Omar “El Huracán” Narváez castigó hasta noquear a Hiroyuki
Hisataka - El súper campeón mundial supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB),
el chubutense Omar “El Huracán” Narváez, destruyó al ex triple retador
mundialista japonés Hiroyuki Hisataka, por nocaut técnico en el décimo asalto,
y así defendió por octava ocasión de su corona, en el combate estelar de la
velada desarrollada en la noche del sábado en el Gimnasio Municipal N° 1 de
Trelew, Chubut, Argentina.
Narváez, que fuera récordman argentino al totalizar 16 defensas exitosas de su
título mundial mosca OMB, exponía por octava vez el cinturón que supermosca que
conquistó en mayo de 2010, y hacía su combate mundialista N° 27 (queda con
marca 25-1-1 en peleas titulares), resolvió a gusto y sin inconvenientes el
desafío que significaba Hisataka, actual N° 15 del ranking mundial supermosca
OMB, que jamás logró siquiera incomodarlo. Con su clásica velocidad de
desplazamientos y lanzamientos, el campeón trabajó como quiso. Con su precisión
intacta, rapidez y característica línea técnica, dominó desde la primera campana
con sus izquierdas y derechas cruzadas, rectas y ascendentes al rostro de un
retador que poco podía hacer, y no estuvo a su altura.
Con tranquilidad, y más
allá de recibir esporádicos golpes al rostro al comenzar el cuarto, “El
Huracán” fue agregando sus ganchos a las costillas que fueron desgastando a un
japonés que cada vez ofrecía menos. En el sexto, el chubutense distribuyó con
contundencia sus envíos al cuerpo en forma de ganchos, seguidos de punzantes
cross y uppercuts a la mandíbula que hicieron trastabillar a un visitante que
acusaba marcado recibo. Tras continuar la faena y avanzar sin oposición en el
séptimo y octavo, lo taladró con sus golpes al cuerpo para luego rematar con
rectos, cruzados y ascendentes al rostro. Los esporádicos arrestos del retador
morían en la guardia o en el aire. Todo era del campeón; ya no era pelea.
El
local distribuía a gusto todo su repertorio en el noveno sobre un japonés
conmovido, carente de boxeo y respuestas, cuyo único mérito era mantener la
vertical. Y en el décimo, llegaría la definición -que hasta podría haberse dado
antes-. Narváez lo llevó contra las cuerdas donde martilló a las costillas y al
estómago con sus ganchos diestros y zurdos que dejaron casi doblado a un
retador que no quería más. Y sin darle respiro, “El Huracán” lo desbordó y
castigó a placer con su cross y uppercuts derechos e izquierdos al rostro de un
rival totalmente liquidado hasta que el árbitro panameño Julio César Alvarado
se interpuso y detuvo el innecesario sometimiento al 1':26" del episodio,
que desató así el festejo de todo el público local, que no veía presentarse en
casa a su campeón desde hacía seis años.
Luego de un inicio de estudio, y que el japonés presionara con su gancho zurdo
al cuerpo, Narváez filtró su cross zurdo a la mandíbula, para luego llevarlo
contra las cuerdas donde soltó su izquierda cruzada al mentón. Mientras
Hisataka dejaba sus envíos en la guardia en el segundo, “El Huracán” repitió
ese veloz cross zurdo por adentro al mentón, y continuó con su derecha boleada
a la sien y su derecha recta a la mandíbula.
Con comodidad, en el tercero, “El Huracán” volvió a llevarlo contra las cuerdas
y combinó su izquierda y derecha cruzada a la mandíbula. Con un retador que
poco ofrecía, el campeón martillaba con su recto diestro y su uppercut zurdo a
la mandíbula. Hisataka salió con todo al cuarto, y con sus derechas e
izquierdas cruzadas a la mandíbula lo puso contra una esquina. Pero se quedó en
eso. El chubutense aprovechó y combinó un certero cross zurdo al mentón con dos
ganchos diestro y zurdos a los flancos, que acusó recibo en el visitante. Y
tras ello, el local comenzó a desgastar con su punzante gancho zurdo a la zona
hepática.
Taladrando con su gancho zurdo y diestro a las costillas, el trelewense comenzó
el quinto. Con sus clásicos y veloces desplazamientos, entró y salió e impactó
su izquierda cruzada al mentón por duplicado, casi sin fallar envíos. Con
tranquilidad en el sexto, Narváez esperó par luego acortar la distancia y
trabajar al cuerpo con sus gancho y al rostro con sus rectos y cruzados, con
los que siempre anticipaba en cada intercambio. Como si fuera poco, lo hizo dar
dos pasos atrás al combinar su derecha e izquierda cruzada al mentón, que acusó
marcado recibo en su rival. Sin darle respiro, se lo llevó por delante y
castigó a placer a un sentido retador con sus ganchos y cruzados al cuerpo y
rostro.
