defensores del Rojo ingresaron en el terreno de la distracción e Iván Catani no los perdonó.

El gol fue un mazazo en pleno rostro para los neuquinos y Tiro entendió que el negocio estaba en el aire. Por eso, buscó constantemente manos a manos y la visita cometió nada menos que ocho faltas, que cayeron transformados en peligrosos centros. Eso es lo que padeció Independiente. Así casi aumenta Sebastián Mancinelli, pero su cabezazo fue a dar al travesaño, y por esa vía Nicolás Peralta le sacó una pelota enorme a Emanuel Tamalet, y luego se lo comió de manera increíble Santiago Fernández.

Eso sí, la visita respondió en el golpe por golpe con el intermitente pero genial pie zurdo de Orlando Porra y algunas corridas de Mauricio Villa. Éste último tuvo la apertura del marcador a los 32 segundos, luego de una enorme cesión de Lalo, que a los 41 volvió a frotar la lámpara para la entrada poco agraciada de Jesús Mora. La otra clara fue una jugada personal de Villa que activó los reflejos de Mauricio Díaz Venegas.

El ST comenzó con la adrenalina necesaria como para pensar en un final de novela. A los 4 Facundo Schmidt cayó en el área, arriba de las piernas de un Facundo Salinas que había ido al piso, y el árbitro marcó el punto de penal mientras los visitantes se les iban encima. Catani no falló y el cielo se volvía infierno para Independiente. Claro, los distintos son los que cambian las historias y ahí apareció Porra a los 7, metió un pelotazo genial para un Villa que definió mejor: con dos enganches adentro del área y un zurdazo goleador.

Ese gol fue un respiro y un punto de inflexión. Independiente encontró aplomo, los centrales se afirmaron -habían jugado un flojo PT-, creció la estampa de José Ancatén y aunque Tiro tenía la pelota, no dañaba. Es más, el Rojo tuvo un par para igualarlo: a los 30, con un disparo de Mora que se fue cerca y a los 38 con un frentazo de Tate Carpinello que increíblemente fue a dormir a las manos del 1. Volvió a aparecer Nicolás Peralta a los 32 para ahogarle el grito a Cacheiro y Tiro Federal fue con todo al ataque, pero se encontró con una muralla defensiva infranqueable.

Así, con menos fútbol que en otras oportunidades, pero con personalidad y orgullo, este Rojo escapó de su propio infierno, se sacó de encima a un incómodo rival y ahora va por la gloria ante su homónimo de Chivilcoy. Después de tantos años de sufrimiento, el Diablo volvió a tener una noche espléndida.

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