POCOS GOLES PERO MUCHOS HINCHAS - El entusiasmo de la gente desbordó las canchas. El fútbol apareció de a ratos, y los goles, a cuentagotas. Hubo un vacío imposible de llenar para los corazones futboleros durante los fines de semana de junio y julio. Y esa pelota que tanta polémica despertó en Sudáfrica, se hizo rogar por acá. Se entiende, entonces, semejante invasión de hinchas en el nacimiento del torneo Apertura.Unas 260 mil personas poblaron los estadios de Primera División. Por Daniel Avellaneda.
Una cifra que impacta. Especialmente, si se tiene en cuenta que este domingo en el que jugaron cuatro de los cinco grandes, se festejaba el Día del Niño. La recaudación de River, que superó el millón y medio de pesos, fue récord . Los fanáticos, en conclusión, se volcaron de forma masiva con toda su pasión. Y es lógico. Hasta el menos optimista de ellos, cuando la tabla está virgen, tiene sueños de campeón. No obstante, los protagonistas, los que motorizan sus ilusiones sobre el verde césped, quedaron en deuda. Porque sobró gente, pero faltaron goles .
Con 17 gritos, la primera fecha del Apertura es el cuarto peor comienzo en el rubro efectividad desde que se estableció el sistema de torneos cortos, en el inicio de la década del ‘90. En el Apertura ‘93, se marcaron 10 goles y en la fecha inaugural se registraron ¡seis empates 0-0! En el Apertura 2002, también se anotaron 10 y hubo cinco 0-0. En el Apertura ‘91, once y cuatro 0-0, en la 2ª fecha, que abrió el torneo porque la primera se postergó. En esta oportunidad, e l único partido en que los hinchas de ambos lados se quedaron con la garganta seca fue Gimnasia y San Lorenzo. Los equipos que sumaron tres puntos lo hicieron por la mínima diferencia . Hubo dos goles de penal y cuatro de cabeza.
Hay un dato que brilla en el medio de esta oscuridad, además de la presencia de esos fieles: de esos 17 goles, 10 fueron gritados con alma y vida por los delanteros.
Desde el viernes hasta el domingo a la nochecita, Mauro Obolo (Arsenal), Esteban Fuertes (Colón), Juan José Morales (Quilmes), Gonzalo Vargas (Argentinos), Mariano Martínez (Huracán), Alejandro Delorte (Olimpo), Cristian García (Banfield), Rogelio Funes Mori (River), Santiago Silva (Vélez) y Lucas Viatri (Boca) hicieron felices a sus seguidores. Y en campeonatos en los que el goleador se consagra con 10 o 12 conquistas, que los atacantes hayan arrancado con el pie derecho distingue a este Apertura que recién empieza.
De todos modos, es más alarmante la falta de lucidez en el juego que mostró la mayoría de los ganadores. A excepción de Vélez, que superó claramente a Independiente, el resto se impuso con pocos merecimientos.
A Lanús le costó vencer a Arsenal. Huracán perdía y jugaba mal hasta que lo dio vuelta en dos minutos. Estudiantes no fue brillante y ganó en Rosario con un penal. Racing jugó un tiempo en el que pareció recién ascendido y terminó ganándole a All Boys a quince minutos del epílogo. Banfield sufrió para derrotar a Olimpo. River consiguió llegar al éxito frente a Tigre sobre la hora. Y en todos los casos, al margen de la victoria, se expusieron sus dificultades para generar fútbol.
Los técnicos tienen excusa. Contando a los extranjeros y los argentinos que volvieron al país de su paso en el exterior, hubo 102 jugadores que cambiaron de camiseta.
El 37 por ciento, al cabo, de los 279 futbolistas que transpiraron en la primera fecha. Los mismos que sólo pudieron hacer 17 goles, muy a pesar de esas tribunas llenas.
Una cifra que impacta. Especialmente, si se tiene en cuenta que este domingo en el que jugaron cuatro de los cinco grandes, se festejaba el Día del Niño. La recaudación de River, que superó el millón y medio de pesos, fue récord . Los fanáticos, en conclusión, se volcaron de forma masiva con toda su pasión. Y es lógico. Hasta el menos optimista de ellos, cuando la tabla está virgen, tiene sueños de campeón. No obstante, los protagonistas, los que motorizan sus ilusiones sobre el verde césped, quedaron en deuda. Porque sobró gente, pero faltaron goles .
Con 17 gritos, la primera fecha del Apertura es el cuarto peor comienzo en el rubro efectividad desde que se estableció el sistema de torneos cortos, en el inicio de la década del ‘90. En el Apertura ‘93, se marcaron 10 goles y en la fecha inaugural se registraron ¡seis empates 0-0! En el Apertura 2002, también se anotaron 10 y hubo cinco 0-0. En el Apertura ‘91, once y cuatro 0-0, en la 2ª fecha, que abrió el torneo porque la primera se postergó. En esta oportunidad, e l único partido en que los hinchas de ambos lados se quedaron con la garganta seca fue Gimnasia y San Lorenzo. Los equipos que sumaron tres puntos lo hicieron por la mínima diferencia . Hubo dos goles de penal y cuatro de cabeza.
Hay un dato que brilla en el medio de esta oscuridad, además de la presencia de esos fieles: de esos 17 goles, 10 fueron gritados con alma y vida por los delanteros.
Desde el viernes hasta el domingo a la nochecita, Mauro Obolo (Arsenal), Esteban Fuertes (Colón), Juan José Morales (Quilmes), Gonzalo Vargas (Argentinos), Mariano Martínez (Huracán), Alejandro Delorte (Olimpo), Cristian García (Banfield), Rogelio Funes Mori (River), Santiago Silva (Vélez) y Lucas Viatri (Boca) hicieron felices a sus seguidores. Y en campeonatos en los que el goleador se consagra con 10 o 12 conquistas, que los atacantes hayan arrancado con el pie derecho distingue a este Apertura que recién empieza.
De todos modos, es más alarmante la falta de lucidez en el juego que mostró la mayoría de los ganadores. A excepción de Vélez, que superó claramente a Independiente, el resto se impuso con pocos merecimientos.
A Lanús le costó vencer a Arsenal. Huracán perdía y jugaba mal hasta que lo dio vuelta en dos minutos. Estudiantes no fue brillante y ganó en Rosario con un penal. Racing jugó un tiempo en el que pareció recién ascendido y terminó ganándole a All Boys a quince minutos del epílogo. Banfield sufrió para derrotar a Olimpo. River consiguió llegar al éxito frente a Tigre sobre la hora. Y en todos los casos, al margen de la victoria, se expusieron sus dificultades para generar fútbol.
Los técnicos tienen excusa. Contando a los extranjeros y los argentinos que volvieron al país de su paso en el exterior, hubo 102 jugadores que cambiaron de camiseta.
El 37 por ciento, al cabo, de los 279 futbolistas que transpiraron en la primera fecha. Los mismos que sólo pudieron hacer 17 goles, muy a pesar de esas tribunas llenas.
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