DEJO MUDOS A TODOS - En su despedida del club, Franco Vázquez marcó el gol con el que el Pirata venció 1-0 a Arsenal y se ubicó segundo al cabo de una inolvidable campaña.
Con gol de Franco Vázquez en su último partido en el club, Belgrano le ganó a Arsenal 1-0 y cerró de manera brillante su mejor campaña en torneos cortos de Primera, igualando a Racing -que aún debe jugar este lunes ante Vélez- en la segunda colocación y asegurándose la tercera.
Transferido al Palermo de Italia hace varios meses, el Mudo Vázquez anotó el gol a los 13 minutos, luego de una doble pared con César Pereyra. Su despedida con tanto incluido y el triunfo coronaron un año inolvidable para los Piratas, por haber subido a Primera bajando a River y también por haberle firmado el certificado de defunción a la quiebra que ponía en riesgo la institución.
El DT local Ricardo Zielinsky planteó el partido como si su equipo fuera visitante, esperando a un Arsenal que al igual que los cordobeses sumó más puntos fuera de casa que en Sarandí. Aún así, antes del gol el Celeste tuvo una con Vázquez que pegó en el travesaño cuando quiso tirar un centro, cuyo rebote Farré desaprovechó con un remate por arriba del arco.
A los 13, con campo y espacio, el Mudo ya no perdonó: tras juntarse brillantemente con Pereyra, definió de zurda y cruzado para decretar el 1-0. Lo festejó como rezando, con sus manos tapándose sus ojos y dejando escapar algunas lágrimas de la emoción mientras desde la tribuna lo ovacionaban.
Después Belgrano cedió terreno y Arsenal llegó dos veces, una casi de casualidad con una media vuelta de Obolo y en la otra mediante un cabezazo de Trombetta.
Para el segundo tiempo, el técnico de Arsenal, Gustavo Alfaro, metió en cancha a dos delanteros (Leguizamón y Zelaya) en busca de mayor poder de ataque. Sin embargo, su equipo sólo volvió a tener como chances un disparo desde lejos de Leguizamón y dos intentos infructuosos de Guillermo Burdisso.
Con algo de terreno para la contra, Belgrano tuvo a su merced el segundo gol en los pies de Ribair Rodríguez, quien tras combinar con Pereyra definió mal ante la salida de Campestrini. Aunque, para entonces, ya en las tribunas del Gigante de Alberdi una mulltitud celeste sólo esperaba el pitazo final de Alejandro Toia. Ese que desató un festejo tan emotivo como merecido.
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