ESE CRACK LOS TUVO EN JAQUE - El gran capitán les hizo los 21 puntos a los All Blacks en el histórico empate de 1985. Hoy, a tres días del trascendental choque por los cuartos de final del Mundial, dice: "Los Pumas les pueden ganar siempre y cuando crean que pueden hacerlo".
Hugo Porta rompió el molde de muchas maneras como rugbier. El histórico capitán de Los Pumas brilló con el 10 en la espalda por la inigualable puntería de sus patadas a los palos, por la inteligencia para leer el juego y poner al equipo siempre adelante con sus notables kicks tácticos y por esos amagues cortos y quiebres de cintura indescifrables para los rivales, que rara vez pudieron anticipar el destino de sus movimientos. Hugo Porta es eso y mucho más en la historia del rugby nacional. Pero hubo un día, el 2 de noviembre de 1985, en el que su protagonismo fue tal que hizo tambalear el invicto de los All Blacks en el historial contra Argentina: ese día, en Ferro, el apertura de la Selección convirtió los 21 puntos -cuatro penales y tres drops- de su equipo para alcanzar un memorable empate, único antecedente que no fue derrota en los 17 enfrentamientos contra el mejor equipo del mundo.
Clarín conversó con Porta, teléfono mediante, en una charla con un ida y vuelta entre Auckland y Buenos Aires.
¿Qué recordás de aquel histórico empate? Fue un partido muy parejo que podríamos haber ganado; terminamos jugando con el scrum en el ingoal de ellos, pero no pudimos lograr el try. Los Pumas desplegaron ese día un rugby de ataque con mucha dinámica.
Alguno de los penales o drops que pateaste, ¿tuvo mayor relevancia que el resto? Tal vez uno que pateé desde mitad de cancha luego de haber recibido un golpe en el oído que me dejó totalmente aturdido.
¿Cómo te marcó la única vez que se enfrentaron en un Mundial? El partido que jugamos en Wellington en el primer Mundial, en 1987, fue muy duro para nosotros porque se trató de nuestra despedida. Veníamos de perder contra Fiji en el debut y de ganarle a Italia. Y perdimos 46-15. La superioridad de ellos se manifestó en los backs, especialmente a través de Kirwan, un wing fantástico, potente, que estaba en todo su esplendor.
¿Qué eran en ese entonces los All Blacks? El símbolo de lo que es el rugby. Eran lo máximo. Desequilibraban por su potencia y su velocidad.
¿Mantienen esa identidad? Ahora el rugby se ha equiparado mucho. Pero las tres grandes selecciones del hemisferio Sur siguen siendo superiores a las del hemisferio Norte y, entre ellas, Nueva Zelanda sigue estando un paso adelante. Juegan con una increíble continuidad. Como suelo decir, "cuando ven sangre, quieren más". No se conforman con hacer uno, dos o tres tries.
¿Qué jugadores te llaman la atención? Me impresionan sus segundas líneas y también Kaino y Sonny Bill Williams, un jugador diferente, con mucha velocidad y contundencia.
¿Cómo deberían jugarles Los Pumas el domingo? Hay que sacarlos de su esquema, sorprenderlos. Y hacer muchísimo hincapié en la defensa y en la obtención de la pelota. Si Los Pumas no tienen la pelota, frenar los continuos ataques de los All Blacks va a ser muy difícil. En cuanto a la estrategia, yo no soy entrenador, pero me parece que deberían elegir jugarles cerca de las formaciones.
¿Hay algo en lo que Los Pumas sean superiores? Creo que el scrum, que será muy importante, es un punto en el cual pueden estar a mano. Además pienso que Felipe Contepomi, en el centro de la cancha, puede desequilibrar a cualquier rival.
¿Cómo lo viste al equipo en los cuatro partidos que jugó en el Mundial? Hasta aquí hizo un buen torneo. Se nota que el equipo está muy bien preparado físicamente, que se repuso del golpe que significó tener varios jugadores clave lesionados y que los jóvenes que tuvieron que reemplazarlos o entrar por otros motivos hicieron bien su trabajo. Me gustaron Santiago Fernández, Farías, a quien noté muy aguerrido, y el medio scrum, que se desempeñó bien. Lo mismo que González Amorosino, un jugador importante, diferente y talentoso.
¿Los Pumas les pueden ganar a los All Blacks? Los Pumas les pueden ganar siempre y cuando crean que pueden hacerlo. No hay que olvidarse de que en el Mundial del 2007, Nueva Zelanda perdió con Francia y Argentina derrotó dos veces a los franceses en su propio territorio. Si Los Pumas confían en sus propias fortalezas, en su propio rugby, son capaces de dar un golpe grande.
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