Xcaret (México), 6 jun (EFE).- El argentino Sergio 'Maravilla' Martínez, campeón superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), afirmó a EFE que este deporte "está muriendo" en España, víctima de una cultura que lo rechaza y lo relega por razones políticas.
"El boxeo no es religión, no es cultura, no está bien visto en España, ese es el problema", comentó Martínez, nacido en Quilmes (Argentina) en 1975 y radicado hace siete años en España, donde ha pasado parte de su trayectoria en los cuadriláteros.
De visita en Xcaret (México) para recibir el cinturón de campeón superwelter del CMB, título que en su momento tuvo el español Francisco Javier Castillejo, Martínez hizo un duro diagnóstico del momento que pasa el boxeo en España.
"Hay muchas razones pero la mayor es el movimiento político, nada más que eso. Cada día hay menos boxeadores, menos gimnasios, menos entrenadores, menos escuelas: el boxeo está muriendo en España", dijo 'Maravilla' Martínez con un marcado acento castizo.
Explicó que en España "no se sabe" el avance de este deporte en favor del boxeador. "Hay que mostrarle al público que (el boxeo) tiene una cara más limpia de la que realmente suponen, sólo pasa eso, nada más", añadió.
Martínez ganó el titulo interino superwelter del CMB al derrotar al congoleño Alex Bulema y lo retuvo al empatar con el puertorriqueño Kelmer Cinturón.
El CMB lo ha declarado campeón en lugar de Pernell Forrest, estadounidense que dejó el cinturón sin combatir por una supuesta lesión, explicó a Efe Mauricio Sulaimán, secretario ejecutivo del organismo.
La trayectoria de 'Maravilla' con los guantes comenzó al no cumplirse su primer deseo de ser futbolista. Eligió el pugilismo como profesión y llegó a la cúspide al ser campeón mundial, con una marca de 44 victorias en 48 combates, con tres derrotas y un empate. “Yo tuve la suerte, fui afortunado, de poder salir de este camino que está llevando el boxeo en picada y pude destacarme y hacer carrera", afirmó este peleador que divide su tiempo entre España y Estados Unidos, entre el boxeo y una dura cotidianeidad. Martínez habló de la gran tradición del boxeo en Argentina, que "contó con grandes campeones siempre, con Carlos Monzón a la cabeza", y elogió a Omar Narváez, campeón de la división mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). "Tengo la suerte de venir de un país en el que el boxeo no está muerto, está pasando por una época de crisis, quizá, pero es la misma crisis que arrastra el mundo entero", manifestó. El
"El boxeo no es religión, no es cultura, no está bien visto en España, ese es el problema", comentó Martínez, nacido en Quilmes (Argentina) en 1975 y radicado hace siete años en España, donde ha pasado parte de su trayectoria en los cuadriláteros.
De visita en Xcaret (México) para recibir el cinturón de campeón superwelter del CMB, título que en su momento tuvo el español Francisco Javier Castillejo, Martínez hizo un duro diagnóstico del momento que pasa el boxeo en España.
"Hay muchas razones pero la mayor es el movimiento político, nada más que eso. Cada día hay menos boxeadores, menos gimnasios, menos entrenadores, menos escuelas: el boxeo está muriendo en España", dijo 'Maravilla' Martínez con un marcado acento castizo.
Explicó que en España "no se sabe" el avance de este deporte en favor del boxeador. "Hay que mostrarle al público que (el boxeo) tiene una cara más limpia de la que realmente suponen, sólo pasa eso, nada más", añadió.
Martínez ganó el titulo interino superwelter del CMB al derrotar al congoleño Alex Bulema y lo retuvo al empatar con el puertorriqueño Kelmer Cinturón.
El CMB lo ha declarado campeón en lugar de Pernell Forrest, estadounidense que dejó el cinturón sin combatir por una supuesta lesión, explicó a Efe Mauricio Sulaimán, secretario ejecutivo del organismo.
