OPINIÓN - EL FÚTBOL POBRE - La muerte del jugador de Deportivo Laferrere Héctor Sanabria
en pleno partido de fútbol ha expuesto otra vez, con elocuente crudeza, la
precariedad con la que el deporte doméstico convive cotidianamente.
En mayo de 2012 nos sorprendíamos cuando en pocos días
fallecieron por muerte súbita el jugador de fútbol Piermario Morosini, la
atleta Claire Squire y el nadador noruego Alexander Dale Oen. Con mejor suerte,
fue recuperado con vida tras una rápida asistencia el congoleño Fabrice Muamba,
quien se desplomó en pleno partido de la liga inglesa de fútbol.
En nuestro país, por su parte, conmovió el fallecimiento de
Franco Giuliani, de tan sólo 16 años, al finalizar una carrera de mountain bike
de más de 70 kilómetros en Mendoza. Son también recordados los decesos del
basquetbolista Gabriel Riofrío y del joven arquero de Independiente Lucas
Molina, entre otros.
En los mayores de 35 años la razón principal es la
enfermedad coronaria. En los menores de esta edad y deportistas, la causa suele
ser la miocardiopatía congénita, la displasia arritmogénica de las arterias
coronarias, los traumatismos de tórax y las alteraciones eléctricas del
corazón.
Hoy se coincide en señalar que, si bien hay casos en los que
no se puede evitar, hay muchos otros en los que se puede reducir el riesgo de
una muerte súbita por paro cardiaco mediante un examen médico precompetitivo.
También, que "uno de cada tres casos de muerte súbita podría evitarse si
hubiera una persona capacitada en reanimación cardiopulmonar básica cerca"
(Sociedad Argentina de Cardiología).
Estas conclusiones hablan a las claras del énfasis que hay
que poner en la prevención primaria a través del control medico previo. Según
la Fundación Favaloro y la Revista de Cardiología Argentina, para emprender una
actividad física deportiva son necesarios un examen clínico y un
electrocardiograma en personas de 20 a 35 años. A estos estudios hay que
agregar una ergometría o prueba de esfuerzo cuando se trate de equitación,
carrera de aventura, polo, ejercicios de sobrecarga o judo entre los 36 y los
60 años y en todos los deportes desde los 60 años, edad a partir de la cual
también es recomendable un ecocardiograma.
También en que las exigencias se ajusten al estado físico y
la salud del deportista. En relación a la prevención secundaria tímidamente se
avanza en la necesidad de capacitación en RCP y en contar en lugares de
concurrencia masiva con desfibriladores.
La muerte intempestiva de Sanabria pone en el tapete otra
vez el tema. Su compañero Pablo Nievas, aseguró que en ese club: "No tenés
cobertura médica, no tenés un chequeo antes de la pretemporada, no te hacen ni
un electro. Llegás a un club amateur como la C y la D, te contratan, le das la
mano al dirigente y a la cancha".
En 1982 en Italia se sancionó una ley por la cual para hacer
deporte se requiere un examen médico y un electrocardiograma obligatorio.
Cuando en el 2005 se estudió el impacto de la medida, se llegó a la conclusión
de que las muertes se habían reducido en un 90%.
Si esto se pudo aplicar para las personas en general, cuanto
más para un deportista sometido a estímulos de esfuerzos permanentes. En
tiempos en que la AFA engulle fuertes sumas de dinero producto del "Fútbol
para todos" parece un despropósito que los equipos del ascenso afiliados a
la misma carezcan de las mínimas exigencias en materia de salud de sus
jugadores.
En tal orden sería saludable exigir que parte de los
ingresos de los que dispone la asociación rectora del fútbol, vayan a parar a
algo tan elemental como es la prevención de los jugadores de todas las
categorías que participen de sus torneos. De tal suerte, todo deportista que no
se haya practicado el examen médico de rigor no podrá ficharse en un equipo, so
pena de hacer responsable a la AFA del pago de una indemnización en caso de
muerte o lesión derivada de dicha omisión. Así la dirigencia prestaría mayor
atención a esta cuestión, supervisando el cumplimiento de una norma que proteja
a los futbolistas.
De lo contrario seguirá existiendo una irritante
desigualdad, donde queden expuestas semana a semana la vida de los jugadores
del otro fútbol, del fútbol pobre.
Marcelo Antonio AngrimaN Abogado. Prof. Nacional de Educación Física.
marceloangriman@ciudad.com.ar
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