El equipo perdía por goleada ante el Siena cuando los "ultra" obligaron a parar el partido.
Acto seguido, le pidieron a sus jugadores las camisetas porque "no merecían vestirlas". Al final, le dieron la espalda al equipo.
El fútbol es una caja de sorpresa. Que se abre a cada momento. Hoy sucedió en Italia, cuando los "barras" del Genoa lograron que el árbitro Paolo Tagliavento suspendiera durante 40 minutos el partido entre su equipo y el Siena, cuando los visitantes ganaban 0-4.
Corrían ocho minutos del segundo tiempo cuando el entrenador del Genoa decidió hacer un cambio defensivo.... Entonces, el sector más radical del equipo - los ultras- invadió la tribuna que está encima del túnel de vestuarios y comenzó a lanzar bengalas al campo de juego.
Al mismo tiempo, gritaban e insultaban a sus propios jugadores pidiéndoles sus camisetas porque, según ellos, no merecían vestirlas.
Fue así que el árbitro llamó a los dos equipos para parar el partido, lo que derivó en que ambos planteles se metieran en los vestuarios.
El capitán del Genoa, Marco Rossi, y Giuseppe Sculli intentaron frenar a la hinchada.
Increíblemente Rossi se largó a llorar mientras veía cómo algunos de sus compañeros se sacaban las camisetas, y se iban a los vestuarios.
Tras 40 minutos, el partido se reanudó. Pero no todo quedó ahí. Durante la media hora restante, los "barras" le dieron la espalda a sus jugadores, que perdieron 4 a 1.
Cuando terminó el encuentro, varios jugadores volvieron a quitarse la camiseta antes de salir y las dejaron en el césped genovés.
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