martes, 3 de mayo de 2011

LUIS LAZARTE PERDIO ANTE SOLIS

Perder el título no relega una vida admirable - Luis Lazarte, un emblemático habitante de Mar del Plata que a los 40 años alterna su vida de "obrero barrendero" de las calles de la ciudad con la imagen impactante del campeón mundial de boxeo, cerró anteanoche en el club Once Unidos, un ciclo que pareció emerger de un cuento de hadas o cenicientas, en donde lo irrealizable se hace posible.
En el desquite esperado, Luis Lazarte cayó en un fallo justo y dividido frente al mexicano Ulises Solís. sentenció -además- el final de un período fantástico en el cual un atleta maduro y simple como él, demostró como se puede cumplir un gran sueño en este deporte sobre la base del esmero, el esfuerzo y la convicción.

La mirada inocente e infantil de Lazarte (48,900), perdida en su rincón no encontraba complicidad ni contemplación a la hora del veredicto. Sus ojos parecían rebotar en la agria expresión que causa el dolor de la derrota y que, sólo su esposa Gabriela, junto a su "tía mamá" Dora, acompañantes de siempre en su convivencia con la pobreza digna, eran capaces de entender.

Los jurados norteamericanos Steve Weisfeld y Denny Nelson, fallaron 116-111 y 115-112, respectivamente, a favor de Solís; el chileno Jorge Tripodi optó por 114-113 para Lazarte. La tarjeta de La Nacion indicó 116-112 para Solís. El árbitro estadounidense Benjie Esteves, de aceptable tarea, descontó un punto a cada boxeador por infracciones reiteradas.

Solís, de 29 años y un record de 33 victorias, 2 derrotas y 3 empates, reconquistó la corona que estuvo en su poder entre 2006 y 2009, gracias a la prudencia con la que utilizó su jab de izquierda en larga distancia. Sus esporádicos cruces de derecha evidenciaron su superioridad técnica sobre Lazarte, quién no pudo descontar, con sus intentos y golpes voleados al final, la desventaja acumulada en el primer ciclo del match.

Este combate, declarado desquite oficial por la FIB, fue de trámite mediocre e inferior en comparación con aquel polémico pleito efectuado el 18 de diciembre pasado que culminó empatado en una decisión absurda y localista que favoreció a Lazarte.

La falta de profundidad y dinamismo que tuvo este encuentro parecen perderse en un abismo indiferente a la hora del análisis técnico. Lazarte, sufrió y evidenció el esfuerzo hecho para dar la categoría; lo hizo en segundo pesaje debiendo relegar un kilogramo que fue vital en la merma de su rendimiento. Trató de evitar el "vencimiento" de su ciclo mundialista, peleando de local, con el bombo, el aliento de sus compañeros de sindicato y en su ciudad; relegando miles de dólares considerados prescindibles para su manera de vida donde el boxeo es un deporte y no un negocio. Quizás ello potencie su sueño y su realización.

Su cuento de campeón mundial duró un año desde aquella jornada épica de su coronación ante el colombiano Carlos Támara, tras cinco intentos fallidos. La derrota ante Solís suscita el epílogo en una obra "de vida y de ring" donde no hay lugar para objeciones ni reproches. Sí, en cambio para un aplauso contemplativo y admirable.

La carrera del marplatense en número

Lazarte, con 40 años, quedó con un registro de 48 victorias (18 KO), diez derrotas y dos empates. Solís, de 29 años y nacido en Guadalajara, ya fue titular minimosca FIB y realizó 9 defensas, y ahora tiene un récord de 33 victorias (21 KO), dos derrotas y tres empates. Por Osvaldo Principi . Para LA NACION

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