sábado, 17 de diciembre de 2016

HISPANO AMERICANO CUMPLE 91 AÑOS

EL CELESTE DE LA CALLE ALBERDI - Hoy 17 de diciembre pero de 1925, jóvenes integrantes del Club Olimpia resolvieron formar un Club que los representara en la Asociación de Foot Ball en Rio Gallegos, dando nacimiento al Deportivo Hispano Americano. Nombrar el Hispano es nombrar La Chacra, Las piletas de Natación, el Gimnasio ‘Tito’ Wilson, su huella en otras disciplinas Automovilismo, Ciclismo, Tiro, mas todas las del presente junto al Fútbol y el Basquet, que hoy juega Liga Nacional.

Hispano Americano que nace con el fútbol y que en febrero de 1926, jugó su primer partido internacional, haciendo frente al Club Deportivo Español de Punta Arenas, que en 1929 inauguran la Tradicional Tribuna de Madera, en el campo de “foot ball”, que fue inaugurado el 1° de enero de 1927, disputando “Copa Pedro Montes”, primer trofeo con que contaba el club. Hispano finalmente arraigó su sede en la calle Alcorta, para inaugurar en 1965.

Compartimos la nota realizada Por Pablo Beecher para La Opinion Austral sobre Hispano Americano 90° aniversario del gran club deportivo Miercoles 23 Dic 2015

El aniversario de Hispano Americano es la oportunidad apropiada para reseñar una labor social, deportiva y cultural de relevancia. El 17 de diciembre de 1925, un entusiasta grupo de vecinos -muchos de ellos jóvenes jugadores de fútbol- coincidieron en la creación de un club deportivo propio que los agrupara y representara. El habitante local aprendió a canalizar sus actividades contenido al calor de los clubes de pueblo, venciendo los obstáculos que representan el viento y el frío de estas latitudes.






En la cancha del Hispano, con la tribuna, años ´30.

Preciados recuerdos
Hablar de la historia de Hispano Americano nos obliga antes que nada a honrar la memoria de uno de sus mayores propulsores, don Enrique Prado, figura señera que presidió la Comisión Provisoria y tuvo la misión de dar forma a la carta orgánica de la nueva entidad, inscribir adherentes, constituir equipos, entablar relaciones, concertar encuentros y convocar a la primera Asamblea General que constituyó la Comisión Legal del club. Otro propulsor fue don Próspero Suárez Ladouch, entusiasta colaborador y socio fundador, además de Alejandro Gallie, otro importante colaborador de la institución.
El 17 de diciembre de 1925, jóvenes que integraban el Club Olimpia de aquellos tiempos resolvieron formar un Club que los representara en la Asociación de Foot Ball local. Así se formaba el Club Deportivo Hispano Americano.
Este fue un club de humildes comienzos que logró posicionarse gracias al esfuerzo de sus dirigentes, socios fundadores y de quienes se iban sumando a la difícil pero apasionante tarea de conformar una entidad en serio.
Teniendo en cuenta la gran cantidad de ciudadanos de origen hispano, Enrique Prado propone que la institución lleve el nombre de Club Depor-tivo Español. La discusión se extendió bastante, ya que no se ponían de acuerdo teniendo en cuenta que no todos los presentes eran de origen hispánico, sino que había europeos de origen diverso, como también hijos de esos españoles, ingleses, italianos, yugoeslavos, chilenos, etc. Para abarcar aquel sentimiento cosmopolita y la proyección hacia América, se decide denominarlo Asociación Deportiva Hispano Americano.

