miércoles, 17 de febrero de 2010

FUTBOL INFANTIL FORMACION O NEGOCIO

EL FUTBOL INFANTIL El verdadero espectaculo esta en las gradas
En las canchas del fútbol infantil, abundan los padres de familia no solo apoyando a sus hijos. Hoy como nunca el fútbol Infantil es un negocio enorme y muy jugoso para muchos entrenadores y/o para los que le invierten a ésto. Así que de Lunes a Domingos se ven atiborradas todas las canchas de fútbol ya sea con entrenamientos y/o torneos desde niños de 4 años hasta de 14 que todavía se les puede considerar niños.
Antes el entrenador batallaba por conseguir patrocinios para poder llevar a sus niños a un torneo a Acapulco o a Guadalajara. Hoy ni batallan, los mismos padres consiguen todo, aunque anden bajos de capital, hipotecan, venden o hacen lo que sea por ver a su hijo ahí y que sea el mejor; no vaya a ser que le quiten su lugar en el equipo porque sus sueños como padres es verlos algún día jugando en el Real Madrid y si mal les va con un equipo del fútbol mexicano.
Cuando mi hijo era mas pequeño, y tenía que llevarlo a un entrenamiento lejano, me quedaba ahí esperándolo, pero siempre tenía mucha compañía: los otros padres de familia. Uno cree que las que estamos ahí somos nosotras las mamás, pero que gran sorpresa: la mayoría son hombres/papás.
Al principio me sorprendía de ver a los papás dando órdenes en los entrenamientos, regaños en los recesos, y no solo a sus propios hijos, se iban con los ajenos, castigos, malas caras y hasta recomendaciones a los entrenadores.

Siempre me pregunté, ¿a qué hora trabajan? Porque hacían un gran esfuerzo por estar ahí, tanto padres como niños; los niños salían del colegio para mal comer en el coche y de ahí estar dos horas en el entrenamiento. Y entre el tráfico de la regresada y de lo lejos que vivían el niño llegaba a su casa cerca de las 8 de la noche. Y lo peor del caso es que se te hace una costumbre verlos, y hasta uno empieza a adoptar estas actitudes. Solo cuando empecé a verlos “de fuera” sin que mi hijo fuera jugador -(por un accidente que tuvo jugando fútbol y estuvo meses sin poder jugar), fue cuando me asusté realmente de ver ese espectáculo, porque el espectáculo se da en las gradas y no en la cancha.
Hoy la mayoría de los entrenadores se van por el niño que les conviene. Si el papá tiene dinero, les conviene para los viajes. Si el papá es conocido, recomendaciones para otros trabajos y de plano el niño tiene que ser un super crack para poder ser admitido en el circulo del papá-entrenador. Como conclusión: es un vil cuchupo.
Todo es mucha presión, para el niño como para los papás que no somos así. Es aguantar que no metan a tu hijo aunque sea bueno, haya llegado temprano a los entrenamientos, haga hecho caso a todo lo que te dice el entrenador y los papás no meterse mas que para apoyar. Es difícil aguantar estar ahí, porque si no hablas te atropellan, y uno por sus hijos hace todo. Ver a tu hijo bajoneado después de los partidos y uno dándole consejos positivos y de ánimos. Aguantan, luchan y no entienden muchas cosas, hasta que pasa el tiempo y te dicen lagrimeando que NO ES JUSTO.
Al final, crean-me porque lo he visto, los niños llegan a la adolescencia, y esos niños presionados por sus padres se revelan y lo que menos quieren es saber de fútbol. Los que fueron rechazados pese a tener aptitudes, se cansan de luchar y prefieren jugarlo en ligas de amigos como es sus colegios donde no te exigen tanto y los papás la llevan mas leve. Al final, llegan pocos.
A ésto hemos llegado por éste negocio del fútbol, porque los dueños/entrenadores/socios no hacen o enseñan este deporte del fútbol por amor al arte, por crear buenos futbolistas, lo hacen por amor al dinero. No estoy generalizando, pero tristemente así es la mayoría.
Hay miles de padres que creen ciegamente que sus hijos llegarán a ser profesionales, atropellan a quien se les ponga enseguida para poder lograrlo, pero tristemente éstos niños llegan a una edad que no hay quien soporte a padres así, como en las Fuerzas Básicas que se va reduciendo la oportunidad y hay mucha competencia, que aunque no se vive ahí “miel sobre hojuelas”, ya éstos padres no aguantan la presión de ser ignorados, de perder el control y de no saber que pasa ahí en esos entrenamientos, viajes, etc.
Me queda claro, que el futbolista para llegar a un nivel profesional tuvo que pasar miles de adversidades, pero la primera y la más difícil es la que les damos nosotros en su niñez.
Por cierto, me gustaría que uno de esos jugadores profesionales que hay en mi equipo sean hijos míos, para que cada vez que se suban al carro después de los pésimos partidos que dan, les pueda dar sus sermones de todo lo que hicimos nosotros como padres para verlos ahí y que den esos papelones.
“El resultado en fútbol infantil atenta contra la formación”
Eduardo “Pino” Hernández, Coordinador General del Fútbol Infantil de Vélez, cuestionó el trabajo de algunos clubes en sus Divisiones Inferiores. Además denunció que “hay robo de jugadores y padres que les pegan a los árbitros”.
El mandamiento deportivo de que lo importante es participar y jugar, hace tiempo que fue arrojado a la basura en la mayoría de los clubes de fútbol por técnicos que utilizan sus jóvenes discípulos exclusivamente como plataforma para su ascenso social y profesional. La cultura de la victoria en el deporte infantil está causando diariamente en todas las partes del mundo mucho daño, no sólo a los niños, también a los clubes cuya calidad de formación de sus talentos está condicionada negativamente cuando se busca por todos los medios la victoria, independiente si se trata del equipo benjamín, alevín, infantil o cadete. Sólo en pocos clubes se mide la calidad de la formación en el número de jugadores que cada año pueden ser incorporados en la plantilla del equipo representativo. En ellos, en vez de jugar para ganar se disputan partidos para aprender y ganar a largo plazo.
Según el periódico “El País”
(ver la edición del 5 de septiembre de 2000), un estudio a finales de los años ’90 reveló que de los 20 millones de niños norteamericanos que participaban en actividades deportivas organizadas, 14 millones lo dejan antes de haber cumplido 13 años. La deserción masiva se debe a que el juego, concebido inicialmente como un entretenimiento compartido con otros amigos, se va convirtiendo con el paso de los años en una experiencia amarga por la presencia de padres y también de las muy elevadas exigencias de los entrenadores, cuyo objetivo es conseguir con muchas victorias el prestigio necesario para optar a un trabajo mejor renumerado en los equipos adultos.
El debate "Ganar o Formar" está enfrentando entre sí a los profesionales que se dedican a la organización, gestión, investigación
¿Qué es más importante en el fútbol de los niños y jóvenes, buscar la victoria o una óptima formación del joven talento? Aspectos que ayudan para tomar una decisión, porque una cosa excluye casi siempre la otra Centro de estudios, desarrollo e investigación del fútbol español - CEDIF

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