El argentino Braian Toledo obtuvo un meritorio décimo puesto en la final de lanzamiento de jabalina de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y, de esta manera, cerró una participación más que positiva y prometedora de cara al futuro.
En un día caluroso, muy húmedo y con una atmósfera muy pesada, especialmente por la lluvia que cayó durante toda la tarde en Río de Janeiro, Toledo fue superándose con el paso de los lanzamientos.
En el primero alcanzó 77.89 metros, mientras que en el segundo llegó a los 79.51 y en el tercero fue 79.81, pero le faltaron 19 centímetros para pasar a la definición por las medallas, a la cual accedían todos aquellos que superaran los ochenta metros.
Más allá de que no consiguió una medalla o un diploma, valió la pena el esfuerzo que hizo de viajar con mucho tiempo de antelación a una preparación para estos Juegos en Finlandia, país cuna de grandes campeones de la especialidad, donde participó en varias reuniones internacionales.
En su segunda experiencia olímpica, el pibe de 22 años estableció la mejor ubicación para un lanzador de jabalina argentino en una cita de este calibre y trascendencia.
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