SU CORAZÓN DIJO BASTA. Un amigo, excompañero de trabajo, pero sobretodo Angel Osvaldo Pereyra reconocido en Río Gallegos por su fútbol y por su gran corazón. Con la pelota te sacaba un suspiro y con su humor una sonrisa, ese fue el Lobo Pereyra. Siempre con una sonrisa.
El cordobés como muchos le decían en Gallegos, pero el se encargaba de aclararles que nació en Desamparados, provincia de San Juan, un 30 de julio de 1952. De lo mas importante, su paso por el fútbol de cordoba, en Talleres donde siempre fue reconocido como uno de los más grandes. En Río Gallegos vino en la década del ’70, a Bancruz (donde luego ingresaría como empleado bancario), también jugó de refuerzo en San Lorenzo (1982).
Sin dudas uno de los mejores, sino el mejor de los que pisaron tierra santacruceña, que representó al fútbol de la provincia durante todos los años de carrera que participó en la Liga de Fútbol Sur.
Muchos jóvenes lo recuerdan del otro lado de la cancha, cuando intentó dedicarse de lleno a la enseñanza, y creó la Escuela “Los Lobitos” por donde pasaron varios chicos que hoy juegan en el fútbol local.
Fue un placer verlo jugar, fue un placer tenerlo como compañero de trabajo, y será un placer recordarlo con una sonrisa, porque siempre en rueda de amigos se recuerda el fútbol del Lobo Pereyra, pero no se puede dejar de hablar del buen humor, para aquellos que compartieron las concentraciones junto al Lobo, o un café en horario de trabajo, parecía esa fábula, se acuerdan? porque siempre se escuchaba ¡cuidado que ahí viene el lobo!
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