Un hincha de Newell´s recibió cinco balazos por una pelea en la interna de la barra. Los hinchas de El Porvenir hicieron destrozos en su clubLos cinco balazos por la espalda que recibió anoche el barrabrava rojinegro disidente Matías Pera en una esquina del barrio Tablada, en el sudeste rosarino, y que lo dejaron internado, milagrosamente fuera de peligro, en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez es otra escalada en la interna de la hinchada de Newell`s Old Boys.
Este episodio es uno más del enfrentamiento que libra el grupo de Pera contra la facción oficialista de Diego "Panadero" Ochoa por el control de la hinchada de Newell´s y los negocios conexos al planeta fútbol.
La guerra por el control de la barra brava rojinegra estalló públicamente el 4 de setiembre, cuando Matías Pera y Maximiliano Rodríguez golpearon y sacaron literalmente del para-avalanchas de la tribuna popular local del estadio Coloso Bielsa al "Panadero" Ochoa, a quien -además- le robaron la ropa y lo dejaron en calzoncillos en la puerta de la cancha.
El "Panadero" Ochoa fue acompañado por una veintena de seguidores y escoltado por la policía hasta la esquina de Ovidio Lagos y 27 de Febrero, pero desistió de formular denuncia alguna: "Fue un problema personal", advirtió.
Ambos grupos amenazaron con pelearse en la víspera del partido de ida contra Estudiantes por la Copa Sudamericana, cuando un camión con hinchas de la barra del "Panadero" se cruzó en la rotonda del boulevard Oroño y Cochabamba, a sólo tres cuadras de la cancha, con un par de autos del grupo opositor, desde donde partieron algunos disparos al aire.
Esa tarde noche la barra disidente se ubicó en la tribuna del Palomar, desde donde unos 50 hinchas insultaron a sus adversarios durante todo el partido que Newell´s le ganó a Estudiantes sobre la hora con un penal del "Gato" Mauro Formica: "Pana, te vamos a matar, no te va a salvar ni la Federal", era uno de sus gritos de guerra.
Y el antecedente violento más cercano al atentado de anoche fue el disparo en la pierna derecha que recibió el custodio Sebastián González, de 27 años y vinculado al grupo de la barra brava opositora, el 14 de noviembre en la puerta del bar Athípyco, de Balcarce 215, en el barrio Pichincha del macrocentro rosarino.
"Fueron el "Panadero" (Diego Ochoa) y el "Pollo" (Luis Bassi)", declaró luego Matías Pera, quien aseguró que Ochoa disparó y su lugarteniente Bassi conducía la moto tipo Enduro o Cross esa noche.
Luego el "Panadero" se presentó ante la Justicia y aportó un video de las cuatro cámaras instaladas en su casa de Pueyrredón al 3700, en el barrio Alvear, con el que intentó probar que permaneció en su domicilio entre las 22 del 13 de noviembre y las 9.45 del día siguiente, ante lo que el juez de Instrucción número 15, Jorge Baclini, tomó una decisión salomónica: lo excarceló pero le prohibió acercarse al bar Athípyco.
A su turno, el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna prohibió el ingreso al estadio rojinegro de unos 120 barrabravas "leprosos", una medida que prorrogó la semana pasada, pero que parece limitada ante la escalada de violencia que adquiere la guerra por el control de la barra brava de Newell´s. Son pocos, pero hacen lío
Barrabravas de El Porvenir violentaron los autos de los jugadores, robaron computadoras y rompieron vidrios de la confitería del club.El presidente del club, Enrique Merellas, ya presentó 27 denuncias contra estos barras y también denunció ataques. Los ataques se deberían a que los dirigentes no les regalan entradas."El jueves pasado me tiraron una piedra y me rompieron la puerta de mi casa".
También, agregó que "no los vamos a dejar entrar, sino el club es un depósito de drogas y alcohol. Esta gente conmigo no tiene trato. La policía sabe que trabajan en la cooperativa de Lanús. A esta gente nunca le vamos a dar entradas"."Esta gente pertenece a la Municipalidad de Lanús y le mandé una carta documento al intendente. No quiero gente así en este club. Si salgo no sé si vuelvo vivo, quiero que se ocupen de la seguridad de mi familia. Fue un sacrificio para el club poner esos ventanales y los rompieron todo. Los chicos que juegan tienen 20 años y no tienen un sueldo. En este país la Justicia no funciona", contó preocupado Merellas.Luego agregó que los vecinos realizaron la denuncia hace un año y que todavía no tuvieron una respuesta.