La trayectoria de 'Maravilla' con los guantes comenzó al no cumplirse su primer deseo de ser futbolista. Eligió el pugilismo como profesión y llegó a la cúspide al ser campeón mundial, con una marca de 44 victorias en 48 combates, con tres derrotas y un empate. “Yo tuve la suerte, fui afortunado, de poder salir de este camino que está llevando el boxeo en picada y pude destacarme y hacer carrera", afirmó este peleador que divide su tiempo entre España y Estados Unidos, entre el boxeo y una dura cotidianeidad. Martínez habló de la gran tradición del boxeo en Argentina, que "contó con grandes campeones siempre, con Carlos Monzón a la cabeza", y elogió a Omar Narváez, campeón de la división mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). "Tengo la suerte de venir de un país en el que el boxeo no está muerto, está pasando por una época de crisis, quizá, pero es la misma crisis que arrastra el mundo entero", manifestó. El
El campeón mundial divide su tiempo entre Madrid y Los Ángeles, ciudad en la que suele pasar varios meses para tener una mayor actividad como boxeador, ya que en España apenas puede tener uno o dos combates al año y tiene que buscarse otros trabajos.
"Estados Unidos y México van en la punta, por historia, pero en países como Argentina y España el boxeo está muy mal pagado, no se tiene cobertura médica y social en un 99 por ciento, el boxeo está abandonado a la mano de Dios", explicó. El campeón comentó que en este panorama, el púgil tiene que buscar alternativas porque "con una o dos peleas al año y con bolsas equivalentes al salario de un mes de un obrero o empleado y con eso no se puede vivir y para estar en el 'top ten', tienes que dedicarte el cien por cien,".
La “Maravilla” Martínez Por Marcos Vistalli
Parecía que no lo era, pero sus admiradores le pusieron ese sobrenombre. En sus comienzos, a la cuarta pelea ya andaba por los rings de la Federación Argentina de Box. Su boxeo zurdo, especulativo, eficiente llenaba los ojos de quienes se animaron a llamarlo “Maravilla”, mientras otros no daban nada por él. A veces, peleaba con el pelo teñido de rubio paja, y en otra oportunidad subió al cuadrilátero con unos lamparones en su cabeza que se asemejaban a un ataque de tiña o a una sección de peluquería a manos de alguna escuela de principiantes. Hace apenas un año supe la verdad que salió de su propia boca. Un común amigo, estrecho colaborador del argentino, me confió que ese día que peleó con notables tonsuras, se debían a la falta de una alimentación, a un déficit casi alarmante de los nutrientes mínimos, a causa de su estrechez económica.A pesar de todo, esa maestría sobre el ring, reconocida por muchos y desechada por otros seguía cosechando triunfos en todos los rings del país. Paulo Sánchez, Fabián Saporiti, fueron los boxeadores más destacados que sucumbieron ante la habilidad de “Maravilla”. Hasta que, apurados y por un puñado de dólares lo mandaron a Estados Unidos a pelear con Antonio Margarito. La paliza fue solamente un trámite. A los dos minutos y cincuenta y siete segundos del séptimo round el árbitro Joe Cortez paró la pelea. Martínez se le acercó y le dijo: “Oiga, por fin la paró, me estaba matando”. Ha sido hasta el momento, el actual campeón de los welters el único vencedor de Martínez.De retorno al país, siguieron los triunfos. Daneff, Bejarano, Areco, Blanco