Avanzando sin oposición en el séptimo, “El Huracán” taladró con sus ganchos a
las costillas seguidos de sus derechas e izquierdas cruzadas al mentón de un
nipón que no podía siquiera frenarlo. Y las pocas veces que avanzaba -sin golpe
claro-, recibía los certeros contragolpes del campeón en forma de ráfagas al
cuerpo y rostro. Siendo el único que proponía con efectividad, en el octavo,
Narváez manejó a su antojo los tiempos.
Lo llevó contra las cuerdas y tras
impactar su gancho diestro a las costillas, descargó tres contundentes combinaciones
de izquierda y derecha cruzada a la mandíbula de un japonés que trastabillaba.
Por momentos, se hacía un festín el dueño de casa con su defensa cerrada para
luego conectar cuanto gustaba arriba y abajo.
Las esporádicas réplicas del retador morían en la guardia o en el aire. Nunca
lograba complicar. Por eso en el noveno, el campeón siguió su trabajo
desgastándolo al cuerpo con sus ganchos y taladrando al rostro con sus cruzados
y uppercuts. Y con dos cross diestros al mentón, volvió a hacerlo tambalear. Ya
no era pelea. Narváez hacía lo que quería. Con la misma tónica en el décimo, la
derecha e izquierda al cuerpo del campeón dejó todo doblado a un retador que ya
no quería más.
Y como si fuera poco, “El Huracán” se le fue encima y castigó a
placer con su cross y uppercuts diestros y zurdos a la mandíbula de un rival
totalmente derrotado y sin respuestas, por lo que el árbitro panameño Julio
César Alvarado se apiadó de él y decretó el fuera de combate al 1':26" del
capítulo. Tras ello, solo habría tiempo para la ovación para un campeón que
superó ampliamente y como quiso al japonés, en lo que fue su regreso
profesional a casa luego de seis años -septiembre de 2007- brillando por otros
rings. Los años pasan, y más allá del rival -que podría haber sido detenido
antes-, “El Huracán” sigue y sigue soplando.
De esta forma, Narváez, de 38 años, que pesó 52 kg., retiene por octava ocasión
el cetro que conquistó el 15 de mayo de 2010, cuando luego de realizar 16
defensas exitosas de su cinturón mosca OMB y convertirse en récordman
argentino, subió de división y venció en un amplio fallo unánime al
nicaragüense Everth Briceño en el Luna Park de Buenos Aires.
Tras ello, lo
defendió en cuatro ocasiones, siempre en forma unánime.
El 12 de febrero de
2011 ante el mexicano Víctor Zaleta, en Monte Hermoso, Buenos Aires; el 15 de
abril sobre el puertorriqueño César Seda, en Bahía Blanca; y el 11 de junio
contra el colombiano William Urina, en el Luna Park. Luego de subir de
categoría, y caer en decisión unánime y ceder su invicto ante el filipino
Nonito Donaire, a quien no logró destronar de sus títulos mundiales gallo de la
OMB y el Consejo Mundial de Boxeo (WBC), el 22 de octubre de 2010 en el Theatre
del Madison Square Garden de Nueva York, volvió a defender su corona supermosca
sobre el mexicano José Cabrera, con otro fallo unánime, el 21 de abril de 2012
en San Juan. El pasado 20 de octubre dio cuenta del mexicano Jhonny García por
nocaut en técnico en el undécimo en el Luna Park; el 15 de diciembre brindó una
lección de boxeo para vencer unánimemente al puertorriqueño David Quijano en
San Miguel de Tucumán, previo a que el 25 de mayo doblegara en fallo dividido
al mexicano Felipe Orucuta en el Luna.
Así, aumenta su marca a 40 victorias (21
KOs), 1 derrota y 2 empates. En tanto Hisataka, de 28 años, que registró 52,150
kg., y llegaba como Nº 15 en el ranking OMB de la división, que a pesar de su
record solo había sido noqueado en su debut, desaprovecha su cuarta oportunidad
ecuménica luego de que el 30 de julio de 2008 cayera frente a su compatriota
Takefumi Sakata, por el título mundial mosca de la Asociación Mundial de Boxeo
(AMB), en Tokio, el 26 de mayo de 2009 en fallo dividido ante el tailandés
Denkaosan Kaovichit, también por el cinturón mundial mosca AMB, en Tailandia, y
el 23 de diciembre de 2010 en fallo unánime frente al mexicano Hugo Cázares en
su Osaka natal, por el cetro mundial supermosca AMB, pero que venía de superar
en fallo unánime al ex campeón mundial mosca filipino Sonny Boy Jaro el pasado
7 de abril en Osaka, desmejora a 22 triunfos (10 KOs), 11 reveses y 1 igualdad.
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