sábado, 23 de octubre de 2010

TALLERES, INSTITUTO, RACING SIN IDOLOS

Se buscan ídolos en el fútbol de Córdoba - Éxodo permanente. Los clubes de Córdoba dejaron de producir referentes identificados con las instituciones locales. La creciente mercantilización del fútbol acelera el éxodo de figuras que no llegan a consolidarse. Los liderazgos son efímeros en el fútbol de estos días. Hoy los pibes hacen una buena temporada, sobresalen del resto y miran (o los hacen mirar) más a Europa que a otro lado. Se recuerda cuando tras ganar el Mundial ‘78 los jugadores de Talleres volvieron a jugar de inmediato el torneo de la Liga Cordobesa de Fútbol. El proceso era distinto. Había que acumular muchos méritos en un mismo club, recibir cantidades de aplausos y bastantes reproches para luego empezar a pensar en otras geografías.
Miguel Olmedo, defensor de Instituto, Pascual Noriega, defensor de Racing de Nueva Italia, y Héctor Chazarreta, volante de Talleres, fueron contemporáneos en aquella época en la que el progreso del futbolista tenía más etapas. No era tan vertical. Era necesario hacer una buena base en el club de origen y después mirar a Buenos Aires.
En los años ’80, los tres cumplieron al menos el primer requisito. Olmedo y Noriega dejaron su huella en Instituto y Racing; Chazarreta llegó a Talleres consolidado como jugador y durante varios años hizo suya esa camiseta. Hoy los tres siguen vinculados al fútbol, han trabajado o trabajan con divisiones inferiores y tienen una visión bastante similar de las características del actual futbolista.
Por qué no salen líderes“Se ha perdido el sentido de pertenencia. Ya no hay tanta identificación con el club como era antes. Es como que quieren jugar para ellos; es muy fuerte el deseo que tienen los chicos y de quienes los acompañan de salvarse económicamente”, dice Pascual Noriega.
“Los chicos sólo piensan en llegar, quieren hacerlo rápido, apurando los procesos. Es como que no se dan tiempo para querer la camiseta que representan”, amplía Chazarreta.
“Los pibes creen que ya lo saben todo. No hay respeto por la opinión de los mayores. Y eso provoca que no puedan mantenerse en Primera División. Y saben que eso es lo más complicado que tiene el fútbol”, explica Miguel Olmedo.
Las referencias de estos ex futbolistas evalúan el modo de pensar y de actuar de los pibes que han llegado o que pronto debutarán en primera división. Lo cierto es que los hinchas tienen cada vez menos jugadores para idolatrar. El pasaje fugaz de los futbolistas por cada institución los hace casi inasible a la devoción del simpatizante. Es otro elemento a tener en cuenta.
¿A qué jugador se lo puede identificar con la camiseta de un club? En Instituto, a Carranza. Silvio Romero podría haber sido otro referente pero fue transferido a Lanús; en Belgrano, Franco Vázquez podría recibir más cariño de la hinchada de permanecer más tiempo en Alberdi, pero es sabido que una transferencia puede seducirlo en cualquier momento. ¿Y en Talleres? Año tras año mutaron los planteles. El movimiento de jugadores ha sido constante. Por eso no aparece el ídolo que convoca.
“Hay pibes que son jugadores frustrados a los 18 años. Se prueban muy jóvenes en algún club de Buenos Aires y no tienen suerte. Y deben volver golpeados a Córdoba”, remarca Noriega.
Chazarreta va más allá. “Antes se vivía para y por el fútbol. Respirábamos fútbol”, apunta. “Ahora es distinto. De 10 partidos televisados, ven uno. Están mucho tiempo con la playstation o chateando. No se dan cuenta que mirando partidos también pueden aprender”, agrega.
“En nuestra época el ideal era debutar en primera división en el club del que éramos hincha. Y si era posible, jugar muchos años. Si después se nos daba la posibilidad de ir a otro club, mejor. Pero jugar en un equipo de Córdoba y ser un líder o ídolo era de por sí muy importante”, remarca Olmedo.
Matías Suárez pintaba para crack e ídolo, y se fue. Pablo Chavarría lo mismo. Silvio Romero, igual. Ni que hablar de Javier Pastore en Talleres. En la capacidad de los clubes para retener a sus mejores jugadores también está la causa por la que en la memoria del hincha no hay tantos ídolos para recordar.
Líderes
Miguel Olmedo. Desarrolló la mayor parte de su carrera en Instituto. Jugó también en varios equipos de la Liga Cordobesa y en San Lorenzo de Almagro. Fue hasta hace pocos meses coordinador de las divisiones inferiores de Instituto. Dirige actualmente a la primera división de Argentino Peñarol.
Pascual Noriega. El mayor vínculo en el fútbol lo produjo con Racing de Nueva Italia. También incursionó en Bolivia. Desde 1997 es el responsable de la actividad deportiva en el Club Medea, ubicado en Villa El Libertador. También se desempeña en el área Deporte Adaptado de la Agencia Córdoba Deportes. Héctor Chazarreta. Tucumano. Nacido al fútbol en San Martín de aquella provincia. Fue campeón en Rosario Central. En Córdoba representó a Talleres y a Racing. Es el director técnico de la primera local de Talleres y coordinador general de todas sus divisiones menores.

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