hasta que le llegó la pelea por el título argentino y se alzó con él al ganarle a Sergio Acuña por nocaut en el séptimo. Se impuso al tal vez más complicado boxeador que se le enfrentó en la Argentina, Francisco Chino Mora.Desde Madrid, su compatriota ex boxeador Pablo Sarmiento le mandó un pasaje para que se radicara allá y entrenara en su gimnasio. Con el ticket en la mano lo encontró a Juan Carlos Pradeiro y le preguntó: -¿Qué hago? La respuesta fue instantánea: ¿Qué estás esperando? ¡Andate ya! Cuando ese colectivo que pasa una sola vez en la vida, arrancó Sergio “Maravilla” Martínez no lo dejó pasar, tal vez viajó parado pero lo tomó.Ya en Europa todos fueron triunfos. En España e Inglaterra, ganó el título de la IBO y lo retuvo en varias oportunidades. De allí, en Texas lo convocaron para una pelea eliminatoria para el título del mundo con Saúl Román, apodado “La Fiera”. Lo único que ganó fue la pelea, porque la bolsa y la pelea por el título jamás aparecieron. Pero no estaba todo perdido, su nocaut sobre Román, más otro a Jordan en un estadio del Bronx lo llevaron al MGM de Las Vegas y luego al Mohegan Casino de Connecticcut donde otro nocaut lo puso como retador a la corona mundial.Estando el campeón en receso por enfermedad, acababa de ganar el título del mundo interino de los superwelters en la versión del Concejo Mundial de Boxeo. Alex Bunema, que venía de noquear a Walter Matthysse, paseó desconcertado durante los ocho rounds que duró la pelea sin saber en ningún momento cómo resolver el problema que se le presentaba enfrente. Martínez jugó, pegó, en los contraataques siempre estaba fuera de la distancia de Bunema que iba cosechando golpe tras golpe de un rival que peleaba con la guardia baja y no lo miraba a la cara. Los disparos salían como un proyectil y el morocho congoleño no sabían ni de dónde venían. Al comenzar el noveno Bunema se quedó en su rincón, el médico no lo dejó seguir, estaba peleando contra un fantasma.Ahora, vendría la definitiva. No era fácil Vernon Forrest quien hacía dos semanas recuperó su título al vencer a Sergio Mora.
Forrest es ganador de Shane Mosley, de Carlos Baldomir, Michelle Piccirilo y Ike Quartey. Perdió con un peleador nato como es Ricardo Mayorga, pero nunca se enfrentó al jeroglífico de Sergio “Maravilla” Martínez, ese rubio teñido, alguna vez con la peladilla del hambre y que hoy se debe cortar el pelo en una de las más sofisticadas peluquerías de Madrid.
Frase robada a Carlitos Irusta: “peleando casi siempre afuera, da la sensación de que el boxeador argentino rinde cuando lo exigen. Y, como muchas veces en nuestro medio la exigencia es menor y la paga peor aún, son aquellos que salen, se exponen, trabajan y arriesgan, los que luego tienen resultados. Es que sin valientes no se escribe la historia...” La anoté porque la comparto.
"Estados Unidos y México van en la punta, por historia, pero en países como Argentina y España el boxeo está muy mal pagado, no se tiene cobertura médica y social en un 99 por ciento, el boxeo está abandonado a la mano de Dios", explicó. El campeón comentó que en este panorama, el púgil tiene que buscar alternativas porque "con una o dos peleas al año y con bolsas equivalentes al salario de un mes de un obrero o empleado y con eso no se puede vivir y para estar en el 'top ten', tienes que dedicarte el cien por cien,".
