jueves, 30 de agosto de 2012

INDEPENDIENTE SE QUEDO CON EL DUELO COPERO

Las pálidas, al diablo. El 0-0 le alcanzó para festejar, antes de la tercera era Gallego. Con Américo Rubén Gallego en el palco principal pero sin el buzo de DT, Independiente tomó algo de oxígeno al avanzar a los octavos de final de la Copa Sudamericana. El 0-0 ante Boca le alcanzó para clasificar, ya que hizo valer el 3-3 logrado en la Bombonera la semana pasada. En el cierre hubo un lógico festejo, porque se necesitaba una alegría y por el especial duelo copero ante el Xeneize.
El equipo que condujo interinamente Enrique Borrelli quedó con 10 al minuto del complemento por la expulsión de Tuzzio, pero no acusó la desventaja. La visita careció de profundidad, no aprovechó el prolongado lapso en el que jugó con uno más y terminó eliminado por su impotencia.



En la próxima instancia, el equipo de Avellaneda se medirá con el ganador de la serie entre Envigado de Colombia y Liverpool de Uruguay.



El primer tiempo resultó equilibrado. Después de un arranque vertiginoso de Independiente, fue Boca el que tuvo mejor control de pelota. Los dos intentaron ser prolijos, la visita realizó un buen trabajo colectivo con aportes de Viatri y Chávez, y el local contó con una interesante producción de Rosales.



Sin embargo, ambos se fueron en insinuaciones. Les faltó profundidad, los arqueros tuvieron poco trabajo y en definitiva hubo una sola situación neta de riesgo para cada lado. La de Boca ocurrió a los 15 con un pelotazo recto de Cellay que peinó Viatri y Silva, de media vuelta, le pegó desviado.



La del Rojo se produjo en el tiempo agregado y fue muy bien elaborada sobre la izquierda por Rosales, quien llegó al fondo y cruzó el balón al sector opuesto donde Farías cabeceó libre, pero débil, facilitando la contención de Ustari.



Antes de cumplirse el primer minuto del segundo período se fue expulsado Tuzzio y la situación estaba dada para que Boca creciera, Sin embargo, el equipo de Falcioni se desdibujó.



Las únicas tres jugadas de peligro para el arco de Independiente fueron por tres cabezazos, todos desviados. El primero de Silva, el segundo nuevamente del uruguayo y el último, de Somoza, quien, solo, desperdició la última acción de riesgo del visitante.



Independiente ganó confianza y seguridad con el correr de los minutos, tuvo oficio para retener el balón en las cercanías del área rival y tuvo una ocasión clarísima cuando Ferreyra, de buena segunda mitad, colocó un centro bajo que Vidal pifió solo frente al arco.



Al Rojo le sobró aguante, a Boca le faltaron ideas y el duelo fue del "Rey de Copas", que cortó con las pálidas y ahora sueña con la recuperación en el torneo local.

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