lunes, 13 de junio de 2011

VELEZ CAMPEÓN DEL FUTBOL ARGENTINO

¿Y la fiesta del fútbol? - Se consagró en un estadio vacío y festejó cuatro horas después - ¿Cómo explicar las fotos del vacío estadio Ducó? ¿Cómo decir que allí jugaba el futuro campeón? ¿Cómo explicar los jugadores de Vélez felices, pero sin saber si serían campeones y que por eso no festejó ni dio la vuelta olímpica? ¿Cómo sostener que el fútbol es una fiesta?
Los hinchas de Vélez tuvieron que esperar cuatro horas para gritar campeón porque el fútbol argentino determinó que su partido frente a Huracán se jugara a las 14 y el de Lanús ante Argentinos, a las 18.

Por eso, el pueblo velezano, que ayer no pudo ir a Parque de los Patricios a ver a su equipo por la intolerancia de los hinchas del Globo en un partido ante Estudiantes fechas atrás, se congregó en el club y en sus cercanías.

Durante cuatro horas, miles de hinchas de Vélez le rezaron a todos los santos para que Lanús perdiera. Y tanto rezo dio resultado porque Lanús perdió. A las 20, cuando el título era un hecho, los dirigentes velezanos anunciaron el comienzo de la fiesta en el Amalfitani.

Vélez, un campeón en serio

No sólo es un modelo a seguir desde lo futbolístico, sino también a nivel dirigencial. Gareca consiguió 2 títulos en los 5 torneos disputados

Vélez Sarsfield, uno de los clubes modelos tanto a nivel institucional como deportivo en el fútbol argentino, celebró ayer su octavo título nacional con un puñado de jugadores talentosos que expusieron el buen juego como estandarte para alcanzar el objetivo final.



Una de las frases más escuchadas en los diferentes estadios del fútbol argentino es: “Hay que ganar cueste lo que cueste”.



Esto quiere decir que no necesariamente hay que jugar bien para llegar a la tan ansiada victoria.



Pero señores, en Liniers hay jugadores que responden, casi en su mayoría, a la esencia e historia del fútbol criollo.



Es que Vélez juega realmente muy bien, da gusto verlo, y parece que siempre está más cerca de ganar que de perder, independientemente de lo que haga el rival.



Por eso, el equipo que dirige Ricardo Gareca es el justo campeón del torneo Clausura 2011. Esta estrella se suma a las logradas en el Nacional 1968, Clausura 1993, 1996, 1998, 2005 y 2009 y Apertura 1995.



Pero para que Vélez haya logrado un título más, tiene mucho que ver que la dirigencia apostó a un proyecto a largo plazo.



Gareca, que asumió 16 de diciembre de 2008, dirigió 5 torneos y salió campeón en dos oportunidades. Y más allá de los nombres, siempre priorizó jugar bien al fútbol.



De esa manera, Vélez le arrebató el título al recordado Huracán de Angel Cappa en el Clausura 2009 y ahora logró otro más en una digna puja con el exquisito Lanús del debutante Gabriel Schurrer.



El entrenador apostó a un arquero sobrio como Marcelo Barovero; a una defensa con lucha y fútbol compuesta por Fabián Cubero o Gastón Díaz , Sebastián Domínguez, Fernando Ortíz o Fernando Tobio y Emiliano Papa.



Augusto Fernández por derecha, Franco Razzotti o Héctor Canteros por el centro y Víctor Zapata o Iván Bella por izquierda ofrecieron despliegue en la mitad de la cancha.



Pero lo más interesante lo tuvo en ataque con volantes talentosos como Maximiliano Moralez, Ricardo Alvarez y David Ramírez, un delantero desequilibrante como Juan Manuel Martínez, y un goleador tremendo como Santiago Silva.



Es un sueño contar con esos cinco futbolistas en un plantel en el devastado fútbol argentino, en el que ningún club puede retener por más de una temporada a las “perlas” que ostenta.



Sin embargo en Vélez es posible a partir de la buena gestión de su presidente Fernando Raffaini y del encargado de fútbol profesional Christian Bassedas.



Estas dos personas, muy identificadas con el club y respetadas por los hinchas, más un grupo de dirigentes capaces, fueron los artífices de las últimas dos gestas de la institución.



Bassedas, el jugador emblema en la exitosa era de Carlos Bianchi como entrenador, fue a buscar a Gareca, de flojos resultados en clubes argentinos como técnico (había dirigido más en el ascenso que en primera división) pero de fructífero paso por el fútbol peruano (salió campeón con Universitario, justamente antes de llegar a Vélez).



Pero a la vez Raffaini, un joven dirigente -que sucedió a Alvaro Balestrini-, fue a buscar a otro “novato” como Bassedas, quien había dejado el fútbol, cinco años antes de asumir el cargo de manager en la entidad de Liniers.



Entonces, la combinación de la seriedad dirigencial -es una de las pocas entidades saneada económicamente- y el buen fútbol pregonado por su técnico y llevado a cabo por los jugadores, derivó en un nuevo título, el octavo, que enaltece a un club modelo, un campeón ejemplar.

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