Con esta victoria, el equipo de Mourinho, en el que Ángel Di María fue titular, mientras Gonzalo Higuaín solo disputó escasos minutos sobre el final, ya festeja el título de esta temporada.
Además, el técnico portugués consiguió su primer triunfo sobre el conjunto de Guardiola en el Camp Nou, donde los merengues no marcaban un gol desde el 22 de diciembre de 2007.
El Barcelona, en cambio, recibe un fuerte golpe anímico, ya que se despide con un sabor amargo del campeonato después de haber sido una mala versión de sí mismo, con mucho juego, poca chispa y casi nada de precisión.
El “Barsa” necesitaba a Messi, pero el argentino estaba solo, y poco podía hacer rodeado de la sólida defensa rival. Su compañero infalible, Alves, esta vez no lo acompañó nada.
Cada clásico reescribe la historia y el de hoy no ha sido la excepción. Después de diez enfrentamientos contra el “Barsa” de Guardiola, parecía evidente que Mourinho había comprendido que su equipo se siente mejor jugando de igual a igual contra su archirival.
El 2-2 del 25 de enero pasado en el Camp Nou por los cuartos de final de la Copa del Rey marcó un camino. Sin embargo, el técnico portugués demostró hoy que sigue sin estar del todo convencido. Mou volvió a plantear el esquema defensivo habitual, el 4-2-3-1, aunque confió en Özil, quizás por obligación, y la apuesta no le salió mal.
El Real Madrid, con Ángel Di María en la formación titular, ejerció presión desde el inicio y consiguió que el Barcelona se sintiera incómodo. A pesar de tener la posesión del balón, los de Guardiola cometieron muchos errores no forzados, y de una cadena de errores llegó el gol.
No fue que el Real Madrid no lo haya buscado, Cristiano tuvo su primera ocasión con la cabeza tras un corner disparado por Özil en el minuto 4, pero Valdés tapó el disparo. Seis minutos después, Benzema también pudo marcar, pero disparó suave a las manos de Valdés.
El gol, en cambio, llegó en una jugada confusa, de un corner, que Pepe cabeceó, Valdés rechazó y cuando Puyol intentó contener el balón casi en la línea, Khedirá se lo arrebató.
El Barcelona se parecía a si mismo, pero estaba un poco adormecido, impreciso, nervioso, no terminaba de encontrar la seguridad habitual. Tampoco Messi encontraba los espacios. Aún así tuvo buenas oportunidades, la primera con Iniesta, a los diez minutos del primer tiempo, y luego Tello que remató solo delante de Casillas, a pesar de que habían cobrado fura de juego.
Xavi pudo empatar el partido en el minuto 26, cuando remató solo delante de Casillas, pero envió el balón afuera. Fue la ocasión mas clara del conjunto culé en el primer tiempo.
Guardiola sorprendió a algunos cuando dejó a Piqué y a Cesc Fábregas fuera del once inicial, y alineó a Mascherano de central, con Puyol y Adriano, y Busquets por delante. La entrada de Thiago parecía que iba a aportar desborde en el medio del campo, pero jugó muy retrasado, mientras Messi se encontraba solo, sin un jugador de área ante la ausencia de Alexis.
La entrada del chileno en el segundo tiempo revolucionó el partido. Alexis culminó una jugada colectiva, al estilo culé, que arrancó en Messi, pasó por Tello, que remató, aunque Casillas tapó el disparó, y ante el nuevo intento, de Adriano, la pelota volvió a ser rechazada hasta que el chileno la metió.
El empate del Barsa revivió el partido, aunque solo por unos minutos, hasta que el Real Madrid aprovechó un contragolpe para sorprender a los culés. Cristiano dejó al Camp Nou en silencio.
El silencio de más de 90.000 personas, que vieron como su equipo, “el mejor del mundo”, sentía que el mundo se les venía abajo. Fue así, evidente, al punto que el Real Madrid casi se va del Camp Nou con otro gol en el bolsillo, en el último minuto.
Los “merengues” se adelantaron en el marcador en el minuto 17 por medio de Khedira, y Aleis Sánchez empató en el minuto 70 de la segunda parte. Pero la ilusión duro solo tres minutos, los que tardó Cristiano Ronaldo en decantar el partido a favor de Madrid, que tocó el cielo con las manos.
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