La guerra por el control de la barra brava rojinegra estalló públicamente el 4 de setiembre, cuando Matías Pera y Maximiliano Rodríguez golpearon y sacaron literalmente del para-avalanchas de la tribuna popular local del estadio Coloso Bielsa al "Panadero" Ochoa, a quien -además- le robaron la ropa y lo dejaron en calzoncillos en la puerta de la cancha.
El "Panadero" Ochoa fue acompañado por una veintena de seguidores y escoltado por la policía hasta la esquina de Ovidio Lagos y 27 de Febrero, pero desistió de formular denuncia alguna: "Fue un problema personal", advirtió.
Ambos grupos amenazaron con pelearse en la víspera del partido de ida contra Estudiantes por la Copa Sudamericana, cuando un camión con hinchas de la barra del "Panadero" se cruzó en la rotonda del boulevard Oroño y Cochabamba, a sólo tres cuadras de la cancha, con un par de autos del grupo opositor, desde donde partieron algunos disparos al aire.
Esa tarde noche la barra disidente se ubicó en la tribuna del Palomar, desde donde unos 50 hinchas insultaron a sus adversarios durante todo el partido que Newell´s le ganó a Estudiantes sobre la hora con un penal del "Gato" Mauro Formica: "Pana, te vamos a matar, no te va a salvar ni la Federal", era uno de sus gritos de guerra.
Y el antecedente violento más cercano al atentado de anoche fue el disparo en la pierna derecha que recibió el custodio Sebastián González, de 27 años y vinculado al grupo de la barra brava opositora, el 14 de noviembre en la puerta del bar Athípyco, de Balcarce 215, en el barrio Pichincha del macrocentro rosarino.
"Fueron el "Panadero" (Diego Ochoa) y el "Pollo" (Luis Bassi)", declaró luego Matías Pera, quien aseguró que Ochoa disparó y su lugarteniente Bassi conducía la moto tipo Enduro o Cross esa noche.
Luego el "Panadero" se presentó ante la Justicia y aportó un video de las cuatro cámaras instaladas en su casa de Pueyrredón al 3700, en el barrio Alvear, con el que intentó probar que permaneció en su domicilio entre las 22 del 13 de noviembre y las 9.45 del día siguiente, ante lo que el juez de Instrucción número 15, Jorge Baclini, tomó una decisión salomónica: lo excarceló pero le prohibió acercarse al bar Athípyco.
A su turno, el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna prohibió el ingreso al estadio rojinegro de unos 120 barrabravas "leprosos", una medida que prorrogó la semana pasada, pero que parece limitada ante la escalada de violencia que adquiere la guerra por el control de la barra brava de Newell´s. Son pocos, pero hacen lío
Barrabravas de El Porvenir violentaron los autos de los jugadores, robaron computadoras y rompieron vidrios de la confitería del club.El presidente del club, Enrique Merellas, ya presentó 27 denuncias contra estos barras y también denunció ataques. Los ataques se deberían a que los dirigentes no les regalan entradas."El jueves pasado me tiraron una piedra y me rompieron la puerta de mi casa".
También, agregó que "no los vamos a dejar entrar, sino el club es un depósito de drogas y alcohol. Esta gente conmigo no tiene trato. La policía sabe que trabajan en la cooperativa de Lanús. A esta gente nunca le vamos a dar entradas"."Esta gente pertenece a la Municipalidad de Lanús y le mandé una carta documento al intendente. No quiero gente así en este club. Si salgo no sé si vuelvo vivo, quiero que se ocupen de la seguridad de mi familia. Fue un sacrificio para el club poner esos ventanales y los rompieron todo. Los chicos que juegan tienen 20 años y no tienen un sueldo. En este país la Justicia no funciona", contó preocupado Merellas.Luego agregó que los vecinos realizaron la denuncia hace un año y que todavía no tuvieron una respuesta.
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