Argentino B: el hijo que le aporta a la AFA más de 2.500.000
pesos - Con 136 clubes participantes y 1.341 partidos a jugarse en
la primera etapa, la AFA recaudará 2.588.130 pesos por todo concepto. De ese
dinero, nada vuelve a los verdaderos protagonistas que siguen penando para
solventarse en un extenso y duro campeonato
Durante la primera fase del certamen Argentino B de fútbol,
que equivale a la cuarta categoría del fútbol nacional, le entrega al Consejo
Federal de la AFA 2.588.130 pesos. Ello es por la sumatoria de los pagos que
cada equipo local debe efectuar y por un control antidoping considerado
obligatorio por los dirigentes de la calle Viamonte de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y que desde el interior de la Argentina es cuestionado, porque en
muchos casos no se realiza, aunque el servicio se abone.
La extraordinaria cifra que aporta el torneo en donde intervienen cinco equipos
chubutenses se queda en las arcas del organismo que conduce Gustavo Ceresa y no
se coparticipa; un hecho que –hasta el momento- no ha sido planteado por las
Ligas indirectamente afiliadas, en donde se encuentran inmersos los clubes
participantes, verdaderos protagonistas y proveedores económicos y financieros
del campeonato más redituable que posee el ente presidido por el eterno Julio
Humberto Grondona.
Y como si ese monto fuera poco, hay que sumarle los pagos de arbitrajes que
aumentan de acuerdo al costo de vida y a los convenios con el SADRA (Sindicato
de Árbitros de la República Argentina), los costos para habilitar la cancha,
adicionales policiales y pago a las ligas a la que las instituciones
pertenecen.
Los 2.588.130 pesos sale de lo que se sabe, hasta ahora (los montos pueden
aumentarse). Es decir, 1.750 pesos por partido deben destinarse al Consejo
Federal a las 24 horas de haber finalizado el partido programado a través de
una cuenta del Banco Credicoop, de acuerdo a lo establecido en el capítulo Xº
del artículo 60 del reglamento de aranceles que figura en un anexo, pero que no
se puede acceder a través de la página web de la AFA.
¿Cómo se llega a esa recaudación? Muy simple. Los 136 equipos que participan
del Argentino B a iniciarse a mediados de septiembre completan, en su primera
fase, 1.341 partidos, que si lo multiplicamos por los 1.750 pesos de arancel,
da la cifra de 2.346.750 pesos, a lo que se le suma el pago por el antidoping
(180 pesos por cotejo), que alcance un monto de 241.380, alcanzando –de esa
manera- la suma mencionada anteriormente.
Todo este dinero, que no vuelve, sino que es utilizado en la supuesta
organización de un torneo federal participativo, se encuentra dentro de un
marco de finanzas flacas en los clubes intervinientes, que mendigan un subsidio
del gobierno de turno y de opulencia de dirigentes, que, en tropel (más de 150)
fueron a visitar al Papa Francisco en ocasión del partido Italia-Argentina
disputado días atrás en Roma, con gastos, obviamente, pagos.
Es hora que el árbol no tape al bosque y que los dirigentes futbolísticos del
interior del país reclamen por el dinero que le es suyo o de sus representados.
La retroalimentación futbolística no sólo es de ida, como sucede actualmente en
un juego de la perinola, en donde uno, el Consejo Federal del fútbol argentino,
siempre recibe la cara de “toma todo”; sino que debe tener una respuesta desde
el poder central. Y si bien, de manera individual no parece tanto dinero, en el
colectivo, es una fortuna.
Es cierto, hay cosas más importantes en este país que aún posee ribetes
autoritariamente unitarios, como los trenes para citar un ejemplo palpable.
Elemento de transporte medular para una soberanía nacional y que tiene mucho
que ver con el nacimiento de muchos clubes de fútbol. Pero también es veraz que
en el ámbito del fútbol, una cuestión cultural muy arraigada en nuestro país,
las cosas deben cambiar. Por ejemplo la manera de recaudar y coparticipar del
dinero que genera un torneo, donde los únicos pobres son quienes generan la
riqueza y a quienes le muestran cantos de sirenas invocando una verdadera
regionalización futbolística con numerosas invitaciones, cuando en realidad el
objetivo primordial es recaudar más, provocando una AFA y un SADRA opulentos y
unos clubes absolutamente deficitarios
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