martes, 14 de julio de 2015

EL RUGBY FEMENINO EN TORONTO - JUEGOS PANAMERICANOS

Espíritu olímpico y romper con los prejuicios, la gran lección del rugby femenino en los Panamericanos - El deporte crece entre las mujeres en la Argentina; la lucha contra el machismo y las opiniones de Agustín Pichot, de su jugadora más experimentada y del entrenador

Por Germán Leza | canchallena.com


El equipo femenino de rugby, en Toronto.  Foto: LA NACION  / Maxie Amena

TORONTO (De un enviado especial).- Quizás la generación de Agustín Pichot ayudó, sin saberlo, a que las mujeres se sumaran a la ola entusiasta de nuevos jugadores, luego del tercer puesto de Francia 2007. Pichot es hoy el presidente de la Asociación Panamericana de Rugby. Fue quien entregó las medallas en la ceremonia de premiación de los Juegos de Toronto . El Seven masculino argentino fue medalla de plata. Y el Seven femenino disputó el partido por el bronce. Perdió por amplio margen ante Brasil, un país donde la ovalada se pasa más entre las mujeres. En la Argentina, se formó la primera selección femenina hace unos diez años, y creció mucho en la última década. La mayoría de las jugadoras de la selección no es de Buenos Aires ni del conurbano. Todavía no pisa fuerte entre los clubes de la URBA.

-¿Ves en el futuro un clásico CASI-SIC de mujeres?

-¿CASI-SIC de 15? 

Y es un tema estratégico -responde Pichot a canchallena.com- Tal vez de Seven en el futuro sí. Depende de la realidad de los clubes. Te lo hago al revés. Si todo el rugby fuera de mujeres y yo quisiera jugar en el CASI tendría que ir a un club y decir: "Mirá, me gustaría que haya rugby". Ahora, de ahí a armarse un equipo femenino. No creo que el CASI se oponga. Yo votaría que sí.

-Quizás no estén dadas las condiciones para que las mujeres se animen a hacerlo.

-Pero ahora las mujeres tiene un liderazgo mucho más importante que el hombre. Te dicen "quiero hacer gimnasia artística", como me dijo una de mis hijas por ejemplo. Por eso, yo digo que el machismo viene más de la mujer que del hombre. Si la mujer está decidida y quiere jugar al rugby, juega.


El equipo femenino de rugby, en Toronto.  Foto: LA NACION  / Maxie Amena

Lettizia Alcaraz es una jugadora histórica de la selección. A los 39 años, luce impecable físicamente y sus compañeras de equipos la tildan de "la jugadora más vieja del mundo". Se ríe Lettizia, quien piensa jugar un par de años más. Correntina y profesora de educación física, se despierta a las 6.30 y se acuesta casi a la medianoche. Al trabajo, le suma los entrenamientos con la selección y su equipo, San Patricio, de la Liga Noreste. La primera vez que la invitaron a jugar al rugby dijo que no. Jugaba al fútbol de enganche y temía que el deporte le causara una lesión. Tenía 29 años. Finalmente, cedió ante el pedido de un amigo profesor de educación física y un año después ya jugaba en la selección: "Rápidamente fue como que era para mí. Es un deporte que siento que hice toda la vida".

Era difícil porque te decían que se iban a lastimar, que no servían para esto, que no tenían fuerza. Todo prejuicio

-¿Y cómo veía el resto que jugaran al rugby?

-Era difícil porque te decían que se iban a lastimar, que no servían para esto, que no tenían fuerza. Todo prejuicio. Pero hoy en los clubes, los más chicos, que después van a ser dirigentes y jugadores, aceptan normalmente al rugby. Y por ahí son los más grandes los que tienen por ahí el prejuicio. Las generaciones de ahora se acostumbran y les es natural que una chica juegue al rugby.

-¿Recordás algún acto discriminación que hayas sufrido por jugar al rugby?

-Y por ahí en clubes no conseguíamos entrenadores o preparador físico. 

Y eso fue difícil pero la cosa era seguir para adelante y no dejar. Ahora estoy en el club San Patricio. El único club que abrió la puerta de Corrientes capital.


Alcaraz cree que el rugby femenino puede ser un elemento más para combatir el machismo: "Cambió bastante, porque en su club están bien vistas y las valoran sobre todo. El caso de Cardenales, el caso del Centro Naval, son equipos referentes de nuestro país. Todavía los clubes más top, por decirlo así, no quieren saber nada".

La imagen es fuerte. Después de la derrota ante Brasil por la medalla de bronce, Miguel Sero, entrenador del seleccionado, convoca a las jugadoras y hacen una ronda todas abrazadas. Con lágrimas, las felicita. Una voluntaria mira conmovida la escena desde un costado, respetuosa del ritual. Todas lloran y se abrazan cada vez más fuerte. Saben que este Juego Panamericano de Toronto puede significar mucho para las mujeres que juegan al rugby y lo ven por televisión. Y agrega Sero, todavía con los ojos rojos: "Y que cualquiera de esas chicas que está pasándose la pelota en un club, debajo de un foquito, también pueda tener esta experiencia. Porque estas chicas empezaron así. No para jugar al rugby en la selección. Lo importante es que tomemos el deporte como una forma desarrollarnos, no como un fin".

¿Cómo compiten las mujeres en la Argentina?

La UAR tiene un programa de competición, donde hay ocho regiones, y cada región está conformada por dos o tres uniones, Cada región juega su torneo regional, aparte de del certamen provincial que tienen algunas uniones con muchos equipos. Después se hace un torneo nacional donde se clasifican el primero y el segundo de esas ocho regiones, juntando los 16 mejores equipos del país. El año pasado se hizo en La Plata Rugby. "Todavía no tenemos una competencia organizada a través de selecciones de uniones. Para este año ojalá exista esa posibilidad porque daría un avance muy importante en el rugby femenino", expresó Sero.

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