domingo, 1 de septiembre de 2013

MUERTE SÚBITA - LA PRECARIEDAD EN EL DEPORTE

OPINIÓN - EL FÚTBOL POBRELa muerte del jugador de Deportivo Laferrere Héctor Sanabria en pleno partido de fútbol ha expuesto otra vez, con elocuente crudeza, la precariedad con la que el deporte doméstico convive cotidianamente.


En mayo de 2012 nos sorprendíamos cuando en pocos días fallecieron por muerte súbita el jugador de fútbol Piermario Morosini, la atleta Claire Squire y el nadador noruego Alexander Dale Oen. Con mejor suerte, fue recuperado con vida tras una rápida asistencia el congoleño Fabrice Muamba, quien se desplomó en pleno partido de la liga inglesa de fútbol.

En nuestro país, por su parte, conmovió el fallecimiento de Franco Giuliani, de tan sólo 16 años, al finalizar una carrera de mountain bike de más de 70 kilómetros en Mendoza. Son también recordados los decesos del basquetbolista Gabriel Riofrío y del joven arquero de Independiente Lucas Molina, entre otros.
En los mayores de 35 años la razón principal es la enfermedad coronaria. En los menores de esta edad y deportistas, la causa suele ser la miocardiopatía congénita, la displasia arritmogénica de las arterias coronarias, los traumatismos de tórax y las alteraciones eléctricas del corazón.

Hoy se coincide en señalar que, si bien hay casos en los que no se puede evitar, hay muchos otros en los que se puede reducir el riesgo de una muerte súbita por paro cardiaco mediante un examen médico precompetitivo. También, que "uno de cada tres casos de muerte súbita podría evitarse si hubiera una persona capacitada en reanimación cardiopulmonar básica cerca" (Sociedad Argentina de Cardiología).

Estas conclusiones hablan a las claras del énfasis que hay que poner en la prevención primaria a través del control medico previo. Según la Fundación Favaloro y la Revista de Cardiología Argentina, para emprender una actividad física deportiva son necesarios un examen clínico y un electrocardiograma en personas de 20 a 35 años. A estos estudios hay que agregar una ergometría o prueba de esfuerzo cuando se trate de equitación, carrera de aventura, polo, ejercicios de sobrecarga o judo entre los 36 y los 60 años y en todos los deportes desde los 60 años, edad a partir de la cual también es recomendable un ecocardiograma.

También en que las exigencias se ajusten al estado físico y la salud del deportista. En relación a la prevención secundaria tímidamente se avanza en la necesidad de capacitación en RCP y en contar en lugares de concurrencia masiva con desfibriladores.

La muerte intempestiva de Sanabria pone en el tapete otra vez el tema. Su compañero Pablo Nievas, aseguró que en ese club: "No tenés cobertura médica, no tenés un chequeo antes de la pretemporada, no te hacen ni un electro. Llegás a un club amateur como la C y la D, te contratan, le das la mano al dirigente y a la cancha".

En 1982 en Italia se sancionó una ley por la cual para hacer deporte se requiere un examen médico y un electrocardiograma obligatorio. Cuando en el 2005 se estudió el impacto de la medida, se llegó a la conclusión de que las muertes se habían reducido en un 90%.

Si esto se pudo aplicar para las personas en general, cuanto más para un deportista sometido a estímulos de esfuerzos permanentes. En tiempos en que la AFA engulle fuertes sumas de dinero producto del "Fútbol para todos" parece un despropósito que los equipos del ascenso afiliados a la misma carezcan de las mínimas exigencias en materia de salud de sus jugadores.

En tal orden sería saludable exigir que parte de los ingresos de los que dispone la asociación rectora del fútbol, vayan a parar a algo tan elemental como es la prevención de los jugadores de todas las categorías que participen de sus torneos. De tal suerte, todo deportista que no se haya practicado el examen médico de rigor no podrá ficharse en un equipo, so pena de hacer responsable a la AFA del pago de una indemnización en caso de muerte o lesión derivada de dicha omisión. Así la dirigencia prestaría mayor atención a esta cuestión, supervisando el cumplimiento de una norma que proteja a los futbolistas.

De lo contrario seguirá existiendo una irritante desigualdad, donde queden expuestas semana a semana la vida de los jugadores del otro fútbol, del fútbol pobre.

Marcelo Antonio AngrimaN Abogado. Prof. Nacional de Educación Física. marceloangriman@ciudad.com.ar


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