Boca se despidió de la Copa con la frente en alto - El único representante santacruceño que quedaba en pie en la Copa Argentina, se despidió de la competencia en la cuarta etapa de ésta, luego de caer ante Guillermo Brown de Puerto Madryn por 1 a 0 sobre el final del partido. A pesar de la derrota, el equipo comandado por Sergio Busciglio puede sentirse orgulloso por haber estado tan cerca de, aunque sea, alcanzar la definición por penales ante un equipo que milita en una categoría superior.
Boca Río Gallegos cayó derrotado 1 a 0 y se despidió de la Copa Argentina. (Foto gentileza Diario Jornada)
El “Xeneize” riogalleguense, dijo adiós al sueño de llegar a una instancia que hubiese significado histórica para el fútbol de la capital provincial. Si bien lo logrado es muy meritorio, primero por la instancia a la que llegaron, y luego por la imagen que el equipo dejó en dicho certamen.
En un partido que brindó emociones al por mayor, y en el cual se mostraron dos equipos parejos, merecedores de elogios y también del resultado, el que logró reír finalmente fue Brown, que a lo largo del partido fue intimidado por Boca -en algunos momentos- y en otros logró imponerse ante el rival.
Ni bien comenzó el cotejo, Mario Ávila tuvo una oportunidad cuando luchó ante los dos centrales, ganándoles la lucha, pero cuando se disponía a rematar un defensor llegó para ahogarle el grito. Como réplica, a los 9 minutos Juan Manuel Tevez cabeceó al arco boquense y su remate se perdió cerca; luego a los 13 minutos, Pablo Vergara hilvanó una buena jugada, la cual terminó en un remate muy alto. Así comenzaban a demostrarse las intenciones, tanto del “Portuario”, como de Boca. Federico Chiocarello tuvo una clara oportunidad a los 18 minutos, cuando de cabeza remató al arco defendido por Sebastian Pereyra, quien hizo vista y vio cómo la pelota transitaba todo el frente de su arco, para perderse luego por la línea de fondo; más tarde, Maximiliano Acuña Tejera, con la misma formula, inquietó al guardameta Pereyra, pero el partido continuaba 0 a 0. En el final de la etapa inicial, cerca de los 40, Paolo Ferreyra combinó de buena manera con Chiocarello y luego de un centro que cayó en su pecho, se acomodó y disparó al arco local: tiro contenido una vez más por Pereyra. De esta manera, la etapa fue concluyendo con un partido entretenido, pero que prometía más.
Complemento
El segundo tiempo comenzó a desnudar las verdaderas intenciones de los entrenadores, que comenzaron a proponer un juego más directo en ataque buscando hacer la diferencia; por ello Luis Murúa, entrenador de “La Banda”, mandó a la cancha desde el comienzo de la etapa a Ricardo Chavarri en lugar de Jonatan Gallardo, sacando así un defensor y poniendo a un volante con mucha llegada. Busciglio, en contrapartida, hizo ingresar a Juan Manuel Cortés en lugar de Alejandro Monsalve a los 10 minutos. Como producto del nerviosismo y la búsqueda del gol, Murúa liquidó los cambios muy temprano, ya que a los 15 minutos Martín Dedyn y Tevez cedieron sus lugares a Gonzalo Parisi y Guillermo Pereyra, con la intención de darle aire fresco al ataque del equipo local. En la búsqueda desenfrenada de la pelota y la faceta ofensiva, la desesperación comenzó a primar y así Walter Aciar fue el primero en ver la tarjeta roja por doble amonestación, pero no sería el único, ya que a los 30 de esta etapa, Federico Arach y Gonzalo Parisi serían expulsados por una gresca originada en el área boquense, lo cual llevó al árbitro Leopoldo Gorosito a echarlos del campo. Mención especial merece la tarea realizada por Cristian Moyano, que contuvo todo lo que le tiraron, inclusive una triple tapada desde el piso. De esta manera, Boca quedaba con 10 y Brown con 9, lo que abría un gran hueco en la mitad de cancha para que los contraataques surgieran permanentemente para los dos lados, y el partido comenzó a ganar en emoción para el espectador y en cansancio para el jugador. Boca era más amor propio que juego y Brown, a pesar de tener uno menos, continuaba yendo a buscar el gol y lo consiguió a sólo 2 minutos de finalizar el partido y desde un córner, que nació del pie zurdo de Vergara y cayó limpia a la frente de Chavarri, quien direccionó perfectamente para que la redonda vaya a abrazarse por siempre con la red, y permitiera así el abrazo de todos y cada uno de los hinchas del club “Portuario”. El equipo riogalleguense se despertó con el cachetazo, pero ya era tarde y a pesar que se armó tripas corazón y fue a buscar el milagroso empate, el cual tuvo a merced en 2 ocasiones y no logró empardar las acciones, y así forzar al suplicio de los penales. Algunos corazones lo habrán agradecido, otros lo habrán sufrido, como así también otros lo habrán disfrutado, pero a pesar de haber quedado en el camino y no concretar el anhelo de continuar en la competencia, el equipo puede saberse digno, ya que aún en la derrota y con poco tiempo por jugar, a pesar del aliciente del trajín que significó esta seguidilla de partidos, tanto jugadores como el cuerpo técnico sacaron el amor propio de alguien digno de ganar y de perder, y no antepusieron excusas que hasta podrían haber sido valederas. Busciglio y sus muchachos emprenden así el camino de regreso a casa con la tristeza de la derrota y la frente en alto por el sacrificio mostrado, el empeño dejado en cancha y el amor propio que los hacía correr detrás de cada pelota, aunque las piernas no respondieran.
PRENSA LIBRE
No hay comentarios:
Publicar un comentario