En esa época, luego de haberse formado Boxing Club, había personas que se identificaban con este club y otras que no. Es como luego de varias charlas y debates en el bar del hotel Argentino y en la sastrería de Pedro Villar, se reunieron los españoles y otras personas de diferentes nacionalidades para formar una nueva institución. Debemos recordar que el deporte predominante en aquellos años era el fútbol y así es como rápidamente se piensa en formar un equipo. En el ínterin se sucedieron varias reuniones, donde los mayores formaban una institución mientras los más jóvenes iban perfilando su equipo.
Estos mayores y jóvenes socios fundadores eran: Enrique Prado, Próspero Suárez Ladouch, Blas Rojas, Pedro Villar, Bienvenido Casal, Salvador Lara, Felipe Fernández, Pascual Pérez, José Antonio González, Pablo Villalba, Daniel Argüelles, Bartolomé Estévez, Raúl Suárez, Agustín Pellarolo, José Díaz, Percy y Arthur Beecher, Guillermo Noguera, Augusto Vettorazzi, Guillermo y Charlie Hawkins, José y Faustino Susacasa, Juan Bautista Rocha, Celestino Menéndez, Angel Carnota, Benjamín Verón. Más adelante se fueron sumando nuevos nombres: Domingo Sanz, Marcelino Meijido, Valentín Sánchez Iglesias, Serafín Zapico, Higinio González, José Prieto, Nicanor Alvarez, Rosario Rosales, Pancracio Buratovic, Adolfo Petersen, Juan Riff, César Cessa, Vicente Martínez, Juan Perucio y Luis Orzali, entre otros. Ellos tuvieron la visión de futuro, uniéndose para alcanzar su objetivo: un club que los representara.
Un largo peregrinaje: Las sedes de Hispano a través de los años
En primer lugar, la sede de Hispano estuvo ubicada en los altos de una edificación perteneciente a Eugenio Fernández -otro colaborador-, en San Martín entre Roca y Zapiola. Más adelante pasó a un edificio en la calle Roca, próximo al Correo, donde la noche del 20 de diciembre de 1926, al año de su fundación, un voraz incendio destruyó el local donde funcionaba su secretaría. En consecuencia, se pierden muebles y documentación de archivo.
Esta vez la sede de Hispano pasa a instalarse en la misma Casa España, ya que había mucho en común entre las dos instituciones, hasta que en 1936 se produce la Guerra Civil Española y se dividen las opiniones de los inmigrantes españoles, enfrentándose los que apoyaban a Franco contra quienes querían la República, una situación muy dura para los comerciantes, ya que algunos fueron boicoteados.
Ante la delicada situación, Hispano debe dejar la Casa España e instalarse en un edificio ubicado en Alcorta casi esquina Chacabuco, donde funcionó la Gobernación a principios de siglo.
En la década del ‘40 pasó al Centro Gallego y más tarde a una propiedad de los Segovia en calle Roca.

El gobernador Gregores dejaba el gobierno por ese entonces e Hispano se instalaba en una sección de la antigua Sociedad Italiana de la calle Alberdi casi España. Otra sección la ocupaba el Centro Chileno, que pronto dejaba el lugar. En ese momento la propiedad de la Sociedad Italiana no estaba correctamente asentada en los documentos oficiales. Había fallecido la mayoría de sus socios fundadores y la institución no tenía una actividad floreciente como supo ofrecer en sus comienzos. En este contexto, Hispano gestionó la propiedad para poder obtener finalmente una sede. Entre los pocos italianos e hijos de italianos se escuchaba: “El Hispano nos robó la sede”.
En 1960 recién obtuvieron ese terreno, después de una seguidilla de trámites durante largo tiempo que culminaron con una sesión en la Cámara de Diputados donde se trató el delicado tema hasta resolverlo.

