Fabricante de Maravillas - Edición impresa. Rubén Paniagua, tío de Sergio
Martínez, charló con Crónica y reveló cómo inició en el boxeo al
campeón mediano CMB, publica en exclusiva el Diario Crónica. Por Mariano Atanasoff
Desde la madrugada del domingo, cuando Sergio Martínez se consagró
campeón de los medianos del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), muchos se enteraron
de quién es “Maravilla”. Pero muy pocos realmente conocen cómo fueron sus
inicios en el pugilismo.
Crónica habló en exclusiva con Rubén Paniagua, tío del quilmeño y su
primer entrenador, el que le enseñó todo lo que sabe.
- ¿Cómo fue que lo metiste en el mundo del boxeo? -
Fue un poco de casualidad. Al ser su tío, un día, charlando, me preguntó si la
gimnasia del boxeo le podía servir para mejorar su físico (era futbolista en
las inferiores de Claypole).“Seguro”, le dije. Así fue al gimnasio y se puso a
la par de los chicos a trabajar. Pero cuando comenzábamos a hacer las cosas del
boxeo, él quería hacerlo también. Al toque lo vi veloz de movimientos y que
aprendía mucho más rápido que los chicos que hacía meses que estaban. Entonces
le digo al padre, con el que Sergio trabajaba en un taller: “Hugo, como
jugador de fútbol es un buen boxeador”.
Al papá le gusta mucho el boxeo. “No sabés lo bien que se mueve. Es
rápido, capta las cosas mejor que nadie”, le dije al papá.“Es una familia de
boxeo, pero nunca lo veíamos con pinta de boxeador. Sí era muy atleta, siempre
cuidó su físico, buscaba becas para hacer gimnasia; era muy sano. Al otro día
que le dije eso a su papá, Sergio me dice:‘Tío, ¿te parece que pueda andar en
el boxeo?’. ‘Sergio, vos jugás al fútbol...’. Cuando vi que me insistía y que
me miraba a los ojos cuando me hablaba, le dije que era un deporte muy duro,
que había que cuidar mucho el físico.Bueno, aceptó todo y ese mismo día se puso
a entrenar. Mi ojo no me falló...”.
- Y más si nos basamos que comenzó “grande” -
¡Por eso! El hizo una carrera muy rápida. Hizo 21 peleas en su primer año.Tal
vez alguno debuta en su primer año, pero él hizo 21 peleas. Muchos me decían
que no podía ser que sea su primer año en el boxeo. Jamás le había enseñado
algo antes. Cuando se subía al cuadrilátero, parecía una persona con años en el
boxeo. Lo que yo aprendí en diez años o a lo largo de toda mi carrera como
amateur y profesional, él lo aprendió en un año. ¡Y lo hacía mucho mejor que
yo!
- ¿Cómo fueron los primeros combates? -
Lo fuimos a apoyar toda la familia.Varios fueron con algo de temor, pero yo no,
porque ya lo conocía. La mamá no fue nunca porque no quería que pelee. En la
primera pelea, todos me hablaron maravillas de él.Ya a la segunda y tercera
pelea, todos los familiares empezaron a soñar un poco más.Y en diez peleas,
aprendimos a disfrutarlo porque sabíamos lo que hacía.Ya no había miedo,
arrasaba con todos los que se le ponían adelante.
Cómo vio la pelea
A pesar de que vivió la pelea contra Julio César Chávez Junior
con tranquilidad, porque confiaba ciegamente en Sergio, Rubén Paniagua no dudó
en comentar que en el momento en que su sobrino cayó, se quedó “mudo” y “paralizado”. “La
pelea la vimos todos juntos en la casa de la mamá de Sergio. El momento que lo
tira es increíble. Todos nos quedamos mudos, paralizados... no sabíamos si
alentarlo, si ponernos tristes”, reveló.
E inmediatamente agregó que “reaccionó muy rápido y no nos dio tiempo a
que nos preocupemos. Cuando terminó la pelea ni me preocupé porque íbamos 11-0
en términos futbolísticos. O sea, ganábamos igual. El último round duró como
treinta minutos. Pasamos de la euforia a la incertidumbre y de nuevo a la
euforia, cuando vimos que se había levantado.Te puedo asegurar que ninguno de
nosotros escuchó las tarjetas al final porque sabíamos que había ganado”.
Por último, agrandó la figura de “Maravilla” Martínez al decir que “con la
caída, Sergio demostró que es más grande de lo que muchos pensaban. Se levantó
y le siguió peleando de igual a igual en la corta distancia. Demostró que es un
grande de verdad”.
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