Se fueron cantando bajo la lluvia Jugadores, cuerpo técnico y público en general del albiverde, que por la novena fecha del Federal “B”, de local, venció con tanto del uruguayo Gonzalo Nieres uno a cero al globo comodorense. Ambos equipos terminaron con diez en cancha, por sendas expulsiones de Jonathan Morán en Boxing, y del central Llesona Alcaín en la visita.
La desapacible tarde pueblerina que mixturaba esa pertinaz llovizna con elevado porcentaje humedad, incitaba más a la tertulia familiar pos almuerzo dominguero, o en su defecto siesta arropada, con televisión, y ese combo infaltable de mate con tortas fritas, en vez de al aire libre presenciar cualquier manifestación deportiva, como este maravilloso deporte inventado por los ingleses, a quien el tiempo una vez más con la ingratitud que lo caracteriza por estos lares de la Argentina, vilmente le dio la espalda.
Sin embargo, el sentimiento profundo e incondicional de los infaltables de siempre, quienes desafiando estoicamente la adversidad climatológica poblaron las tribunas de maderas contiguas a las seis cabinas de transmisión de radio, para alentar sin parar y terminar empapados por el agua y la felicidad del resultado final, que al albiverde lo coloca con 16 unidades como único escolta de Germinal puntero, con 22.
Ornamentación comodorense-
Como me informaba el colega Elio Mayorga, la fervorosa y a veces beligerante parcialidad del globo de Comodoro, seguidoras como pocas.
Alrededor de las once de las mañana, de manera pacífica, acamparon al pie del complejo habitacional que linda con el estadio de Boxing.
Y en cuestión de minutos, parrilla mediante, en un gesto de absoluta camaradería, compartieron con sus pares de Boxing, el almuerzo criollo y la previa.
Acto seguido, con la antelación seguida, comenzaron a extender y fijar sobre el alambrado que da a espaldas de la calle Rivadavia, banderas y gallardetes que rezaban entre otras frases. Escudo del globo mediante, “Las Malvinas son argentinas. Una bien larga, que rezaba “La banda de fierro”.
Junto a otras que decían…
“Yo no te abandono”. “Dale globo”, “San Cayetano”, “Un público respetable”.
De rompe y raja-
En el análisis previo del encuentro se barajaba e intuía que el desarrollo de las acciones alcanzarían semejante cariz.
Por la envergadura de los contendores, como así también los antecedentes de un viejo zorro de pelaje duro, como el globo de Comodoro.
Equipo avezado y de largo rodaje si los hay en esta clase de competencias
que igual que el puntero de la zona, Germinal, estuvo más pendiente de lo que hacía el adversario, de lo que por iniciativa propia le competía.
Y que salvo el tramo de la etapa inicial entre los 20 a 30, en que apuró al local con algunas aproximaciones ofensivas, que líneas abajo enunciaremos, casi no inquietó al seguro Federico Romero, guardavallas del albiverde, que siempre respondió cada vez que fue requerido.
Pero vayamos por parte-
En la primera acción del encuentro quienes convivieron futbolísticamente en Boca, Jorge Olguín, y Robinson Torres, protagonizaron la primera secuencia de rispidez.
Acto seguido, por protestar, uno de los referentes de la visita, el ex delantero de la CAI, Muro Villegas, se hace acreedor a la primera amarilla. Quien minutos antes, con un desborde, da la primera señal de vida ofensiva. Como respuesta en ese ítem, una entrada del delantero Carlos Julián García y la respuesta, una media distancia a cargo del ex River, Estudiantes, Olimpo, Diego Galván sobre el travesaño
El trámite enredado y áspero del encuentro se llevaría a cuestas la amonestación de Jorge Olguín, por encimar al nueve visitante Mauro Villegas.
Cable aclarar que ante la ausencia de Federico Villar, Cristian Figueras, que sacó todo lo que pasó por su lado, fue el otro marcador central en el albiverde.
Sin cambios en los laterales defensivos.
Mauro Fuentealba y un Jonathan Cerrato que siempre fue salida por su andarivel, para que la continuidad del juego pase por los pies de Morán González y de ahí alimentar el apetito ofensivo del uruguayo Nieres, que siempre cumplió y ayer fue uno de los destacados.
Sin omitir el equilibrio de Milton Blanco y el despliegue cerca de él por derecha de Germán Villarino.
Dentro de un formato que liberaba unos metros más adelante, al habilidoso de Luis Vidal, Boxing, avisaba con una media distancia de Germán Villarino cerca del poste derecho de José Alcaín, golero de Huracán.
La categoría de un jugador como Diego Galván, quedaba expuesta en cada anticipo o dribling en velocidad quien antes de la apertura del marcador, sorprendió con un centro pasado que ningún compañero suyo logró conectar.
Uruguayo viejo nomás-
Exclamación, a título festivo que espetó todo el banco del albiverde.
Como su ruidosa parcialidad, cuando orillando el cuarto de hora inicial del encuentro a la perfección, los dirigidos por Carlos Padín ejecutan un veloz contraataque que contó con la complicidad del segundo marcador central de Huracán, Marcos Royo, que se equivoca feo, para la linda y hermoso definición de Gonzalo Nieres, que hace pasar de largo al arquero e inaugura a favor del local el marcador. Uno a cero.
