A veces siento que no pertenezco a ese mundo - Ya estoy en casa con toda la familia y muy contento después de un fin de semana especial. Lo pasé muy bien, sobre todo en la parte en la que me tocó estar dentro de la cancha, porque lo demás es un poco avasallante. Por la cantidad de gente que hay, no podés bajar las revoluciones ni un minuto, estás a mil y las actividades son constantes, sin descanso. Igual lo que se puede perder en energías se recupera psicológicamente, en lo anímico. Ser elegido para este tipo de eventos siempre te da un gran impulso.
A veces siento, sinceramente, que no pertenezco a ese mundo. Me cuesta verme como una estrella. Eso de caminar por la alfombra roja y que los paparazzi te saquen fotos como si fueras un actor o un cantante me hace sentir extraño. Por mi forma de ser, prefiero estar más tranquilo, con mis viejos, con mis hijos... pero es parte del evento y no por eso dejé de disfrutar esta oportunidad. Verte con todas estas estrellas, sacándote una foto con algunos de los mejores jugadores de la historia, es muy particular. A Tim Duncan ya lo conozco, pero estar con Kobe Bryant o con Kevin Durant, que va camino a ser uno de los mejores, es difícil de creer.
Una cosa que me llamó la atención es la dedicación y el empeño que varios jugadores le ponen a imponer su moda. Algunos aparecen con moños, otros con lentes particulares. Se juega mucho con el entorno y, de esa manera, también le aportan al espectáculo. Pero en esa parte ya no participo tanto; con Tim somos de la vieja escuela.
En el primer All Star en el que participé, en 2005, estaba algo más cauteloso, esperando y sin querer hacer demasiado para ir entrando en confianza de a poquito. Ahora estoy un poco más asentado y me divertí mucho con mis compañeros de equipo, en los entrenamientos, en el partido, compartiendo vestuario con estos monstruos. Y esta vez, aunque no es lo más importante, me tocó ganar.
El partido es un show, pero todos queremos ganar. Cada minuto que me tocó jugar lo hice con intensidad. Claro que hay cosas que uno no hace. Por ejemplo, en jugadas como las que LeBron se me vino con todo en un contraataque, no me voy a meter en el medio. Ahí uno se puede lesionar o puede lesionar al rival y no tiene sentido.
Pero en todo momento tomé las cosas con responsabilidad, sin forzar tiros ni jugadas raras. Es la forma en la que sé jugar y por la que me llamaron para estar en este partido. Traté de hacer participar al equipo y tirar cuando pude. Nunca pensé en destacarme o mirar los números que llevaba; eso sí, no quería terminar en cero.
Estuve en este tipo de partidos en la Argentina y también en Italia, y sé que los mejores espectáculos son cuando uno juega lo más serio posible.
Después, los que más saltan, los más espectaculares, hacen lo que tienen que hacer en su momento. De alguna manera, cumplen con sus responsabilidades y está bien porque es lo que el público quiere ver.
Sobre el partido, nosotros jugamos bastante mejor que ellos en los primeros tres cuartos. Kobe, estando en Los Angeles, se sintió seguramente con mucha libertad, lo tomó como un juego especial y hay un detalle para tener en cuenta: es el mejor. El equipo jugó para él y es lógico. Después, Kevin Durant es el goleador de la NBA y también tuvo sus momentos.
La delegación de los Spurs fue grande en Los Angeles. Estuvimos con Tim, DeJuan Blair y Gary Neal. Pero, además, Pop estuvo con sus cinco asistentes. Entre una cosa y otra, éramos 16 personas del equipo, así que tanto el vuelo de Chicago a Los Angeles como el que nos trajo ahora a San Antonio los hicimos con el avión del equipo.
Se terminó mi segundo All Star y es un halago impensado. A la mayoría de los jugadores no se les da nunca y a mí se me dio dos veces. Será muy difícil que vuelva a estar porque ya estoy cerca de los 34. La primera vez no sabía si iba a tener otra oportunidad, pero en ésta estoy bastante seguro de que no se va a repetir.
