El “Aurinegro” trepó a la punta - Una gran victoria cosechó el Aurinegro y así igualó a Boca en la tabla. Girard marcó los dos goles y Diego Luque atajó un penal en el final del partido.
Parecía el festejo de una final. El puño apretado, el cuerpo estremecido por la emoción, el corazón a punto de estallar. Madryn venció a Boca de Río Gallegos por 2 a 1 en un partido que tuvo todos los condimentos y el hincha aurinegro pudo dar rienda suelta a una alegría grande, como hace mucho tiempo no vivía.
El partido fue atrapante desde el minuto inicial, con dos equipos que salieron a buscar la victoria en el Coliseo. A los 5 minutos de la primera etapa, Boca se puso arriba en el marcador. Barboza ejecutó un córner con maestría, en el segundo palo llegó el frentazo de Tejera y Chiocarello ingresando por el medio, marcó de cabeza la primera conquista.
Madryn reaccionó en seguida y un minuto después empató el partido. Asprilla fue el gestor de la jugada, colocando desde el sector derecho un centro medido para la aparición de Girard, quien se sacó de encima al marcador y sometió a Moyano con un toque suave al palo derecho. El gol estimuló al local y así llegaron varias situaciones netas para ponerse arriba en el marcador.
A los 7 minutos Elgorriaga escapó por izquierda y sacó un potente remate que tapó el arquero y dos minutos más tarde, Asprilla no pudo definir después de una buena jugada de Apud. No obstante, con el correr de los minutos, los mediocampistas de Boca se adueñaron del balón y empezó a crecer el juego visitante. Las figuras de Barboza, De Tomassi y especialmente la calidad de Ferreyra le dieron vuelo y creatividad a cada avance de la visita.
A los 17´ Barboza sacó un remate que se fue pegado al palo derecho de Luque y minutos después, en un contragolpe fulminante, Ávila dejó desairado a Ríos y definió con todo el arco a disposición pero Luque tapó de manera magistral. Los hinchas de Madryn enloquecieron con el árbitro del partido Raúl Pagani, que no cobró una falta al borde del área a Asprilla y tampoco sancionó un claro penal de Girard tras un centro del colombiano por la punta derecha.
En el último minuto del primer tiempo el local tuvo la más clara. Escudero recibió la habilitación de Girard y solo frente al arco remató desviado. El segundo tiempo mantuvo la emoción y el dramatismo de principio a final.
Lo tuvo Galeano al minuto del segundo período, pero cuando el 10 se preparaba para definir apareció la pierna salvadora de Arach. Boca tuvo dos claras cuando se cumplía el primer cuarto de la etapa. A los 14´ Luque desvió un remate de Ávila que se metía por el segundo palo y tres minutos después, un cabezazo de Chiocarello pegó en el travesaño después de rozar los dedos del arquero local.
Después de eso, se vio lo mejor de Madryn en el partido. Elgorriaga empezó a tener preponderancia por el sector izquierdo, Asprilla siguió siendo una pesadilla para la defensa visitante y Galeano se puso el equipo al hombro con sus destellos de enorme calidad. A los 24´ “el Cholga” eliminó a tres rivales en una corrida genial, habilitó a Girard y el remate del delantero fue despejado en la línea por Villarino. En ese lapso apareció la figura del arquero Moyano.
Primero lo tuvo Elgorriaga pero el arquero lo evitó increíblemente y luego Asprilla remató dos veces al gol pero Moyano despejó con los pies. A los 32, Madryn venció la resistencia del arquero visitante. Elgorriaga volvió a ganar por su sector, colocó un centro atrás y Girard, tras dejar en el camino al arquero marcó su segunda conquista de la tarde.
El partido ofrecería un último dato de dramatismo. Ávila desbordó por derecha y metió el pelotazo al área. El árbitro vio falta de García a Sosa (había ingresado por Chiocarello) y cobró la pena máxima. Allí apareció la gigantesca figura de Diego Luque para volar al palo izquierdo y atajar el potente remate de Ávila.
Cuando el árbitro marcó el final, los miles de hinchas aurinegros festejaron como si hubiesen ganado una final. Madryn jugó, tal vez, el mejor partido del campeonato, por el nivel de algunas de sus individualidades y por la jerarquía del rival al que venció. Aunque para lograrlo, debió sufrir bastante. Por eso el festejo. Y por la punta, que ya tiene color aurinegro.
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