martes, 6 de agosto de 2013

LA JOYA CHAVEZ - OSVALDO RIVERO FALTÓ APOYO?

La boca del loboEn la derrota de Diego Chaves contra Keith Thurman del sábado pasado, lo de abajo del ring pesó más que lo de arriba. Y los problemas internos, más que el gancho al hígado del yanqui. Los golpes que no se ven cocinaron un estofado que Chaves mismo eligió, donde fue el convidado de piedra

Si en medio de cualquier contienda deportiva, alguien necesita apelar a la arenga “mirá que acá vinimos a ganar”, algo está fallando desde varios lados, y no únicamente ése día.

Y si de boxeo se trata, la cosa se potencia exponencialmente, más cuando el DT es quien se lo grita a su pupilo.

Le sucedió a “La Joya” Chaves el sábado pasado en Texas nada menos que con su tío Ismael Chaves, cuando perdió por KO 10 el título mundial interino welter de la AMB frente al yanqui Keith Thurman, en pelea donde de entrada parecía ser superior.

Mas a veces eso no alcanza en el deporte y tampoco en el boxeo, donde hay otros golpes que pesan mucho más que los del rival.

Se deslizó la semana pasada en la columna “Pierna de Ases”, anticipando los problemas internos del equipo -más que nada con su mánager Osvaldo Rivero-, interferencias que ocasionan falta de apoyo, de protección dirigencial y política, detalles que suelen tener más valor que lo que pasa sobre el ring, máxime si las fuerzas son parejas.

Pero la tropa interna tampoco suplió el déficit con su unión. ¿Hace falta refrescar –y con tanto énfasis- una obviedad semejante como la que le recalcó Ismael a su sobrino en plena pelea? ¿Había alguna duda de que fueron a ganar, o inconscientemente se cruzó por la cabeza que fueron para  perder?

No obstante, atando algunos cabos, cabe preguntarse si realmente lo que más importaba era la victoria dentro del “clan Chaves”.

Es que aquella frase, como la de “¿te das cuenta que podemos?”, tras el 7º round, denuncian inseguridad. ¿El campeón es quien tiene que darse cuenta de que puede? ¿Qué quiso decir Ismael internamente? ¿Subieron pensando en que no se podía, o es que Ismael sentía que la pelea era adversa hasta entonces? (NdeR: hasta el 10º era pareja, incluso con leve predominio de Chaves, pese a la caída en el 9º).

Pero la falta de cohesión quedó expuesta desde el vamos. Que Rivero haya preferido ir a China con Mauricio Muñoz, que tenía cero chance ante el ruso Evgeny Gradovich y dejado “solo” al campeón –por más que mandó a su hijo Sebastián- en semejante pelea, fue todo un mensaje.

La protección casi ni existió, con dos jueces yanquis y uno puertorriqueño, que, seguramente –salvo paliza indisimulable-, le darían la victoria a Thurman en caso de ir a las tarjetas.

De hecho, hasta el 10º en que se produjo el KO, dos de ellos tenían arriba al americano 87-83 y el otro 86-84. ¿Se esperaba algo distinto? Y eso que Chaves era el campeón, y tuvo casi siempre el centro del ring, asumiendo la iniciativa, tal como DICEN que ponderan los yanquis (qué risa).

Siendo más que Thurman, a La Joya le falló el alma. Pero primero lo debilitó su rincón, que le sacó la poca confianza que se tenía y lo apichonó.
Un buen rincón es aquel que conserva la calma en medio de la tormenta, aunque se venga el mundo abajo. Alguien que se muestra inalterable ante lo conocido y lo desconocido más allá de las circunstancias. El guía, el maestro. Y “maestro” es el que “muestra” el camino.

“¿Tenés bolas? ¡Ponélas!”, era la arenga. Ese fue el camino que mostró Ismael. ¿Desde cuándo un exquisito como Chaves necesita apelar a ese recurso para ganar? Tal vez por eso no haya reconocido la vía, y menos el comportamiento de su tío.

¿Pero eran ambos sinceramente fieles a sí mismos? ¿Estaban en verdad por una razón meramente “boxística”, por el honor, por el ir a ganar, pensando en el título? ¿O primó el interés económico?

Esa pudo haber sido la clave del por qué Chaves se rindió tan rápido. Teniendo en cuenta que prefirió pelear con Thurman en vez de con Malignaggi (que era el campeón regular y con quien unificaría el título) porque le ofrecieron unos dólares más, da que pensar.

Y a la hora de la verdad, en su elección también pesó más la plata que la seguridad de pelear como local ante este último –si se iba a licitación, como quería Rivero-, donde iba a cobrar menos.


Cada cual se traza su propio destino y se elige sus propios rivales. Cuando aún no se es crack, ni se está asentado, a veces hay que elegir entre el título o la plata. Para ambas cosas juntas es preciso tiempo y madurez. La opción más urgente tiene recorrido más corto, pero peaje más caro.

No hay comentarios: