Ser o no Ser? Club profesional o Equipo amateur? - NOTA PUBLICADA EL 2 DE JULIO DE 2012. Los niveles de profesionalismo han crecido tanto en el fútbol, que las actividades de un club de fútbol se han ampliado presionándose si mismos a adquirir un nivel de gestión mucho más profesional.
Todo cambia y el ser humano se adapta. Esa parece ser la respuesta de la mayoría de las personas hablando del mundo de hoy. Y claro que el fútbol no está ajeno a eso. Y eso obliga a los Clubes de fútbol a modificarse.
Se juega como se vive, reza el dicho popular, entonces, tal vez el tema a profundizar sería si quienes forman parte de este deporte, principalmente los dirigentes, han acompañado esos cambios o simplemente siguen actuando en función de intereses propios haciendo la “vista gorda” ,o no logran aceptar que apenas están en la planta baja del edificio de la alta competencia que implica el fútbol de hoy porque su ego no les permite aceptar carencias propias, o porque no se han actualizado a los cánones actuales provocando muchas veces irresponsabilidad dirigencial, o porque es más fácil tener ayudas externas (públicas o privadas) que generar ideas propias de gestión para lograr una estabilidad en sus clubes.
Está muy claro para nosotros que los clubes necesitan hoy por hoy de una estructura mucho más formal, de una clara y concreta definición de roles, funciones y que deben acentuar el funcionamiento de la organización.
Y si tenemos que hablar de cambios, las condiciones ya no son las mismas de la década del 70, y día a día los cambios son mucho más dinámicos que otras épocas, tanto o más como los cambios tácticos y estratégicos que vemos dentro de un campo de juego. Hoy, se mueve mucho más dinero, la cantidad de aficionados fruto de la globalización, ha aumentado y ya no es tan segmentada como antes, la marca “club” adquirió una importancia mayúscula, y ese espacio que se ocupa en los medios de comunicación, para clubes y jugadores, reflejan nuevas condiciones y reglas de “juego”.
Hoy por hoy es difícil, por la alta competencia y los factores que mencionamos, que el futbolista tenga otra actividad paralela de forma alguna. Si esa realidad existe, estamos rozando imperceptiblemente la imagen de un fútbol amateur. Fútbol amateur disfrazado de fútbol profesional. Así de claro. Aunque nos cueste asumirlo a veces, con equipos disfrazados de clubes.
Tenemos que tener claro que estar compitiendo en primera división profesional, no es una etiqueta válida que nos asegure que una estructura de club sea profesional y no amateur. Pero duele admitirlo. Como si esa “debilidad interna”, nos haga sentirnos inferiores. Muchos le “tiran” ese peso a “la realidad que vivimos”, “la culpa es federativa”, “la política”, entre otros factores que la mayoría de las veces carece del “mea culpa”.
Pero también hay que ser honestos en el planteo, un club no puede manejarse bajo las dimensiones de la realidad que vivimos en el fútbol actual con un plan de trabajo basado en el amateurismo, y en la buena voluntad o el cariño que le puedan mostrar quienes están a cargo del mismo, porque inexorablemente estará condenado al fracaso.
Más tarde o más temprano será así. Se transforma en una “crónica de una muerte anunciada” .Cuando algunas veces nos han consultado, lamentablemente hemos acertado en esta premisa.
En muchos casos en América Latina, se busca tapar esta realidad, donde es mucho más fácil buscar solvencias económicas bajo el manto del apoyo de la política, que analizar si se está en condiciones de ser un club profesional, otro de los factores que hoy es aliado, pero que después, si se retira ese apoyo, terminará siendo el mayor culpable de la desaparición de un club. La situación es delicada. Nuestra pasión a veces enceguece realidades. El problema no pasa para nosotros por el apoyo externo, sino por el tipo de apoyo que se establece. Que quede claro, la política ha sido factor indivisible siempre en el fútbol. Lo que ha cambiado es la influencia interna del mismo.
Cualquiera puede estar ayudando, colaborando con pasión y voluntad un equipo amateur, sin duda algunas, esos luchadores sociales abundan por doquier, pero para ser parte de un club con estructura profesional, se necesita mucho más que eso. Un Club requiere de formalización de metodologías, reglas y funciones de acuerdo a estos tiempos, con profesionales capacitados en cada área, coordinados entre sí, y un proceso claro para la toma de decisiones. En conclusión, un Club para lograr objetivos serios, necesita eficacia y eficiencia en su gestión.
El Círculo vicioso.
La creciente relevancia social y el lugar que ocupa hoy el fútbol en la sociedad actual, tiene que ver con el potencial de entretenimiento que ofrece a la población, donde existen una variedad de nuevos actores que han puesto su “ojo” en este deporte: organismos de gobierno local y nacional, federaciones, ligas, asociaciones, medios de comunicación, empresas anunciantes, aficionados, entre otros. Cada uno de ellos tiene una relación particular con el Club, y si es favorable, la relación entre el Club y los actores que lo rodean, puede convertirse en un círculo vicioso de creación de valores.
Hoy por hoy, el fútbol, como espectáculo deportivo, es un producto que “se ofrece” “que se vende”, y esto permite la abertura de otros productos colaterales que producen la posibilidad de aumentar las fuentes de ingresos y de establecer un nuevo tipo de relación con todos los nuevos actores.
Esta situación de poder ofrecer un nuevo paquete de productos, además del espectáculo deportivo en sí, debería significar la liberación de los clubes en alguna medida, de la presión única de los resultados, y de la participación directa de los gobiernos locales, y al mismo tiempo, los diferentes actores pueden obtener expectativas diferentes respecto al evento en sí. Hoy ya todos sabemos que los jugadores, no buscan únicamente el resultado deportivo. A ellos se les ha abierto la posibilidad de explotar comercialmente su valor mediático (venta de derechos de imagen, contrato de patrocinio, venta de franelas, etc.).
Los aficionados y fanáticos, tampoco buscan solamente el resultado deportivo, que por supuesto lo desean, es parte de su esencia, sino también integrarse a un grupo que sea una fuente de IDENTIDAD. No se trata únicamente de asistir a un partido de su Club de “sus amores” sino de sentir sus colores, de llevar puesta la franela de su Club, desayunar con la taza de su club, y todo ello hacerlo con el mayor orgullo.
Si de medios de comunicación hablamos, el fútbol siempre genera noticias e información que es precisamente lo que necesitan los medios de comunicación para mantener a su audiencia satisfecha y generar ingresos propios.
Otros actores importantes como es “la ciudad”, ese entorno que protege la identidad del club, busca que el éxito del equipo atraiga un mayor número de visitantes, a partir de la identificación entre el club y la ciudad a la que representa, y que consiga mejorar su imagen e incluso en algunos casos como ya ha pasado, buscan hasta ser candidatos en la organización de torneos internacionales.
Patrocinadores y anunciantes, buscan el resultado deportivo como medio que contribuya a aumentar la masa de aficionados, que es su público objetivo y sus posibles clientes.
Si de dirigentes hablamos, lo ideal sería que, además del objetivo de resultados deportivos positivos, buscaran gestionar adecuadamente los recursos económicos, de manera que les permita conseguir un patrimonio que asegure la supervivencia del club.
Y que significa tener un Club de fútbol profesional?
Un club de futbol profesional, tiene como objetivo, formar un equipo de primer nivel que lo represente bien, en competencias nacionales e internacionales.
Este hecho tiene importantes consecuencias a la hora de definir las principales áreas de trabajo que debe de desarrollar una entidad deportiva, pero para ello debe de tener en cuenta primeramente:
Conseguir y administrar los fondos necesarios para el fichaje de un buen cuerpo técnico y de buenos jugadores para la formación de un equipo competitivo a corto y mediano plazo.
Cuidar sus divisiones menores para obtener potenciales jugadores para el primer equipo. Capital imprescindible para solventar su supervivencia
Es lógico entonces pensar que deben de existir dos áreas fundamentales: el área deportiva, es decir en términos empresariales, o sea el área de producción, y un área encargada de la venta de productos y adquisición de recursos.
Si tenemos en cuenta los efectos de la comercialización sobre el deporte, la adquisición de recursos, se asocia al desarrollo de actividad comercial por parte de estas entidades, de manera que un área deportiva y un área comercial –ligada al producto espectáculo deportivo- o experiencia total- serán las áreas principales.
Vamos por partes.
El área deportiva, sin lugar a dudas, sigue siendo la esencia del club de futbol profesional, en tanto que la finalidad continúa ligada a la promoción y desarrollo del deporte con el objetivo principal de formar un equipo que represente bien al club en competencias nacionales e internacionales.
Si de características hablamos, todo el trabajo que con él se desarrolle, determinaran el tipo y calidad del producto que se ofrecerá. Por tanto, el área deportiva no sólo es la base, de las actividades de un Club, sino también lo “lo que determina su supervivencia y su potencial de crecimiento”
Es fundamental que el Club, se fije objetivos a corto, mediano y largo plazo, con proyectos claros, objetivos medidos en su tiempo, que debe de ir más allá de los fines de semana. No debemos olvidar en estos objetivos la consolidación de la identidad entre su equipo y sus seguidores.
Y el área comercial?
Comercializar esta actividad deportiva ha generado la aparición y creciente relevancia de un área comercial específica dentro de la estructura de un club, capaz de generar nuevos recursos que permitan la financiación de la actividad deportiva.
El producto que ofrecen los clubes profesionales de elite, por ejemplo, y que se relaciona primero con el objetivo de formar un equipo competitivo, es el espectáculo deportivo, y todo lo que ello conlleva, lo que comúnmente llamamos “experiencia total”.
A medida que el club amplia su actividad comercial, aparecen nuevos productos, (siempre asociados al principal), como son el merchandising, el uso de las instalaciones deportivas para fines no deportivos, visitas guiadas al campo, la venta de los derechos de imagen, los derechos de tv, etc.
En este sentido, el cliente puede ser un cliente directo, es decir, socios, aficionados, y consumidores directos del resto de productos, o clientes institucionales, las empresas patrocinadoras, anunciantes y medios de comunicación.
Socios/Aficionados/Fanáticos, son el cliente directo, quienes compran los diferentes productos que el club ofrece, empezando por supuesto, por el ingreso para un partido, los abonos anticipados, etc. La estructura actual del fútbol, no admite un Club sin socios, salvo que hablemos de un equipo de fútbol que conceptualmente son cosas “diferentes”.
Ya hemos mencionado que este sector, es el motor del círculo virtuoso de creación de valor, de manera que el club debe de dar una gran relevancia a la relación Club/aficionado/fanaticada. En este sentido, dentro de las áreas de trabajo del Club, tiene que haber un “área específicamente dedicada a sus seguidores fanáticos y aficionados”, es decir, el trato directo.
Otros actores como las empresas, se relacionan con a través de los patrocinios y de sus anuncios. Esta relación es muy importante debido a lo que aportan, que son recursos para el Club.
En este sentido el Club deberá contar con un área especialmente dedicada a la captación y fidelización de las empresas integradas y las nuevas a captar.
Estamos convencidos que para diseñar una estructura de un Club de futbol profesional no solo habrá que tener en cuenta las actividades principales y los actores con los que se relaciona, sino también otras variables relacionadas con la particularidad del Club, y que refieren al grado de complejidad particular , al tamaño y el grado de profesionalización y comercialización.
Existe otro actor muy importante: “el Área de Prensa y Comunicación”. Verdaderos creadores de opinión por la cantidad de información que manejan y su interrelación con los aficionados y fanáticos. Resulta fundamental mantener una buena relación, de manera que la exposición mediática fortalezca la imagen del Club, y ayude a captar nuevos socios y aficionados. Sin dudas que también necesita un espacio específico, para definir estrategias y facilitar orientaciones que posibiliten una positiva relación con los medios.
Si habíamos considerado que los recursos económicos que maneja un club, resultan fundamentales, no podemos obviar el “área de administración”, para que gestione recursos, diseñe presupuestos, planifique gastos y lleve el control y seguimiento de estos temas. La correcta administración, de los recursos también determina la supervivencia del Club y de crecimiento.
Existen muchos “apasionados por el fútbol” que participan a diario en la gestión de un Club. Pero con esto no alcanza. Se necesita imperiosamente por razones de estabilidad y supervivencia, contratar agentes externos con la capacidad suficiente para solventar una estructura cada vez más competitiva y exigente.
“PUEDES ENSENAR A UN PAVO A TREPAR A UN ÁRBOL, PERO SERA MEJOR QUE CONTRATES A UN MONO”
Hasta la próxima...reflexión.
Publicado por Gonzalo Russo
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