viernes, 16 de mayo de 2014

BRASIL 2014 - EL MUNDIAL

En el país del Mundial, no todo es carnaval - A menos de un mes del comienzo del campeonato, siguen las protestas por el enorme gasto en el que incurre el gobierno.

Se acerca el comienzo de la Copa, como le dicen en Brasil al Mundial, y no se aplacan las críticas que apuntan a que ese país tiene demasiados y muy graves problemas como para (mal)gastar una fortuna en una fiesta multimillonaria.

Las redes sociales son el principal canal que utilizan los inconformes para manifestar su repudio al Mundial, al que consideran un gran negocio del que se van a beneficiar los mismos de siempre. Es decir, no el pueblo. Las fotos que acompañan esta nota fueron sacadas de diferentes sitios de Facebook que protestan contra la realización del campeonato.

Los argumentos en contra del Mundial, pero sobre todo de los negocios poco claros de la Fifa y la elite gobernante, recuerdan que Brasil sigue siendo un país profundamente desigual, en el que las necesidades básicas de millones de personas siguen estando insatisfechas.

Aunque casi todo el mundo coincide en que una vez iniciada la competición el espíritu nacionalista-futbolero prevalecerá sobre los críticos, lo cierto es que a menos de un mes del inicio de la Copa se multiplican las marchas y manifestaciones. 

Para este jueves se anuncian protestas en Río de Janeiro, San Pablo, Brasilia, Fortaleza, Belo Horizonte, Porto Alegre, Salvador, Vitoria y hasta en el exterior, como Santiago de Chile y Berlín (Alemania).

El lema del acto es "15M: día internacional de las luchas contra el Mundial 2014", y el objetivo, criticar "la violencia estatal que se intensifica con el Mundial de la Fifa y reivindicar mejoras en servicios como la salud y la educación.

Hay que recordar que esta movida comenzó hace un año, cuando cientos de miles de brasileños protestaran durante las dos semanas que duró la Copa Confederaciones de la Fifa por el elevado gasto público en esos eventos. Hoy se suma a eso la discrecionalidad del uso de fondos públicos, respaldada por legislación que exime al gobierno de licitar servicios y obras.

Quién hubiera dicho, Brasil.

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