Hoy tengo un día para entrenar y descansar un poco y mañana, contra Oklahoma? ¡volvemos a jugar en casa! Para acordarme de cuándo fue la última vez que jugamos como local tengo que ir a buscar el programa. Fue el 29 de enero, contra Houston.
Tenemos una gran temporada hasta ahora y hay que concentrarse en este último tramo para que todo siga así. Siendo el número 1 de la NBA, uno se crea una gran responsabilidad y hay menos margen de error. Falta poco para el final y hay que tratar de llegar lo mejor posible para los playoffs.
Una cosa que me llamó la atención es la dedicación y el empeño que varios jugadores le ponen a imponer su moda. Algunos aparecen con moños, otros con lentes particulares. Se juega mucho con el entorno y, de esa manera, también le aportan al espectáculo. Pero en esa parte ya no participo tanto; con Tim somos de la vieja escuela.
En el primer All Star en el que participé, en 2005, estaba algo más cauteloso, esperando y sin querer hacer demasiado para ir entrando en confianza de a poquito. Ahora estoy un poco más asentado y me divertí mucho con mis compañeros de equipo, en los entrenamientos, en el partido, compartiendo vestuario con estos monstruos. Y esta vez, aunque no es lo más importante, me tocó ganar.
El partido es un show, pero todos queremos ganar. Cada minuto que me tocó jugar lo hice con intensidad. Claro que hay cosas que uno no hace. Por ejemplo, en jugadas como las que LeBron se me vino con todo en un contraataque, no me voy a meter en el medio. Ahí uno se puede lesionar o puede lesionar al rival y no tiene sentido.
Pero en todo momento tomé las cosas con responsabilidad, sin forzar tiros ni jugadas raras. Es la forma en la que sé jugar y por la que me llamaron para estar en este partido. Traté de hacer participar al equipo y tirar cuando pude. Nunca pensé en destacarme o mirar los números que llevaba; eso sí, no quería terminar en cero.
Estuve en este tipo de partidos en la Argentina y también en Italia, y sé que los mejores espectáculos son cuando uno juega lo más serio posible.
Después, los que más saltan, los más espectaculares, hacen lo que tienen que hacer en su momento. De alguna manera, cumplen con sus responsabilidades y está bien porque es lo que el público quiere ver.
Sobre el partido, nosotros jugamos bastante mejor que ellos en los primeros tres cuartos. Kobe, estando en Los Angeles, se sintió seguramente con mucha libertad, lo tomó como un juego especial y hay un detalle para tener en cuenta: es el mejor. El equipo jugó para él y es lógico. Después, Kevin Durant es el goleador de la NBA y también tuvo sus momentos.
La delegación de los Spurs fue grande en Los Angeles. Estuvimos con Tim, DeJuan Blair y Gary Neal. Pero, además, Pop estuvo con sus cinco asistentes. Entre una cosa y otra, éramos 16 personas del equipo, así que tanto el vuelo de Chicago a Los Angeles como el que nos trajo ahora a San Antonio los hicimos con el avión del equipo.
Se terminó mi segundo All Star y es un halago impensado. A la mayoría de los jugadores no se les da nunca y a mí se me dio dos veces. Será muy difícil que vuelva a estar porque ya estoy cerca de los 34. La primera vez no sabía si iba a tener otra oportunidad, pero en ésta estoy bastante seguro de que no se va a repetir.
Hoy tengo un día para entrenar y descansar un poco y mañana, contra Oklahoma? ¡volvemos a jugar en casa! Para acordarme de cuándo fue la última vez que jugamos como local tengo que ir a buscar el programa. Fue el 29 de enero, contra Houston.
Tenemos una gran temporada hasta ahora y hay que concentrarse en este último tramo para que todo siga así. Siendo el número 1 de la NBA, uno se crea una gran responsabilidad y hay menos margen de error. Falta poco para el final y hay que tratar de llegar lo mejor posible para los playoffs.
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