domingo, 25 de agosto de 2013

EL HURACAN NARVAEZ GANO EN SU TIERRA

Omar “El Huracán” Narváez castigó hasta noquear a Hiroyuki Hisataka - El súper campeón mundial supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), el chubutense Omar “El Huracán” Narváez, destruyó al ex triple retador mundialista japonés Hiroyuki Hisataka, por nocaut técnico en el décimo asalto, y así defendió por octava ocasión de su corona, en el combate estelar de la velada desarrollada en la noche del sábado en el Gimnasio Municipal N° 1 de Trelew, Chubut, Argentina.


Narváez, que fuera récordman argentino al totalizar 16 defensas exitosas de su título mundial mosca OMB, exponía por octava vez el cinturón que supermosca que conquistó en mayo de 2010, y hacía su combate mundialista N° 27 (queda con marca 25-1-1 en peleas titulares), resolvió a gusto y sin inconvenientes el desafío que significaba Hisataka, actual N° 15 del ranking mundial supermosca OMB, que jamás logró siquiera incomodarlo. Con su clásica velocidad de desplazamientos y lanzamientos, el campeón trabajó como quiso. Con su precisión intacta, rapidez y característica línea técnica, dominó desde la primera campana con sus izquierdas y derechas cruzadas, rectas y ascendentes al rostro de un retador que poco podía hacer, y no estuvo a su altura. 

Con tranquilidad, y más allá de recibir esporádicos golpes al rostro al comenzar el cuarto, “El Huracán” fue agregando sus ganchos a las costillas que fueron desgastando a un japonés que cada vez ofrecía menos. En el sexto, el chubutense distribuyó con contundencia sus envíos al cuerpo en forma de ganchos, seguidos de punzantes cross y uppercuts a la mandíbula que hicieron trastabillar a un visitante que acusaba marcado recibo. Tras continuar la faena y avanzar sin oposición en el séptimo y octavo, lo taladró con sus golpes al cuerpo para luego rematar con rectos, cruzados y ascendentes al rostro. Los esporádicos arrestos del retador morían en la guardia o en el aire. Todo era del campeón; ya no era pelea. 

El local distribuía a gusto todo su repertorio en el noveno sobre un japonés conmovido, carente de boxeo y respuestas, cuyo único mérito era mantener la vertical. Y en el décimo, llegaría la definición -que hasta podría haberse dado antes-. Narváez lo llevó contra las cuerdas donde martilló a las costillas y al estómago con sus ganchos diestros y zurdos que dejaron casi doblado a un retador que no quería más. Y sin darle respiro, “El Huracán” lo desbordó y castigó a placer con su cross y uppercuts derechos e izquierdos al rostro de un rival totalmente liquidado hasta que el árbitro panameño Julio César Alvarado se interpuso y detuvo el innecesario sometimiento al 1':26" del episodio, que desató así el festejo de todo el público local, que no veía presentarse en casa a su campeón desde hacía seis años.

Luego de un inicio de estudio, y que el japonés presionara con su gancho zurdo al cuerpo, Narváez filtró su cross zurdo a la mandíbula, para luego llevarlo contra las cuerdas donde soltó su izquierda cruzada al mentón. Mientras Hisataka dejaba sus envíos en la guardia en el segundo, “El Huracán” repitió ese veloz cross zurdo por adentro al mentón, y continuó con su derecha boleada a la sien y su derecha recta a la mandíbula.

Con comodidad, en el tercero, “El Huracán” volvió a llevarlo contra las cuerdas y combinó su izquierda y derecha cruzada a la mandíbula. Con un retador que poco ofrecía, el campeón martillaba con su recto diestro y su uppercut zurdo a la mandíbula. Hisataka salió con todo al cuarto, y con sus derechas e izquierdas cruzadas a la mandíbula lo puso contra una esquina. Pero se quedó en eso. El chubutense aprovechó y combinó un certero cross zurdo al mentón con dos ganchos diestro y zurdos a los flancos, que acusó recibo en el visitante. Y tras ello, el local comenzó a desgastar con su punzante gancho zurdo a la zona hepática.

Taladrando con su gancho zurdo y diestro a las costillas, el trelewense comenzó el quinto. Con sus clásicos y veloces desplazamientos, entró y salió e impactó su izquierda cruzada al mentón por duplicado, casi sin fallar envíos. Con tranquilidad en el sexto, Narváez esperó par luego acortar la distancia y trabajar al cuerpo con sus gancho y al rostro con sus rectos y cruzados, con los que siempre anticipaba en cada intercambio. Como si fuera poco, lo hizo dar dos pasos atrás al combinar su derecha e izquierda cruzada al mentón, que acusó marcado recibo en su rival. Sin darle respiro, se lo llevó por delante y castigó a placer a un sentido retador con sus ganchos y cruzados al cuerpo y rostro.

