lunes, 14 de mayo de 2012

PARA BOCA OTRA VEZ SERA

PERDIO EN GENERAL ROCA - Pésimas noticias llegaban de Comodoro, en donde el equipo de Julio César Toresani vapuleó, trituró al globo, por cuatro a cero. Encuentro que, como era de esperar, si el resultado desfavorecía al local, el juego brusco, con todo lo que ello implica, estaba asegurado. Tiempo Sur
Y así fue nomás. El perdedor terminó con una vergüenza a la que nos tienen acostumbrados en la Argentina los torneos de ascenso, indistintamente de la categoría y el lugar en donde se juegue.



Final anunciado: El desmejoramiento en el estado de salud futbolístico del xeneize se acentuó tras el pobre y comprometido empate en uno ante el globo comodorense, en cancha de Defensores, en el cual al término del primer tiempo, si la visita se retiraba ganancioso por tres goles de diferencia no era por demás exagerado, por más que esta apreciación resulte antipática para la falange xeneize. Desde directivos, cuerpo técnico y jugadores.



Dominio absoluto- A sabiendas que con la igualdad le alcanzaba para viajar a la próxima parada del torneo Argentino “B”, más la inestimable colaboración de Huracán, ganando o empatando, lo favorecía, Boca encaró el encuentro con la previsión y la falta de audacia como en todas sus pretensiones fuera de su terruño,

Y así le fue, vencido y superado por un adversario firme en sus convicciones de salir a atacar y lograr abrir el tanteador lo más pronto posible.



Individualidades determinantes- Desde atrás hacia delante, en donde Darío Sand, con la seguridad habitual para descolgar algún centro, más el firme respaldo de una línea de cuatro sin fisuras en el cual sobresalieron Domini y Palomeque;

P0asando por un medio juego en el cual Goette recuperaba todo y con un carrilero de auxilio como Héctor Castro, yendo y viniendo, más el desequilibrio del habilidoso Leandro Puig, un verdadero dolor de cabeza para el volante que debía tomarlo o defensor xeneize que se adelantaba para romper el juego.



Todas de Roca- La mayor cantidad de situaciones del gol en ese primer tiempo fueron para el local.

A los 7 un envío de Leandro Puig se estrella en el travesaño.

A los 14, Prioreski a nte la salida del enorme Eduardo Martínez remata apenas desviado,

Avisos de que la visita se percató enseguida, comenzando a recargar la tarea defensiva que contó con la firmeza de Añaños, Gonzalo Charra y la habitual entrega de Federico Arach, que con amarilla jugó condicionado el resto del encuentro.

Boca interrumpió antes del cuarto de hora de esa etapa el dominio de Roca con un centro de Martín Arrua, que da en la espalda del infatigable Franco Vóttola que fue a todas siempre.

En trámite se hizo de ida y vuelta por momentos, pero en materia de llegadas, permanentemente quedaba la sensación que las del local eran las más peligrosas.

A los 25, a nuestro modesto entender, una de las figura de la cancha Fernando Fernández habilitó perfectamente a Prioreski que levantó el tiro.

Sobre el final de la etapa, desborde y centro de Wander Dalmeyda, que ni Movio, ni Carillo logren conectar.

Boca no pudo ni supo safar del rodeo al cual sometió durante los 45 minutos iniciales un equipo mucho más ambiciosos como el clasificado Deportivo Roca.



La clasificación en marcha- Si bien es cierto que para ello el local tuvo que esperar hasta el minuto 32, cuando en un metro luego de desairar a su marca, en el vértice del área chica, el gran Fernando Fernández con tiro cruzado rompe la virginidad del marcador y encamina al unísono, clasificación propia y eliminación ajena.

Para que tres minutos más tarde Leandro Puig ejecute el tiro de gracia, asesinando las remotas posibilidades de un equipo perdido, superado y eliminado de la competencia, al anotar el segundo tanto para cerrar la serie, ante el delirio de un público feliz y gozoso por el objetivo consumado. Para lo cual acumuló merecimientos suficientes que justifican la victoria alcanzada, ante un hidalgo Boca, por todo lo hecho en la fase clasificatoria de salir primero e invicto como local.

Pero su reacción fue demasiado tarde para torcer la historia, cuando al partido le quedaban apenas algunos minutos.

Fue con todo lo que tenía y le quedaba en cancha, y en un centro que se estrella en el travesaño, encuentra la cabeza gozadora de Martín Carrillo, solamente para descontar, su suerte estaba echada.

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