BOCA SUMO OTRA ESTRELLA AL ESCUDO - Boca es el campeón del fútbol argentino, después de tres años de vacas flacas. En una Bombonera vestida de fiesta, goleó 3 a 0 a Banfield y dio la vuelta olímpica en el Apertura dos fechas antes. Invicto, con 11 puntos de ventaja sobre Racing, el Xeneize conquistó el título con la solidez que lo llevó a ganar caminando el torneo.
Buenos Aires > La Boca está de fiesta. Por 24ª vez en el fútbol local desde que arrancó el profesionalismo, el Xeneize fue el mejor de todos. Por lejos esta vez, invicto en estas 17 fechas del Apertura que le alcanzaron, y le sobraron, para conquistar una nueva estrella para agregarle al escudo y cerrar el año a pleno, con festejo propio y disfrute por lo ajeno, con River en la B Nacional.
Un punto necesitaba sumar de local ante Banfield para abrochar el festejo con dos fechas por jugarse, pero la hizo completa. Goleó 3 a 0, mostrando sus principales cualidades, la solidez defensiva (apenas recibió cuatro goles en todo el torneo), el manejo de los tiempos del partido y el punch para resolver los encuentros en el área rival. Una marca registrada que le pudo imprimir Julio Falcioni, que en un puñado de meses pasó de ser cuestionado a que le pidan a gritos que renueve su contrato.
Boca, con los nueve puntos de ventaja que le llevaba a Tigre en la tabla, salió con Riquelme en el banco y el Pochi Chávez de enlace a darle circulación a la pelota y a atacar cuando veía caminos seguros al arco contrario. Su juego por momentos podría parecer aburrido, pero los ejecutores de la partitura saben cuándo es el momento de apurar y así llegaron algunas jugadas con pelota detenida, como la que derivó en un cabezazo de Juan Insaurralde, devuelto por el travesaño.
El campeón sabe cómo moverse y en otra jugada de ataque, Banfield se encontró casi en inferioridad numérica, encerrado en su área chica; así, después de que otro balón fue devuelto por el travesaño tras un frentazo de Insaurralde, se generó una serie de carambolas porque la defensa del Taladro no podía despejar el peligro hasta que Cvitanich convirtió en el último rebote, pero no lo gritó por su pasado en Banfield.
Eso fue a los 9 minutos y al Taladro se le quemaron los papeles. Porque no estaba preparado, ni tiene armas, para complicar a un equipo que cada vez que se pone en ventaja, suma de a tres.
El Xeneize manejó siempre los hilos, jugó lejos de Agustín Orión, que puede ser arquero récord al final del torneo, y sobre el final del primer tiempo apareció otra vez Cvitanich para liquidar todo.
El delantero que llegó pedido por Falcioni para este semestre empalmó prácticamente "de cuchara" un centro, la pelota se desvió en un defensor y se le fue a un lugar imposible al arquero Cristian Lucchetti, quien voló en forma infructuosa.
Con la ventaja, Boca manejó la pelota con tranquilidad, y Banfield intentó buscar en forma trabajosa la igualdad, que solamente podía aparecer en alguna jugada con pelota detenida.
Apenas iniciado el segundo tiempo, Rivero recibió en tres cuartos de cancha y sacó un disparo que se convirtió en el tercer gol del partido y primero suyo en Boca. Un derechazo al ángulo, perfecto, para que la gente ya sienta que era hora de arrancar los festejos. Riquelme entró para jugar un rato y sumarse, Falcioni sacó a Erviti y a Schiavi para la ovación y luego empezó la fiesta. Lmneuquen.
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