Avanzando sin oposición en el séptimo, “El Huracán” taladró con sus ganchos a las costillas seguidos de sus derechas e izquierdas cruzadas al mentón de un nipón que no podía siquiera frenarlo. Y las pocas veces que avanzaba -sin golpe claro-, recibía los certeros contragolpes del campeón en forma de ráfagas al cuerpo y rostro. Siendo el único que proponía con efectividad, en el octavo, Narváez manejó a su antojo los tiempos. 

Lo llevó contra las cuerdas y tras impactar su gancho diestro a las costillas, descargó tres contundentes combinaciones de izquierda y derecha cruzada a la mandíbula de un japonés que trastabillaba. Por momentos, se hacía un festín el dueño de casa con su defensa cerrada para luego conectar cuanto gustaba arriba y abajo.

Las esporádicas réplicas del retador morían en la guardia o en el aire. Nunca lograba complicar. Por eso en el noveno, el campeón siguió su trabajo desgastándolo al cuerpo con sus ganchos y taladrando al rostro con sus cruzados y uppercuts. Y con dos cross diestros al mentón, volvió a hacerlo tambalear. Ya no era pelea. Narváez hacía lo que quería. Con la misma tónica en el décimo, la derecha e izquierda al cuerpo del campeón dejó todo doblado a un retador que ya no quería más. 

Y como si fuera poco, “El Huracán” se le fue encima y castigó a placer con su cross y uppercuts diestros y zurdos a la mandíbula de un rival totalmente derrotado y sin respuestas, por lo que el árbitro panameño Julio César Alvarado se apiadó de él y decretó el fuera de combate al 1':26" del capítulo. Tras ello, solo habría tiempo para la ovación para un campeón que superó ampliamente y como quiso al japonés, en lo que fue su regreso profesional a casa luego de seis años -septiembre de 2007- brillando por otros rings. Los años pasan, y más allá del rival -que podría haber sido detenido antes-, “El Huracán” sigue y sigue soplando.

De esta forma, Narváez, de 38 años, que pesó 52 kg., retiene por octava ocasión el cetro que conquistó el 15 de mayo de 2010, cuando luego de realizar 16 defensas exitosas de su cinturón mosca OMB y convertirse en récordman argentino, subió de división y venció en un amplio fallo unánime al nicaragüense Everth Briceño en el Luna Park de Buenos Aires. 

Tras ello, lo defendió en cuatro ocasiones, siempre en forma unánime. 

El 12 de febrero de 2011 ante el mexicano Víctor Zaleta, en Monte Hermoso, Buenos Aires; el 15 de abril sobre el puertorriqueño César Seda, en Bahía Blanca; y el 11 de junio contra el colombiano William Urina, en el Luna Park. Luego de subir de categoría, y caer en decisión unánime y ceder su invicto ante el filipino Nonito Donaire, a quien no logró destronar de sus títulos mundiales gallo de la OMB y el Consejo Mundial de Boxeo (WBC), el 22 de octubre de 2010 en el Theatre del Madison Square Garden de Nueva York, volvió a defender su corona supermosca sobre el mexicano José Cabrera, con otro fallo unánime, el 21 de abril de 2012 en San Juan. El pasado 20 de octubre dio cuenta del mexicano Jhonny García por nocaut en técnico en el undécimo en el Luna Park; el 15 de diciembre brindó una lección de boxeo para vencer unánimemente al puertorriqueño David Quijano en San Miguel de Tucumán, previo a que el 25 de mayo doblegara en fallo dividido al mexicano Felipe Orucuta en el Luna. 

Así, aumenta su marca a 40 victorias (21 KOs), 1 derrota y 2 empates. En tanto Hisataka, de 28 años, que registró 52,150 kg., y llegaba como Nº 15 en el ranking OMB de la división, que a pesar de su record solo había sido noqueado en su debut, desaprovecha su cuarta oportunidad ecuménica luego de que el 30 de julio de 2008 cayera frente a su compatriota Takefumi Sakata, por el título mundial mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en Tokio, el 26 de mayo de 2009 en fallo dividido ante el tailandés Denkaosan Kaovichit, también por el cinturón mundial mosca AMB, en Tailandia, y el 23 de diciembre de 2010 en fallo unánime frente al mexicano Hugo Cázares en su Osaka natal, por el cetro mundial supermosca AMB, pero que venía de superar en fallo unánime al ex campeón mundial mosca filipino Sonny Boy Jaro el pasado 7 de abril en Osaka, desmejora a 22 triunfos (10 KOs), 11 reveses y 1 igualdad.



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