sábado, 28 de mayo de 2011

PEÑAROL 82 ATENAS 66

Peñarol consiguió el segundo punto en la final - Se impuso por 82-66 y está arriba por dos partidos en la final de la Liga Nacional; en Mar del Plata, el duelo terminó con algunos incidentes. Por Miguel Romano, enviado especial.
MAR DEL PLATA.- Peñarol se vino con todo el placar. Trajo los borcegos por si había que barro; el paraguas por si llovía, la campera por si refrescaba y una mochila con primeros auxilios. Bien pertrechado porque se anunciaba tormenta fea. Atenas había estado lamiendo heridas y afilando cuchillos todo el día. Sin embargo, el cordobés volvió a demostrar que todavía le falta saber sobreponerse a las adversidades y no perder la línea cuando las cosas van mal. Como hacía los viejos Marcelo, Pichi y Diego. Atenas pagó su inexperiencia en finales otra vez; perdió anoche 66 - 82 y dejó la serie 2 a 0 a favor de Peñarol, que irá a Córdoba con una gran tranquilidad.

De entrada se notó otro Atenas, concentrado, ágil, sin titubeos y con estrategia nueva. Mucha movilidad en los perimetrales para abrir espacios, penetrar y recién allí habilitar con los grandes. Y le dio resultados. Llegó a ganar 17 a 13, con varios puntos de los internos James Lewis y Greg Lewis. El local asimiló todo, estaba preparado.Con oficio, lo fue emparejando, muñequeando, recalculando y dándole más intensidad a su defensa con los suplentes, que fueron clave para cambiar el partido con robos, rebotes y buenas ayudas al promediar el 2o cuarto. Dos o tres robos con contraataque, una falta antideportiva de Bruno Lábaque, varias pérdidas cordobesas (14 en 20m) cambiaron el clima. El campeón empezó a disfrutar de la desesperación y la bronca del rival posteando a cualquiera que tuviera ventaja física sobre su marcador y aprovechando la tremenda experiencia de Leo Gutiérrez. Caudillo silencioso y decisivo. Así Peña sacó 11 puntos (37-26) a 3 del final del PT (44-35), pero lo peor es que Atenas se descontroló, se desquició con los árbitros yperdió el orden que le dio resultados al principio.

Peñarol, que no había sacado de su mochila los misiles tierra-aro, que tanta destrucción provocaron en el 1er juego, los utilizó en el 3er cuarto cuando el juego había entrado en una meseta. Y fueron los suplentes Facundo Campazzo y Salem Safar los que los metieron. Nada peor para el orgullo cordobés. Mazazos sicológicos. En un ratito, el milrrayita empezó la fiesta, ganando 61-43 el parcial y sabiendo que había salido el sol, el viento estaba calmo y la tormenta verde totalmente controlada. Con buenos goleos de Gutiiérrez (17) y Campazzo (15), demostró que el oficio es una gran ventaja en esta serie.

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