Igualmente antes de inaugurar la actual sede habían comprado un terreno en Avellaneda y Sarmiento, pero resultaba muy pequeño, sin embargo surge la posibilidad de comprar un terreno donde los Tanarro tenían el depósito de madera y allí se construye el recordado “Elefante Blanco” de la calle Alberdi. Es por eso que se cambian los terrenos con una diferencia a favor de Tanarro y pronto comienzan a prepararse los planos, pero nadie pensó en estudiar mucho los planos con detenimiento. Cuando quisieron ver la obra descubrieron que la planta baja era un “bosque” de columnas, por lo que no sería cómoda su utilización y una vez terminadas las dos plantas restantes, quedó cerrado y en suspenso su destino durante muchos años.
Hispano finalmente arraigó su sede en la calle Alcorta, para inaugurar en 1965 sus nuevas instalaciones. El presidente era Wenceslao Peisci, recordado como el “Piojo”, un gran jugador de fútbol. Estuvieron los socios y la bendición del padre Walter Olivieri. Peisci dijo en su discurso: “El Hispano ha dado un paso más en la escalera ascendente del plan de realizaciones que lleven a la institución al lugar de jerarquía que le corresponde, acorde a la localidad de Río Gallegos, capital de la provincia”. Mientras se concretaba la construcción, la Casa España recibió nuevamente a la institución amiga.

Hispano pronto lograría encontrar su lugar en el concierto territorial e internacional, apreciándose no sólo por la faz deportiva, sino por todos los aspectos que se desprenden del trabajo de las comisiones directivas y de todas las personas que iban colaborando en el engrandecimiento de la institución.

El club comenzó a actuar social y deportivamente en la localidad, el interior del Territorio y Punta Arenas, Chile.


El campo de “foot ball”

El 16 de mayo de 1926 fue colocado el Poste Fundamental del Campo de Deportes, ubicado en las manzanas 203 y 210 de Gallegos, comprendiendo una superficie de 17.500 m2, el que fue inaugurado el 1° de enero de 1927, costando en aquel entonces 13.000 pesos. Fueron los padrinos del nuevo campo: el ganadero Pedro Montes (h) y su esposa, Kathy Kietzman. Montes en aquella oportunidad donó una copa de plata con alegoría futbolística, denominada “Copa Pedro Montes”, el primer trofeo con que contaba el club.

La camaradería de la época es digna de destacar, porque cuando se habla de cortesía Hispano llevaba la delantera. En la inauguración del campo de deportes de Hispano, aquel 1° de enero de 1927, el recibimiento al equipo visitante, el Sportivo Santa Cruz, consistió en: Recibimiento en el camino a Güer Aike con comisarios de caravana, partiendo del Club Progreso, anunciando la partida con un disparo de bomba. Una recepción a los visitantes en el local del Club Progreso; ceremonia de inauguración del campo de deportes e izamiento de la bandera de la institución por la madrina Kathy Kietzman de Montes. El puntapié inicial lo concreta el intendente municipal. Luego del partido, el lunch en el hotel España. Función de teatro en honor a los visitantes. Excursión a Río Chico. Partidos entre Hispano y Sportivo Santa Cruz. Entrega del trofeo por la madrina. Por la tarde, té danzante en el Club Progreso y por la noche, banquete de despedida en el hotel España… ¿Qué tal?

Los primeros premios
Entre los primeros premios que logra Hispano figuran las copas: “Cinzano”, “Castelo”, “Conin”, “Prado”, “Raulito Sandes”, “Campeonato”, “Inosoil”, “Splendid”, “Al mérito”, “Cía. Chilena de Tabacos”, “Palermo”, “Mercantil”, “Guinea Lara y Cía.”, “Yugoslavensky Dom”, “Nicolás Mavroracik” y “Otard Dupuy”, “Guante”, etcétera. En algunos casos fueron premios institucionales, pero en su mayoría copas aportadas a modo de promoción por firmas comerciales de Buenos Aires y que se instauraban por medio de sus viajantes de comercio.

La tradicional tribuna

Para brindar comodidad a los concurrentes de los espectáculos deportivos que se realizaban en el flamante campo de deportes, se resolvió la construcción de una amplia tribuna de madera y chapa. En octubre de 1928 iniciaron la obra que finalizaron en marzo de 1929, satisfactoriamente techada y que disponía en su interior de amplios vestuarios para los jugadores. La superficie cubierta de esta tribuna era de 450 m2 y costó en aquel entonces 10.000 pesos. Esta tribuna era bastante similar a la que tuvo el desaparecido Hipódromo de Río Gallegos tres décadas antes.
En los años ‘90, estropeada y abandonada, víctima de la desidia de los hombres, la tribuna sucumbió ante un fuerte viento “de la playa”, el viento norte que a veces sorprende. Una lástima.

