Lucas Matthysse perdió ante Danny García y no pudo cumplir su sueño de quedarse con los títulos Superligeros del CMB y AMB, pero dejó una gran imagen ante el público del MGM Grand de Las Vegas y se ganó otra oportunidad en la meca de las grandes veladas de boxeo.
Justamente un 14 de setiembre, cuando en la Argentina se celebra el Día del Boxeador, en homenaje a los 90 años de la pelea en la cual Luis Angel Firpo sacó fuera del ring a estadounidense Jack Dempsey en New York, Matthysse no pudo coronar su sueño de campeón.
Un año y seis días después de haberle ganado por nocaut técnico en el décimo round al nigeriano Olusegun Ajose, en el Hard Rock Hotel de Las Vegas, y haber conseguido el título interino Superligero CMB, el argentino tropezó en su experiencia ante García pero su imagen quedó intacta.
Una vez más, en tierras estadounidenses, las tarjetas le dieron la espalda a Matthysse, pero en esta ocasión, los jurados fallaron de acuerdo a lo que sucedió sobre el ring y no como en las peleas ante Zab Judah y Devon Alexander, en las que fue claramente perjudicado.
El nacido en Trelew, de 30 años, vio trunco su deseo de volver a casa como único monarca de las 140 libras, pero por su coraje y amor propio se ganó una reválida en las grandes carteleras de la ‘Ciudad del Pecado’.
Lo aseguró Richard Schaefer, número dos de Golden Boy Promotions, en la conferencia de prensa post velada: "Lo de Matthysse fue una gran pelea. Perdió, sí, pero dio un gran espectáculo. A los que nos gusta el boxeo, nos gustan los peleadores como Matthysse y Maidana".
El radicado en Junín venía en carrera ascendente en el mundo del boxeo a fuerza de nocáuts, especialmente el último ante Lamont Peterson, que le permitió la chance mundialista frente a García con el plus de poder convertirse en una estrella.
‘La Máquina’, como lo bautizó la prensa estadounidense, no sólo se jugaba ser el mejor de la división Superligeros, sino también la posibilidad de combatir en un futuro por bolsas millonarias.
No pudo, pero como un guerrero, dejó el alma en cada round, especialmente después del séptimo cuando un golpe de García le cerró el ojo derecho. Se ganó el respeto de todos, incluido el propio Floyd Mayweather.
"O lo gano todo o lo pierdo todo" había anticipado Matthysse en sus entrevistas previas al combate y fiel a su palabra cumplió, dejando hasta la última gota de sudor sobre el ring de la Arena del Hotel MGM Grand.
Con un perfil muy bajo y humildad extrema, desde ahora se tomará un tiempo para disfrutar de su hija Priscilla y de Pirata, su perro pitbull, a quienes extrañó durante su nueva incursión por Las Vegas, para después sí diagramar su futuro.
El chubutense, que anticipó que peleará hasta los 32 o 33 años, debe decidir si continúa en las 140 libras, donde el abanico de rivales es estrecho, o sube a Welter (147) para ampliar el espectro.
El trelewense dueño de una pegada excelente y de un físico bien trabajado tiene argumentos de sobra para levantarse del tropezón frente a Danny y volver a ganarse un lugar en las grandes veladas de Estados Unidos.
Justamente un 14 de setiembre, cuando en la Argentina se celebra el Día del Boxeador, en homenaje a los 90 años de la pelea en la cual Luis Angel Firpo sacó fuera del ring a estadounidense Jack Dempsey en New York, Matthysse no pudo coronar su sueño de campeón.
Un año y seis días después de haberle ganado por nocaut técnico en el décimo round al nigeriano Olusegun Ajose, en el Hard Rock Hotel de Las Vegas, y haber conseguido el título interino Superligero CMB, el argentino tropezó en su experiencia ante García pero su imagen quedó intacta.
Una vez más, en tierras estadounidenses, las tarjetas le dieron la espalda a Matthysse, pero en esta ocasión, los jurados fallaron de acuerdo a lo que sucedió sobre el ring y no como en las peleas ante Zab Judah y Devon Alexander, en las que fue claramente perjudicado.
El nacido en Trelew, de 30 años, vio trunco su deseo de volver a casa como único monarca de las 140 libras, pero por su coraje y amor propio se ganó una reválida en las grandes carteleras de la ‘Ciudad del Pecado’.
Lo aseguró Richard Schaefer, número dos de Golden Boy Promotions, en la conferencia de prensa post velada: "Lo de Matthysse fue una gran pelea. Perdió, sí, pero dio un gran espectáculo. A los que nos gusta el boxeo, nos gustan los peleadores como Matthysse y Maidana".
El radicado en Junín venía en carrera ascendente en el mundo del boxeo a fuerza de nocáuts, especialmente el último ante Lamont Peterson, que le permitió la chance mundialista frente a García con el plus de poder convertirse en una estrella.
‘La Máquina’, como lo bautizó la prensa estadounidense, no sólo se jugaba ser el mejor de la división Superligeros, sino también la posibilidad de combatir en un futuro por bolsas millonarias.
No pudo, pero como un guerrero, dejó el alma en cada round, especialmente después del séptimo cuando un golpe de García le cerró el ojo derecho. Se ganó el respeto de todos, incluido el propio Floyd Mayweather.
"O lo gano todo o lo pierdo todo" había anticipado Matthysse en sus entrevistas previas al combate y fiel a su palabra cumplió, dejando hasta la última gota de sudor sobre el ring de la Arena del Hotel MGM Grand.
Con un perfil muy bajo y humildad extrema, desde ahora se tomará un tiempo para disfrutar de su hija Priscilla y de Pirata, su perro pitbull, a quienes extrañó durante su nueva incursión por Las Vegas, para después sí diagramar su futuro.
El chubutense, que anticipó que peleará hasta los 32 o 33 años, debe decidir si continúa en las 140 libras, donde el abanico de rivales es estrecho, o sube a Welter (147) para ampliar el espectro.
El trelewense dueño de una pegada excelente y de un físico bien trabajado tiene argumentos de sobra para levantarse del tropezón frente a Danny y volver a ganarse un lugar en las grandes veladas de Estados Unidos.
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