miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL DEPORTE DE LOS REYES

LOS JINETES EN UN DEPORTE DE ALTO RIESGO - El pasado lunes falleció Ramón Ochoa, luego de que el domingo sufriera una grave rodada en nuestro Hipódromo. El “Negro” ya debe estar acomodado en la tribuna de “arriba” esperando que los pingos vuelvan a largar.
El fallecimiento del jockey Ramón Ochoa ha tenido mucho eco en el ambiente del turf y fuera de él. Las muertes trágicas no suelen ser frecuentes en el deporte de los reyes, pero la actividad no está exenta de que estos hechos lamentables ocurran.



Los accidentes de este tipo no tienen gran cantidad de antecedentes en el turf. En Mendoza hay que remontarse a la temporada 1999, cuando falleció el querido Manolo Benavídez (ver aparte).



En los hipódromos grandes de nuestro país tampoco hay registros frecuentes de fallecimientos. El último se produjo en La Plata en 2007, pero no fue en carrera. Sucedió en una mañana de ensayos.



La historia triste del turf dirá que ese mismo año murió José Reinoso, un gran jinete que tuvo nuestro turf. “Pepe” sufrió un accidente en la temporada ’99 y falleció en 2007 luego de permanecer durante ocho años en estado de coma.



Las rodadas en el turf son acontecimientos eventuales. De todas maneras, la posibilidad de que ocurran siempre está presente. En Buenos Aires suelen correr hasta 20 caballos por carrera y teniendo en cuenta la velocidad que desarrollan los animales, los accidentes son más frecuentes. Pero en general los jockeys terminan “zafando”.



El caso más destacado de los últimos años, de un jinete que debió dejar la actividad luego de una rodada, fue el de Juan José Paulé. “Pichi” (como le decían) era uno de los mejores de San Isidro, Palermo y La Plata, pero luego de un gran golpe no pudo volver a la pista.



Muchos de los jockeys más grandes que corren habitualmente en nuestro país han sufrido este tipo de accidentes. Valdivieso, el uruguayo Falero o el brasileño Ricardo también han estado implicados en rodadas. El turf es un deporte de alto riesgo y las caídas son siempre muy delicadas.



El párrafo final es una vez más para Ramoncito Ochoa. El “Negro” ya debe estar acomodado en la tribuna de “arriba” esperando que los pingos vuelvan a largar. Fernando Gabrielli - fgabrielli@losandes.com.ar

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