EL VASO MEDIO LLENO - Argentina jugó de igual a igual a un equipo muy superior y a pesar de la derrota, se deben valorar las formas. Hoy es el momento de disfrutar.
A ningún deportista le gusta perder, y menos quedar eliminado de un Mundial. Pero como en muchos aspectos de la vida, en el deporte también hay que valorar las formas.
En la previa, se hablaba de un partido imposible, de tener que hacer una actuación utópicamente perfecta, del historial entre ambos equipos, y de tantas cosas más que no daban otra alternativa que pensar en los hombres de negro como virtuales ganadores, todavía sin haber pisado siquiera el pasto del Eden Park.
Pero una vez más, Los Pumas certificaron la famosa frase: “Son 80 minutos, 15 contra 15 y todo puede pasar”. Los primeros sesenta minutos le pudieron jugar de igual a igual a un conjunto superior en el aspecto físico y técnico, situación que se demuestra cuando la realidad es que el seleccionado argentino jugó la mayor cantidad del partido en su campo y sin la pelota, haciendo lo que más le gusta, y mejor hace, defender.
Por momentos, Los Pumas sufrieron la diferente vara con la que el gales Owens pitaba las infracciones, que aunque seguramente el resultado final no hubiese variado mucho, son decisiones y acciones del juego que influyen y mucho en la parte anímica del equipo.
Los argentinos lograron mantener una distancia corta en el tanteador hasta los últimos veinte minutos, donde la diferencia física se empezó a sentir, y eso se comenzó a reflejar rápidamente en el marcador, para llegar así al 33-10 del final.
Es muy rápido para hacer un balance, pero es momento de mirar el vaso medio lleno. Este fue un torneo muy importante para Los Pumas de cara al futuro del rugby argentino, todos los ojos estaban puestos en el desempeño albiceleste, y por suerte esas retinas pudieron quedar complacidas.
La Argentina está nuevamente entre los ocho mejores equipos del Mundial, y eso es importante. Se logró hacer una base de jugadores jóvenes que recibirán el legado de los más grandes, y eso es importante. Los referentes demostraron que aparecen en estos momentos, y eso es importante. El rugby argentino sigue diciendo presente, y eso es importante.
Ya llegará el tiempo de ponerse a pensar en el Rugby Championship del año que viene, que estará acompañado de muchísima y merecida actividad para Los Pumas, pero hoy es momento de disfrutar, y mirar el vaso medio lleno.
Los Pumas y un balance positivo
Tras la eliminación del Mundial, Santiago Phelan y Felipe Contepomi se mostraron orgullosos. La emoción de Mario Ledesma por su retiro.
La eliminación ante los favoritos All Blacks no empañó para nada la actuación de Los Pumas en la Copa del Mundo. Así lo entendió el técnico Santiago Phelan y el capitán, Felipe Contepomi, quienes coincidieron en sentirse más que satisfechos por la actuación del equipo.
“Por más que nos duela perder y quedar eliminados, el equipo jugó muy bien gran parte del partido, siempre teniendo en cuenta que enfrente estaba el mejor equipo del mundo“, dijo el Tati, quien cumplió el objetivo planteado de meter a Los Pumas en cuartos de final por lo que su continuidad en el cargo es un hecho.
El próximo gran objetivo de Argentina será el Cuatro Naciones ante las grandes potencias mundiales como Nueva Zelanda, Australia o Sudáfrica y Phelan ya lo palpita: “Va a ser muy duro al principio, pero el rugby argentino va a crecer“.
Por su parte, Felipe Contepomi, quien tuvo un Mundial irregular por la lesión en el primer partido con Inglaterra, realizó su propio balance en la conferencia de prensa y se centró en el futuro del rugby argentino: “Fue un torneo positivo, sirvió para foguear a muchos jugadores jóvenes que tienen muchos años por delante en Los Pumas“.
Además, el capitán, señaló sentirse orgulloso por la actuación de sus compañeros, ya que se jugó de igual a igual ante el mejor equipo del mundo por más de sesenta minutos.
El momento más emotivo del partido ante los All Blacks quizás haya sido la salida del Eden Park, con lágrimas en los ojos, de Mario Ledesma a los 29 minutos del segundo tiempo, lo que significó su último partido con la camiseta albiceleste. “Me emocioné un poco. Fue un privilegio enorme jugar para los Pumas. Fue un montón de tiempo y para mí significa mucho”, expresó el hooker quien estuvo 16 años al servicio argentino.
“No sé cómo se siente como entrenador. No hay cosa más linda que jugar. Y todos los que me entrenaron me dijeron lo mismo. Si fuese por mí jugaría hasta que no me den las patas. Por el respeto a esta camiseta, y lo que representa, porque para mí no es mentira lo que sentimos por la camiseta, para nosotros es casi patriótico“, cerró Ledesma en su última declaración como jugador ante la prensa en Nueva Zelanda.
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