BOXEO - GIMNASIO FIRPO

El Firpo no se fue, siempre estará  - Las cosas se trasforman, no desaparecen, según una de las principales leyes de la física. La esquina de Corrientes y Salta, de la querida cuarta sección de nuestra ciudad, ya está cambiando su fisonomía. Pero lo que esperamos que nunca desaparezca es el misticismo que rodea a ese rincón, enclave de uno de los gimnasios más prestigiosos del boxeo nacional.

En la esquina noreste del cruce mencionado, hasta este lunes mostró una fisonomía que fue parte del paisaje de ese lugar de rica historia. Allí muy cerquita vivió nada menos que don José de San Martín y su familia, cuando era el gobernador intendente de Cuyo. En esos lugares se impulsó la campaña militar más importante del continente americano.

Desde los años ´30, a la vuelta, primero, y luego en la ochava mencionada, promediando los años ´50, el gimnasio Luis Ángel Firpo acunó otras campañas, no tan ambiciosas, pero no por ello menos gloriosas.

De la mano de don Diego “Corrientes”, lo mejor del boxeo local imponía su escuela, la otra, distinta pero no antagonista de la que llevó adelante Paco Bermúdez en el Mocoroa Boxing Club, y que juntas generaron un River- Boca en el estadio Pascual Pérez, en la época en que allí habían festivales profesionales del mejor nivel todos los viernes.

En esa esquina pasaron muchos grandes, pero la cúspide de la pirámide fue el gran campeón mundial de los medianos: Hugo Pastor “Itaka” Corro. Luego su hermano Osvaldo iba a tener a su cargo la tarea de mantener viva la “escuela mendocina” de pugilísmo como entrenador y hacedor de grandes figuras.

Sobre los escombros del pasado se construirá el futuro. El Firpo tendrá una nueva y merecida casa nueva, vendrán nuevos campeones, pero muchos mendocinos van a guardar las fotos de esta nota, para aferrarse a esa imagen que ya es pasado, nuestro pasado, esperando ver sus propias huellas en esa angosta vereda. Por Raúl Adriazola

radriazola@diariouno.net.ar