Los primeros jugadores

Los primeros jugadores que integraron sus equipos fueron, entre otros: Ramón Fernández, Augusto Vettorazzi, Horacio Verón, Guillermo Hawkins, Antonio Alonso, Antonio Villegas, Augusto Grillo, Joaquín López, Felipe Fernández, Angel Carnota, Benjamín Verón, Agustín Pellarolo, Percy Beecher, Lunes Boca, Manuel Prieto, Osvaldo Boca, Alberto Esteban, Raúl Suárez, G. Muñoz, Vicente Martínez, Ernesto Mario Navas, Manuel Pomares y Ambrosio Arregui.

Y las muchachas de la época, desde la fundación en 1925, acompañaban a su equipo de fútbol en los partidos. Eran fervientes admiradoras de su equipo y de esta convivencia nacieron varios romances que llegaron a matrimonios. Entre ellas estaban: la señora de Blas Rojas, las Berlesse, las Giglio, las Brea, “Lola” Gallardo y tantas otras.

El primer partido internacional
En el mes de febrero de 1926, Hispano Americano jugó su primer partido internacional de fútbol, haciendo frente al primer equipo del Club Deportivo Español de Punta Arenas. Se jugó en Río Gallegos y fue ganado por los visitantes por 2 tantos a 0. El equipo de Hispano formó aquel día de la siguiente forma: Manuel Pomares, Horacio Verón y Augusto Vettorazzi, Guillermo Hawkins, Antonio Alonso y Antonio Villegas, Augusto Grillo, Joaquín López, Felipe Fernández, Angel Carnota y Benjamín Verón.
La relación con otros clubes
En el transcurso de los años Hispano Americano se vinculó social y deportivamente con numerosas entidades similares del interior del Territorio y de Punta Arenas, Chile, con las que mantuvo cordiales relaciones. Estas entidades son: Club Social y Deportivo Lago Argentino, El Calafate; Clubes Sportivo y Atlético de Puerto Santa Cruz; Club Deportivo Júpiter, Piedra Buena; Racing Club, Puerto San Julián, y el Club Alumni de Río Turbio. Además los clubes Español, Sokol y Magallanes de Punta Arenas; Club Deportivo Natales de Puerto Natales, Chile; clubes Fueguino y San Martín, Tierra del Fuego.

En 1928 Hispano recibe la visita del equipo representante de la Liga de Fútbol de Ultima Esperanza, Puerto Natales, Chile.
El 21 de febrero de1937, el primer equipo de Hispano Americano tuvo la satisfacción de poder enfrentar al equipo de cuarta especial enviado por el Club San Lorenzo de Almagro, Buenos Aires, merced a las gestiones realizadas por el entonces gobernador del Territorio, Juan Manuel Gregores.
En este encuentro se adjudicó el triunfo el equipo visitante por 3 tantos a 0.
En 1945 se realizó en San Julián el Primer Campeonato Territorial con participación de seleccionados de esa localidad, Santa Cruz, Piedra Buena, Deseado y Cañadón León, no participando el seleccionado de Río Gallegos.
A último momento fue invitado especialmente Hispano Americano, que concurrió con su equipo. En el primer partido, Hispano venció al seleccionado de Puerto Deseado por 1 a 0, siendo derrotado por igual resultado por San Julián.
Con su actuación conquistó el título de subcampeón territorial en el primer certamen de esta índole celebrado en el Territorio.

En tiro
El primer equipo de tiro al blanco formado por el Club Hispano Americano lo integraban: Pascual Pérez, José Di Lello, Luis Orsali y Ramón Martínez, que el 28 de febrero de 1927 enfrentó al equipo del Club Deportivo Español de Punta Arenas, disputándose el premio donado por la casa “La Cultura”.
Más adelante también formaron parte del equipo: Francisco Maldonado, Rafael Pérez, Manuel Fernández (h), Juan Carlos Darré, Santiago G. Meira, Rosario Martínez, Guillermo Noguera, Pedro Villa Branca y Federico Gallardo.