Que pudo irse al descanso al término de la primera etapa con una ventaja mayor de no haber fallado en la puntada final.
En una, Gonzalo Nieres, por ser solidario y observar mejor ubicado a su compañero de fórmula ofensiva Julián García, quien finalmente erró, estuvo la primera ocasión clara.
Y que sobre cartón lo logra de cabeza, conectar al fondo de la red un centro del Jonathan Moran González, un desborde de Jonathan Cerrato, que el uruguayo no logra conectar.
Aquello de líneas abajo-Lo que aludíamos a poco de comenzar con la información y narración de lo acaecido entre el albiverde y el globo de Comodoro en la cual adelantáramos dentro del esquema timorato de la visita.
Sobresalen luego de estar en desventaja una serie de situaciones ofensivas que ameritan ser enunciadas. Sin antes describir cómo se paró en la cancha, con un dispositivo defensivo estándar.
Una línea de cuatro con Denis Castillo y Leandro Velázquez sobre las bandas; Alcaín Llesona y Marcos Royo como centrales.
Poblado el medio juego con un “raspador” que se cansó de rozar y que el flojísimo desempeño el árbitro Delgado le permitió seguir en cancha sin siquiera amonestarlo.
Nos referimos a Oscar Villarroel.
Como doble cinco, Diego Galván -dueño de todas las pelotas paradas-
Más adelante, el gestor de juego Cristian Bustos. Por derecha el ex Boca, Robinson Torres, que en algunos casos terminó como el acompañante en la avanzada de Mauro Villegas quien, durante gran parte de la etapa inicial fue la única punta en el globo de Comodoro.
Completando el mosaico en mitad de cancha en la visita, el diminuto Marcelo De Col, de escasa gravitación, y precisamente fue el mismísimo número nueve, que a los 23 inquieta la valla del local con un envío de media distancia.
Dos minutos después, en inmediaciones de la media luna, captura un rechazo de cabeza de Cristian Figueras que se va rozando el palo derecho del arquero albiverde.
A los 27, un centro pasado del central Llesona casi sorprende al golero boxinguista.
A los 30, media vuelta de Diego Galván, sin consecuencias.
Minuto 36, centro del volante de contención Oscar Villarroel y testazo del nueve, Mauro Villegas.
A todo vapor—
Comenzó el segundo tiempo encuadrado entre la urgencia de la visita de empatar lo más pronto posible y la efectividad del local de asestar el golpe de gracia para definir la cuestión de una vez por todas.
A lo que hay que agregar, a la intensidad con que se jugó, las numerosas interrupciones que sufrió el segundo tiempo en razón de una batería que va de los cambios —ambos movieron el tablero- las dos expulsiones, una a nuestro entender injustificada la del volante de Boxing, Jonathan Moran, que consultado por nosotros nos respondió por un supuesto codazo al central Llesona Alcaín en la desafortunada jugada en la cual ambos chocan con sus cabezas de manera providencial.
Grosero error de Delgado, de mostrarle la roja al jugador local en razón que no hubo mala intención de ninguno de los dos.
En lo meramente futbolístico, con una actitud más decisiva, a los dos minutos, peligro comodorense a través de un centro de Robinson Torres, que el volante Marcelo De Col no logra capitalizar.
Como respuesta ofensiva de Boxing, el uruguayo Nieres le saca astillas a los palos del arco visitante.
Casi dos a cero.
La marca y fricción prevalecieron sobre el volumen del juego, y el encuentro perdió la dinámica de los minutos iníciales.
Evidencia de lo que atestiguo, la desafortunada jugada entre Moran y Llesona.
A lo que hay que agregar, promediando la etapa final, esa escaramuza que involucra a los volante Germán Villarino y Oscar Villarroel, donde se empujaron pero no pasó más que eso.
Al quedar con diez el local se vio obligado a modificar el formato de su medio juego, por lo cual Luis Vidal retrocedió unos metros para colaborar en la tenencia el balón.
Función que hereda Germán Burgos que reemplaza al diez.
Movimientos de piezas, que tuvo un parcial correlato en sus hombres de avanzada en razón de que a los 26 Juan Caamaño reemplazó a Julián García.
Empero, conservando la ambición ofensiva, con el ingreso del veloz de Lucas Soro por el goleador Gonzalo Nieres Moreyra.
Los dos con diez-
Tan pobre labor del juez del partido, que tal vez inconscientemente aplicó la famosa compensación.
Aunque estuvo bien expulsado el defensor Llesona Alcaín al faulearlo al delantero Nieres.
Infracción en grado de reincidencia dos ya que antes lo había “abrazado”, como en el rugby.
Al margen de las rispideces y de lo poco que se pudo rescatar en juego propiamente dicho, la visita se fue con todo en busca de la igualdad.
Aproximándose con un remarte cruzado del diez Cristian Bustos y una tapada con todo el cuerpo de Federico Romero, una embestida de Mariano de Col dejando espacios por los cuales Boxing canalizaría dos claras situaciones sobre el epílogo del partido.
En velocidad Lucas Soto, desaira a un marcador y cuando se apresta a disparar lícitamente es despojado del balón.
Y en el último minuto al adicionado, una infracción cometida al joven Gabriel Burgos deriva en un lanzamiento que magníficamente ejecuta Jorge Olguín, que el uno del globo manotea al córner.
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