La “Maravilla” Martínez Por Marcos Vistalli
Parecía que no lo era, pero sus admiradores le pusieron ese sobrenombre. En sus comienzos, a la cuarta pelea ya andaba por los rings de la Federación Argentina de Box. Su boxeo zurdo, especulativo, eficiente llenaba los ojos de quienes se animaron a llamarlo “Maravilla”, mientras otros no daban nada por él. A veces, peleaba con el pelo teñido de rubio paja, y en otra oportunidad subió al cuadrilátero con unos lamparones en su cabeza que se asemejaban a un ataque de tiña o a una sección de peluquería a manos de alguna escuela de principiantes. Hace apenas un año supe la verdad que salió de su propia boca. Un común amigo, estrecho colaborador del argentino, me confió que ese día que peleó con notables tonsuras, se debían a la falta de una alimentación, a un déficit casi alarmante de los nutrientes mínimos, a causa de su estrechez económica.A pesar de todo, esa maestría sobre el ring, reconocida por muchos y desechada por otros seguía cosechando triunfos en todos los rings del país. Paulo Sánchez, Fabián Saporiti, fueron los boxeadores más destacados que sucumbieron ante la habilidad de “Maravilla”. Hasta que, apurados y por un puñado de dólares lo mandaron a Estados Unidos a pelear con Antonio Margarito. La paliza fue solamente un trámite. A los dos minutos y cincuenta y siete segundos del séptimo round el árbitro Joe Cortez paró la pelea. Martínez se le acercó y le dijo: “Oiga, por fin la paró, me estaba matando”. Ha sido hasta el momento, el actual campeón de los welters el único vencedor de Martínez.De retorno al país, siguieron los triunfos. Daneff, Bejarano, Areco, Blanco hasta que le llegó la pelea por el título argentino y se alzó con él al ganarle a Sergio Acuña por nocaut en el séptimo. Se impuso al tal vez más complicado boxeador que se le enfrentó en la Argentina, Francisco Chino Mora.Desde Madrid, su compatriota ex boxeador Pablo Sarmiento le mandó un pasaje para que se radicara allá y entrenara en su gimnasio. Con el ticket en la mano lo encontró a Juan Carlos Pradeiro y le preguntó: -¿Qué hago? La respuesta fue instantánea: ¿Qué estás esperando? ¡Andate ya! Cuando ese colectivo que pasa una sola vez en la vida, arrancó Sergio “Maravilla” Martínez no lo dejó pasar, tal vez viajó parado pero lo tomó.Ya en Europa todos fueron triunfos. En España e Inglaterra, ganó el título de la IBO y lo retuvo en varias oportunidades. De allí, en Texas lo convocaron para una pelea eliminatoria para el título del mundo con Saúl Román, apodado “La Fiera”. Lo único que ganó fue la pelea, porque la bolsa y la pelea por el título jamás aparecieron. Pero no estaba todo perdido, su nocaut sobre Román, más otro a Jordan en un estadio del Bronx lo llevaron al MGM de Las Vegas y luego al Mohegan Casino de Connecticcut donde otro nocaut lo puso como retador a la corona mundial.Estando el campeón en receso por enfermedad, acababa de ganar el título del mundo interino de los superwelters en la versión del Concejo Mundial de Boxeo. Alex Bunema, que venía de noquear a Walter Matthysse, paseó desconcertado durante los ocho rounds que duró la pelea sin saber en ningún momento cómo resolver el problema que se le presentaba enfrente. Martínez jugó, pegó, en los contraataques siempre estaba fuera de la distancia de Bunema que iba cosechando golpe tras golpe de un rival que peleaba con la guardia baja y no lo miraba a la cara. Los disparos salían como un proyectil y el morocho congoleño no sabían ni de dónde venían. Al comenzar el noveno Bunema se quedó en su rincón, el médico no lo dejó seguir, estaba peleando contra un fantasma.Ahora, vendría la definitiva. No era fácil Vernon Forrest quien hacía dos semanas recuperó su título al vencer a Sergio Mora.
Forrest es ganador de Shane Mosley, de Carlos Baldomir, Michelle Piccirilo y Ike Quartey. Perdió con un peleador nato como es Ricardo Mayorga, pero nunca se enfrentó al jeroglífico de Sergio “Maravilla” Martínez, ese rubio teñido, alguna vez con la peladilla del hambre y que hoy se debe cortar el pelo en una de las más sofisticadas peluquerías de Madrid.
Frase robada a Carlitos Irusta: “peleando casi siempre afuera, da la sensación de que el boxeador argentino rinde cuando lo exigen. Y, como muchas veces en nuestro medio la exigencia es menor y la paga peor aún, son aquellos que salen, se exponen, trabajan y arriesgan, los que luego tienen resultados. Es que sin valientes no se escribe la historia...” La anoté porque la comparto.
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