Ciclismo
El primer equipo de ciclistas estuvo integrado por Guillermo Hawkins, Antonio Prieto y José Prieto e hizo su primera presentación contra los representantes del Club Deportivo Español de Punta Arenas, el 1 de marzo de 1927.
Este equipo representó a la institución durante varios años, realizando diversas competencias con el club mencionado, como también en nuestra localidad.
Más adelante se sumaban al equipo: Miguel Martínez, Floreal Rey, Mario Galeazzo y Luis Gaydosh.



Basket ball
En la década del ‘40 se comienza con la práctica de básquet en Río Gallegos y se formó un equipo integrado a lo largo de los años por: Rubén Gallardo, Emilio García Pacheco, Angel González, Juan Contarbio, José Elías, Alberto Wilson, Néstor Gallardo, Eduardo López, Rodolfo Maciel, Alberto González, Mauricio Fernández, Juan Grima, Eduardo López, Carlos Araya, Rodolfo Maciel y Wenceslao Peisci. Hubo un equipo de básquet femenino integrado por L. Barragán, A. Vettorazzi, S. Luzuriaga, J. Alonso, L. González, V. Semprini, C. Sánchez, N. Pucheu y T. Fernández.
En las últimas décadas el equipo masculino de básquet de Hispano se posicionaría profesionalmente.

Automovilismo

También el deporte del automovilismo encontró en Hispano Americano un ferviente propulsor y entre sus asociados se encontraron entusiastas cola-boradores y participantes en esta clase de pruebas.
En la carrera realizada en Trelew, Chubut, por la disputa del Gran Premio del Valle del Chubut, en representación de Hispano Americano y patrocinados por la misma entidad, participaron los asociados Eusebio Ilhero y Percy Beecher. Esta carrera se desarrolló el 6 de junio de 1948.
También en las competencias reservadas a coches Ford T estuvo representado Hispano, en las pruebas realizadas en Río Gallegos, Puerto Deseado y Punta Arenas, Chile, participando Héctor Fadul, José Salgado, Carlos Hawkins, Carlos Soto y Pablo Soto.

Los Bomberos Voluntarios

Muchos asocian a los primeros Bomberos Voluntarios como los de Boxing por un lado y los de Hispano por otro. En realidad, Boxing Club contaba con su plantel de bomberos y no así Hispano. Cuando se crean los Bomberos Voluntarios, muchos de los integrantes de Hispano se unen a este grupo y la gente los conoció como “Los Bomberos del Hispano”.
Eugenio Fernández importó desde Alemania una bomba a motor que luego dio base a la constitución del segundo cuerpo de Bomberos Voluntarios, que en un principio actuó exclusivamente con los empleados de la Compañía de Alumbrado Eléctrico, interviniendo desde 1926 en los principales incendios.
Este cuerpo luego se integró por: comandante: Mario Garrone; capitán de la 1° Compañía Bombas y Mangueras, Augusto Vettorazzi; teniente: Percy Beecher; capitán de la 2° Compañía, Hachas y Escaleras, Hermógenes Pisabarro; teniente, Marcos Mazo; sargento y ayudante, Luis Guatti. Forman el cuerpo veinte voluntarios.
En el Diario “La Voz del Pueblo” de 1950 se lee: “El Hispano Americano ha dejado de ser un Club de fútbol para convertirse en una auténtica sociedad civil, donde buscando la salud física e intelectual de la juventud, se alienta toda manifestación cultural, educando el músculo y el espíritu”.

