jueves, 10 de noviembre de 2011

“LA VIEJA LEONORI” PIVOTE

AÑORA EL SACRIFICIO DE OTRAS EPOCAS - BRILLO EN LAS DECADAS DEL ‘60 Y ’70 A NIVEL PROVINCIAL Y EN CHILE, DONDE FUE RECONOCIDO A FINES DE OCTUBRE DE ESTE AÑO.
Fue pivote y jugó en, prácticamente, todos los clubes de Comodoro Rivadavia, cuando la actividad basquetbolística arrasaba en la capital del petróleo. También tiene un gran afecto por el club Sokol de la localidad chilena de Punta Arenas. Hoy, con 67 años, lamenta que las instituciones de la ciudad y de la provincia se hayan olvidado de aquellas glorias, y asegura que antes, había verdadero amor por la camiseta.

Miguel Angel Leonori, conocido como “La Vieja”, es uno de los grandes deportistas comodorenses que tuvo la ciudad y que representaron a Chubut, pero, por esas paradojas que terminan siempre incomodando, hace poco tuvo un gran reconocimiento en Punta Arenas, Chile.



Nacido en la Provincia de Buenos Aires, pero criado en Comodoro Rivadavia, Leonori brilló entre los años ‘60 y ‘70 como pivote de muchos clubes de la ciudad, en la selección provincial y en el club Sokol de Punta Arenas, donde a fines de octubre de este año fue homenajeado.



El 14° Campeonato Internacional de Básquetbol Mini, que se desarrolló en el gimnasio de la entidad trasandina, llevó su nombre, y la comisión directiva le entregó una plaqueta. “Me llenó de orgullo y satisfacción, porque creo que algo dejé”, admitió en su visita a Diario Patagónico.



Y dejó mucho durante seis años vistiendo la casaca de Sokol, donde llegó como refuerzo en 1971 para un torneo de clubes campeones, junto a Néstor Martínez, de Río Gallegos.



Miguel Angel Leonori se casó en Punta Arenas, porque la familia por parte de su esposa es de aquella ciudad, y cada tanto va a pasear. De allí viene la estrecha relación con las tierras trasandinas, donde siempre visita a “su” club.



Debutó en Primera división a los 14 años, en Conferpet. “Después creo que estuve en todos los clubes de Comodoro, porque jugué en Ameghino, Saavedra, Huergo, Federación Deportiva y Gimnasia. También reforcé varias veces a Huracán, a Savio”, recuerda.



Era un pivote de casi 2 metros, goleador. Sus condiciones lo llevaron a integrar la selección provincial unas ocho veces, y hasta fue pretendido por Boca y Olimpo, pero por distintos motivos ajenos a sus intenciones, no pudo concretar esos sueños. Se retiró a los 37 años en Gimnasia y Esgrima, en un torneo Provincial de clubes campeones.

CUANDO ERA COMUN JUGAR AL AIRE LIBRE



Hoy, a los 67 años, “La Vieja” Leonori añora aquellos tiempos, pero no se trata de una nostalgia caprichosa, de esa que sentencia con autoritarismo que “todo tiempo pasado fue mejor”. Extraña porque, realmente, Comodoro Rivadavia fue una de las plazas más importantes de la Patagonia a nivel basquetbolístico.



“No sé por qué desapareció el básquet de los clubes. Antes, con menos recursos, había más equipos, y Comodoro hasta tuvo una plaza grande de básquet femenino”, se pregunta, y no encuentra respuestas.



También era muy distinta la manera de vivir --y a veces de sufrir-- el deporte. “Se jugaba mucho y en canchas al aire libre, porque en ese tiempo, el único gimnasio cerrado que había era el del Perito Moreno. Había que calcular el viento, y los partidos no se suspendían por nada”, rememora.



El sacrificio, la entrega y el amor a la camiseta, es lo que destaca Leonori de aquellos años. “No sé si estoy equivocado, pero en nuestra época teníamos más sacrificio, era amor por la camiseta. Jugábamos al aire libre y en pisos que nos generaron los problemas que tenemos hoy en los tobillos, en las rodillas. Además, las zapatillas no eran adecuadas. Entrenábamos con viento, con frío, y se jugaba de igual manera”, asegura.



“Hoy los chicos tienen todo. Tienen señores gimnasios cubiertos, duchas, profesores. No sé si hoy hay menos ganas de practicar deporte. Sinceramente, no sé. Me refiero a la entrega”, remarca.



Miguel Angel se queja por lo que le tocó vivir como técnico. “Yo fui director técnico durante muchos años, y notás que cuando a los chicos los exigís un poco, ya son reacios a ir a entrenar”, afirma.



En ese sentido, recuerda: “Cuando se hizo acá el Argentino, en 1975, nosotros íbamos a entrenar a las 5 de la mañana a la playa de canto rodado del Hospital Alvear, hasta las 7 y media. Después, cada cual iba a su trabajo y volvíamos a entrenar a las 6 de la tarde en el Huergo. Había que seguir ese ritmo. Eso es sacrificio”.



Entonces, hoy, “La Vieja” prefiere informarse sobre el básquetbol viendo televisión o leyendo, antes que ir a la cancha. “No voy muy seguido a ver partidos de básquet. Creo que me hace mal. Me pongo muy nervioso porque veo muchas cosas que no van con mi forma de ser”, argumenta.



Leonori es un agradecido al básquetbol por los amigos que le dejó, pero se siente olvidado por algunos sectores. “Las instituciones, las asociaciones, se han olvidado de la gente que ha hecho algo y eso no está bien. Era un sacrificio tremendo ir a un Argentino, viajar por tierra durante 52 horas. Hay chicos que no saben el sacrificio que hemos hecho para representar a la provincia”, lamenta.



Un mensaje de quien espera el reencuentro

Miguel Angel Leonori es un convencido de que los padres tienen que acompañar a sus hijos, sin presionarlos, y a los chicos les pide sacrificio para crecer. “El padre y la madre de un chico que recién se inicia en una disciplina, tienen que tener paciencia, tienen que apoyar a los chicos, ir a verlos sin presionarlos. A los chicos les digo que sin sacrificio no van a tener nada”, acentúa.



El mensaje se extiende a sus ex compañeros, con voz quebrada y ojos vidriosos, a modo de agradecimiento y con la ilusión del reencuentro: “A los amigos, a los compañeros que tuve y a los conocidos que tengo en Comodoro, les agradezco por el hecho de haber jugado con ellos. Espero que nos sigamos viendo, y ojalá que algún día nos podemos juntar”. El Patagónico.

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