LA CARRERA CONTRA RELOJ - Las empresas de construcción trabajan a destajo para remodelar uno de los estadios más famosos del mundo, en el que se jugará la final del Mundial 2014.
El Maracaná ya no es lo que era, ese estadio que despertaba admiración. Hoy apenas quedan recuerdos gloriosos que marcaron una era del fútbol brasileño. Testigo de enormes hazañas e increíble decepciones. La pelota ya no rueda.
Pero sí se levantan muros y construcciones. Las obras tienen prohibido tomarse un descanso porque hay objetivos que cumplir. Y en el calendario de la FIFA indica que el mítico estadio de Río de Janeiro tiene que estar en condiciones para febrero de 2013, fecha de entrega de cronogramas que dispuso la FIFA.
Porque en el Maracaná se jugará la final de la Copa del Mundo 2014. Entonces, hay que trabajar a destajo y el único día de descanso es el domingo. Desde que comenzó la reforma, en 2010, las obras avanzan. Lentamente, pero avanzan.
Pero, por las dudas, los dirigentes del fútbol de Brasil ya tienen un plan B: el juvenil estadio Joao Havelange, que se inauguró en 2007 y sería la sede de la Copa Confederaciones 2013.
El Joao Havelange, con capacidad para 45 mil personas y también conocido como Engenhao, será testigo esta noche del duelo entre Fluminense y Boca, por el pase a la semifinal de la Copa Libertadores. Pero este estadio que fue construido para los Juegos Panamericanos 2007 no tiene a ningún club como dueño.
Por lo general es Botafogo el que hace de local. También Fluminense. Pero ambos equipos la alquilan al gobierno municipal. ¿Dónde juega como local el Flamengo, el equipo más popular de Río de Janeiro? En Volta Redonda, aunque suele variar y trasladarse hacia otras ciudades.
¿Qué pasará cuando el Maracaná esté totalmente renovado? Diego Tirre, periodista de Radio Brasil que sigue las campañas de Flamengo y Fluminense, cree tener la respuesta: "Es muy probable que ambas instituciones lo compren".
Mientras tanto, el Maracaná cambia su maquillaje y trabaja contrareloj. Pero el propio Tirre opina que el mayor apremio de la dirigencia del fútbol brasileño no es llegar a tiempo con las remodelaciones de los estadios. "Las obras están encaminadas. Se mejoró mucho este último año. Pero la verdadera preocupación es la movilidad urbana y el tránsito. Es un punto que hay que seguir de cerca, porque nos puede traer un dolor de cabeza". POR JOAQUÍN FINAT, ENVIADO ESPECIAL A RIO DE JANEIRO.
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