El recuerdo de los mayores
En 1997, Artemio Tresguerres -recordado comerciante del medio- me relataba durante una entrevista: “Yo tenía diez años cuando un domingo noté que la gente iba caminando para afuera del pueblo y me uní a ellos. Se dirigían a una cancha donde estaba el hipódromo de Gallegos, en un bajo cercano al cuartel. Luego allí se hizo una pista de automovilismo en forma de óvalo. Llegamos al lugar y dos equipos comenzaron a jugar fútbol. Uno era el Boxing y otro el Hispano. Del Hispano me llamó la atención un muchacho, Joaquín López, de 22 años. Recuerdo que hizo un gol que aún conservo en mi memoria. El arquero del Boxing era Oscar Ritchie, hombre corpulento. Así fue la jugada: López va al centro y Ritchie sale para tomar la pelota. López, que era más bien bajo, pega un salto tan espectacular que lo sobrepasa en altura al arquero y de cabeza le metió un gol. Ese gol me quedó marcado para toda la vida y me hice hincha de López y, por consiguiente, también hincha del Hispano.
A los 14 años, con otros chicos, formamos la cuarta división del Hispano, aunque el Hispano no lo sabía (risas...). Conseguimos camisetas y jugábamos como hinchas del Hispano contra otros equipos chicos. Inclusive hicimos unos escudos de lata pintados y los llevábamos como emblema.
Comencé a jugar con los chicos Prieto que fundaron el Club Neptuno, hasta que Augusto Vettorazzi, como capitán del Hispano, me fue a ver para saber si quería jugar en la segunda del Hispano. Como era “gamba” del Hispano, acepté. Luego pasé a primera y con los años, integré comisiones y ocupé la presidencia”.

Mi abuelo Watts Percy Beecher me contaba: “Formamos el Club Sarmiento de Foot-ball. Jugábamos: ‘Willy’ Hawkins, Anselmo Fernández, José Susacasa, Agustín Pellarolo y yo. No nos ganaba nadie. Cuando se formó la liga de fútbol, nuestro club era de segunda y debíamos afiliarnos a uno de primera. Era 1923 y el Hispano aún no existía. Teníamos para elegir entre el Independente, el Boxing o el Olimpia. Elegimos el Olimpia y dos años después, cuando se funda el Hispano, todos pasamos para el nuevo club. Tengo el carnet número 47 y desde 1926 jugué en primera división, por doce años.
Recuerdo hermosas anécdotas, como la de los pavos. Una noche salimos con los muchachos del Hispano en busca de unos pavos. Eramos chicos y se nos ocurrió sacar un par de pavos del patio de un bar. Mientras algunos tomaban unas copas para entretener al dueño del boliche, otros sacábamos los pavos por atrás (risas...). Hicimos la comida… Los pavos muy ricos, pero apareció la Policía preguntando por los pavos que le faltaban al bolichero. La madre de ‘Willy’ Hawkins, doña May, también criaba pavos y como su hijo ‘Willy’ era uno de los participantes en la aventura, declaró que los pavos fueron un regalo suyo por el partido que habíamos ganado... cosas de chicos”.

El gimnasio

En las primeras décadas Río Gallegos no tenía espacios para que los chicos practicaran deportes, entonces Hispano compró a Mauricio Fernández un galpón a dos aguas. Eran los ‘60. En el fondo del terreno de la sede en calle Alcorta se levantan las columnas y decidieron -en lugar de montar las paredes con chapas- utilizar bloques y luego techar sobre las cabreadas de hierro. En el caso del piso, se solicita ayuda al gobierno provincial que no contaba con efectivo, pero sí con barriles de petróleo, los que fueron bien vendidos y permitieron obtener el capital necesario para terminar el piso. Luego se colocaron las tribunas de hierro y madera. El primer uso consistió en un Congreso de Educación Física de orden nacional.
El gimnasio luego se alquiló a la comunidad chilena para el festejo del 18 de septiembre. Más adelante se pensó en el piso de parqué, para lo que vinieron técnicos colocadores de Buenos Aires con el material. En el término de seis días el piso estaba colocado y listo para estrenar. Este gimnasio -bautizado “Tito” Wilson en homenaje a uno de los socios colaboradores más recordados- fue un gran logro para la época y permanece vigente.
Han sido famosas las kermeses, romerías, carnavales y los bailes de Hispano Americano, reuniones donde participaba toda la familia del club... En una romería se publicitó que habría una corrida de toros organizada por Hispano Americano y llegó gente de otras localidades, cuestión es que ¡el toro era un disfraz!
En los ‘60 se recuerda la creatividad y colaboración de Eduardo Minnicelli para las ambientaciones de las fiestas. En varias oportunidades Hispano contrató famosos cantantes para brindar espectáculos de categoría a la comunidad y así recaudar fondos. En el ‘Tito’ Wilson se armaban palcos y una decoración importante, sin escatimar en gastos.
(Muchos años después la comuna construiría los gimnasios municipales, entre ellos dos con nombres de hispanistas destacados como “Lucho” Fernández y Benjamín Verón).

El natatorio cubierto, “la pileta”

En 1965 Hispano se fue entusiasmando con la idea de construir un natatorio cubierto, pero las opiniones estaban divididas. Algunos querían construir una nueva sede y otros deseaban concretar el sueño de la pileta. En una reunión muy concu-rrida se trató el tema, donde imperó la idea de que un club no era club para tener “bar y timba”. Nuevos proyectos inundaron el alma de los hispanistas que alentaron el de la pileta.
Mientras se construía la pileta, otros se comprometieron a construir la sede, desarmando el antiguo edificio.
El proyecto de la pileta llegó a manos del presidente Onganía y, luego de idas y venidas, se logró el apoyo del Ministerio de Bienestar Social de la Nación. Además estuvo el aval de la Curia, el Colegio Médico, la Cámara de Comercio y demás fuerzas vivas de Río Gallegos.
Hicieron trámites en Buenos Aires para cobrar los subsidios correspondientes que costeaban la obra.
Fernando Casal gestionó las entrevistas en Buenos Aires para agilizar los aportes de la Nación que concretaron la pileta. Es digno de recordar al doctor Jorge López junto a su suegro, el brigadier Gau, quienes colaboraron para facilitar las gestiones en Buenos Aires.
Esta pileta -que lleva el nombre de Wenceslao Peisci-, sumada a la nueva construida pocos años atrás, constituye un espacio de aprendizaje y esparcimiento de la natación en un clima que raras veces lo permite de otra manera.



La chacra de Hispano
En 1973 Hispano logra obtener los títulos del predio conocido como “la chacra de Río Chico” en la zona de Comunicaciones de la Gobernación. Más tarde se establecía el Club de Rugby que formaba parte de Hispano.

El club ha ido incorporando la enseñanza, la práctica y la competencia de deportes respondiendo a las inquietudes de la comunidad, siempre creciendo, siempre innovando con un plantel de profesores de Educación Física e instructores permanente. En la actualidad las colonias de vacaciones del club constituyen un importante servicio a la comunidad y son de lo más concurridas. Es el trabajo de las sucesivas comisiones directivas.

Es imposible transcribir todos los nombres de quienes participaron en la trayectoria de la institución. Este es un homenaje a los pioneros de Hispano, los protagonistas durante las primeras décadas. No cabe duda que la historia poco a poco irá sumando a los que actuaron en estos últimos años, otros tantos nombres valiosos que también llegaron para alimentar el mismo espíritu y mantener viva la llama del deporte y la amistad. Hispano seguramente sorteó obstáculos dentro de una población en constante crecimiento, sin embargo creció en estructura, propuestas y cantidad de socios.

El club deportivo -tan necesario en las comunidades para integrar a los chicos y a sus familias- vive. ¡Felices 91 años Hispano!; ¡Feliz Navidad! y ¡Próspero Año Nuevo!

(Esta reseña fue posible gracias al aporte del hispanista Fernando Casal, quien poco antes de partir me concedió una extensa y bella entrevista sobre el Hispano).

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